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Business and society

Las tasas de mortalidad de los estadounidenses blancos están aumentando. Algo parecido ocurrió en Rusia de 1965 a 2005

por David A. Squires, David Blumenthal

Las tasas de mortalidad de los estadounidenses blancos están aumentando. Algo parecido ocurrió en Rusia de 1965 a 2005

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En 2015, los economistas de Princeton Anne Case y Angus Deaton publicó un hallazgo impresionante: Las tasas de mortalidad de los estadounidenses blancos en edad de trabajar han estado aumentando desde 1999. Que las tasas de mortalidad suban en lugar de caer es extremadamente raro en los países desarrollados, excepto como resultado de una guerra o una pandemia.

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Sin embargo, la historia sí ofrece un ejemplo reciente de un gran país industrializado en el que las tasas de mortalidad aumentaron durante un período prolongado: Rusia en las décadas anteriores y posteriores al colapso de la Unión Soviética. Aunque hay diferencias importantes entre los dos fenómenos, también hay similitudes aleccionadoras.

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De 1965 a 2005, las tasas de mortalidad de los hombres y mujeres rusos no ancianos aumentaron una media del 1,5% y el 0,9%, respectivamente, al año. Para los niños y los ancianos, la mortalidad se mantuvo relativamente estable. A grandes rasgos, este suceso tuvo tres fases:

1. De 1965 a 1985, la tasa de mortalidad aumentó de manera constante, ya que la economía soviética no se modernizó y una parte cada vez mayor del gasto público pasó de los servicios sociales a la defensa.

2. De 1985 a 1988, la campaña contra el alcohol de Mijaíl Gorbachov hizo que el vodka y otras bebidas espirituosas fueran mucho más difíciles de conseguir para el ciudadano soviético promedio. Esto coincidió con una disminución importante e inmediata de la mortalidad, lo que la convirtió en una de las intervenciones de salud pública más eficaces de la historia.

3. De 1988 a 2005, la finalización de la campaña contra el alcohol coincidió con el colapso de la Unión Soviética y la tensa transición de Rusia al capitalismo. Es probable que estos acontecimientos hayan contribuido a que las tasas de mortalidad volvieran a subir.

En 2005, los hombres rusos adultos tenían casi el doble de probabilidades de morir prematuramente que en 1965. Desde entonces, su tasa de mortalidad ha bajado, pero se mantiene excepcionalmente alto para un país relativamente rico.

Hay muchas teorías sobre la causa del aumento de la tasa de mortalidad en Rusia durante 40 años, pero no hay respuestas sencillas. En un sentido puramente descriptivo, los registros de defunciones nos dicen que cuatro quintas partes del exceso de muertes se debieron a enfermedades cardiovasculares y accidentes. Si bien es útil, esto no nos dice por qué estas muertes se hicieron tan comunes. Está claro que el alcohol desempeñó un papel importante, como lo demuestran los extraordinarios efectos de la campaña contra el alcohol. Pero hasta cierto punto, el consumo de alcohol puede reflejar condiciones externas, ya que el abuso del alcohol actúa como el mediador a través del cual la inseguridad y el estrés en la población elevan las tasas de mortalidad.

Y hubo fuentes obvias de inseguridad y estrés durante este período de la historia de Rusia. La primera de ellas fue la transición política y económica del país del comunismo al capitalismo. Para el ciudadano ruso promedio, esta transición significó el fin de la garantía gubernamental de vivienda, trabajo y una pensión segura. Algunos expertos han argumentado además que la desigualdad económica —aunque siempre estuvo presente durante los años soviéticos— se hizo mucho más pronunciada y evidente tras la transición al capitalismo. El colapso de la red de seguridad, junto con la creciente brecha entre los que tienen y los que no tienen, puede haber contribuido a la sensación de desempoderamiento y desesperanza que revelan las encuestas públicas de esta época.

En última instancia, puede que sea una tontería tratar de rastrear las líneas entrelazadas de causa y efecto entre la cultura, la economía, la política y el comportamiento individual, sin mencionar las degradaciones simultáneas en el sistema de salud y el medio ambiente de Rusia. Es más seguro decirlo, fue la combinación históricamente única de estos factores la que provocó la calamidad de salud en Rusia y millones de muertes prematuras.

Las similitudes entre los aumentos de la tasa de mortalidad en Rusia y los Estados Unidos son llamativas y preocupantes.

En primer lugar, hay similitudes entre las poblaciones afectadas. Al igual que en los Estados Unidos, el fenómeno ruso se produjo exclusivamente entre los adultos en edad de trabajar, no entre los niños ni los ancianos. Además, el exceso de muertes en Rusia parece concentrarse entre los menos educados, y ahorró a los que tenían títulos universitarios. Lo mismo ocurre hoy con la crisis de mortalidad entre los blancos estadounidenses.

En segundo lugar, hay similitudes en las causas de muerte que impulsan el aumento. El abuso desenfrenado de sustancias es un factor común en ambos países: el alcohol en Rusia y los opioides en los Estados Unidos.

Por último, hay similitudes en los contextos económico y social. Disminuye el número de trabajadores estadounidenses poco cualificados salarios, movilidad económica, y la seguridad financiera podría hacerse eco del largo declive de la economía soviética y, finalmente, de la reestructuración. Y al igual que en Rusia, las encuestas a estadounidenses blancos de clase trabajadora indican un marcado pesimismo sobre el futuro.

Sin embargo, a pesar de estas semejanzas entre las experiencias de los dos países, hay diferencias importantes a tener en cuenta.

Primero, el nivel de la mortalidad en los dos países es muy diferente. Incluso hoy en día, los adultos en Rusia corren un riesgo de muerte más del doble que en los Estados Unidos. Por lo tanto, un aumento del 1% en la tasa de mortalidad refleja un exceso de muertes mucho mayor.

En segundo lugar, la historia reciente de los Estados Unidos no tiene paralelo con el siglo XX– siglo El legado de guerra y opresión de Rusia. Es difícil imaginar que este legado no fuera responsable, al menos en parte, del empeoramiento de la salud de los rusos.

Las similitudes entre los fenómenos estadounidense y ruso pueden ser inexactas en algunos aspectos, pero siguen siendo aleccionadoras. Los acontecimientos sociales fundamentales que afectan al bienestar económico y social de las poblaciones pueden tener efectos profundos en la salud de un país. Esa influencia parece estar mediada en diversos entornos a través del abuso de sustancias, y cuando existe voluntad política (como ocurrió en la Rusia autoritaria), se puede revertir rápidamente, aunque quizás no de forma sostenible. Los desafortunados paralelismos recientes entre las experiencias de salud estadounidenses y rusas sirven para enfatizar aún más la importancia de atender las dificultades de quienes son víctimas del abuso de opioides en los Estados Unidos, así como de otras poblaciones vulnerables.