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Negocios internacionales

Lo que realmente significa ser global

por Ángel Cabrera

Las mayores oportunidades de negocio actuales y también los mayores desafíos a los que nos enfrentamos son de naturaleza global y, por lo tanto, exigen líderes que también sean globales. Pero, ¿qué significa realmente «global»? El viejo mantra «piense a nivel mundial, actúe a nivel local» es lamentablemente inadecuado para describir las complejas realidades a las que se enfrentan los líderes mundiales. Los verdaderos líderes mundiales actúan como constructores de puentes, conectores de recursos y talentos más allá de las fronteras culturales y políticas, y se dedican sin descanso a encontrar nuevas formas de crear valor. No solo piensan y actúan a nivel mundial, sino que son global.

Hemos realizado un análisis amplio y profundo de las mejores prácticas en mi institución de origen, Thunderbird, que fue pionera en el campo de la educación empresarial internacional hace más de 65 años, sobre la mejor manera de desarrollar a los líderes mundiales, incluidas encuestas realizadas por mis colegas a miles de directivos de todo el mundo y entrevistas con docenas de líderes mundiales de éxito. Estos esfuerzos nos han ayudado a identificar tres conjuntos de habilidades fundamentales que son esenciales para un liderazgo mundial eficaz: la mentalidad global, el espíritu empresarial mundial y la ciudadanía mundial.

La mentalidad global permite a los líderes conectar con personas y organizaciones más allá de las fronteras. Su espíritu empresarial los prepara para crear valor a través de esas conexiones. Y su ciudadanía los impulsa a hacer algo positivo contribución a las comunidades con las que interactúan. Conectar, crear y contribuir son las tres tareas principales que hacen o fracasan a un líder mundial.

Los líderes que tienen una mentalidad global son capaces de interpretar y decodificar situaciones desde múltiples puntos de vista, incluso contrapuestos. Tienen un interés insaciable por aprender sobre otras culturas. Se preocupan por entender las perspectivas de otras personas y suspenden su juicio para hacerlo. Conocen los temas económicos y políticos de todo el mundo y pueden comprender la complejidad inherente de los asuntos internacionales desde múltiples perspectivas nacionales. Por último, fomentan las relaciones con sus socios y amigos de todo el mundo y tienen una habilidad única para trascender las barreras culturales y cultivar la confianza.

Los líderes mundiales utilizan su comprensión de los matices culturales e institucionales y sus conexiones globales para crear nuevas formas de valor, al unir a las personas y los recursos a través de las fronteras de formas novedosas, ya sea para crear un producto mejor o más barato, mejorar la eficiencia de un proceso clave, acceder a un nuevo conjunto de recursos o atender a un nuevo mercado. A veces lo hacen aprovechando las diferencias más allá de las fronteras, a veces aprovechando las similitudes y, a veces, creando y explotando redes o añadiendo valor añadido recíproco.

Pero los verdaderos líderes mundiales se definen no solo por sus conocimientos y conexiones mundanos, ni por las oportunidades globales que aprovechan, sino también por la forma en que contribuyen a mejorar los múltiples contextos en los que operan. Los verdaderos líderes mundiales no explotan una comunidad en beneficio de otra. Ellos encuentre soluciones que creen un valor multidireccional. No ven los negocios como un juego de suma cero, sino como un mecanismo para llevar la prosperidad a más.

La globalización ha supuesto beneficios sin precedentes para muchos, pero no para todos. Cientos de millones de personas han escapado a los efectos deshumanizadores del hambre y la pobreza. Pero cientos de millones de personas siguen atrapados en ellas. Nuestra capacidad de construir una economía mundial verdaderamente sostenible e inclusiva dependerá de lo bien que ayudemos a las nuevas generaciones de líderes a globalizarse.