No somos éticos en el trabajo porque olvidamos nuestras fechorías
por Francesca Gino, Maryam Kouchaki

paul garbett PARA HBR
Hace poco, Mitsubishi Motors, el sexto mayor fabricante de automóviles de Japón, admitió que durante 25 años había utilizado métodos para comprobar el ahorro de combustible de sus vehículos que no cumplían con la normativa gubernamental japonesa. La empresa confesó que había manipulado repetidamente los datos de las pruebas de cuatro de sus modelos nacionales de minivehículos y realizado pruebas que no cumplían con las normas japonesas en muchos otros modelos.
No se trata de un caso aislado de continuo engaño empresarial. En septiembre pasado, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos reveló que Volkswagen llevaba años haciendo trampa en las pruebas de emisiones. Ejemplos similares de comportamiento poco ético abundan en muchos otros sectores, desde la banca hasta los seguros y la atención médica.
¿Por qué tantos líderes y empleados de la organización (incluso los que se preocupan por ser personas honestas) adoptan constantemente conductas moralmente cuestionables a lo largo del tiempo? Hace poco dirigimos investigación con el objetivo de responder a esta pregunta, descubrió que la mala memoria humana ayuda a explicar la repetida deshonestidad.
Cuando las personas no están a la altura de sus propias normas morales, este conocimiento es desagradable y pone en peligro su autoimagen de honesta y buena. En consecuencia, adoptan varias estrategias para reducir su angustia, incluido el olvido de estos recuerdos. Estos sesgos y distorsiones de la memoria no son accidentales, sino que están motivados para apoyar nuestro autoconcepto e identidad.
En nuestra investigación, descubrimos que las personas tienen más probabilidades de olvidar los detalles de sus propios actos poco éticos en comparación con otros incidentes, incluidos los eventos neutrales, negativos y positivos, y las acciones poco éticas de otras personas. A esto lo llamamos tendencia amnesia poco ética, o la ofuscación de los actos poco éticos de una persona a lo largo del tiempo. La amnesia poco ética es un mecanismo de adaptación para hacer frente a la angustia psicológica y la incomodidad de comportarse de forma poco ética.
Encontramos pruebas de amnesia poco ética en nueve estudios experimentales en los que participaron diversas muestras de población, que iban desde estudiantes de pregrado hasta paneles en línea de adultos. En nuestros estudios, comparamos los recuerdos de las personas sobre diferentes tipos de acontecimientos para examinar la calidad (incluidos la viveza y el nivel de detalle) de sus recuerdos de sus actos poco éticos en comparación con otros actos.
Por ejemplo, en uno de nuestros estudios, nos basamos en las experiencias pasadas de las personas y descubrimos que las personas que recordaban y escribían sobre un comportamiento poco ético tenían menos probabilidades de recordar los detalles de sus acciones unos días después en comparación con las personas que tenían un comportamiento ético y las personas que recordaban y escribían sobre acciones positivas o negativas (pero no poco éticas).
En otro estudio, pedimos a los participantes que leyeran una historia detallada sobre un acto poco ético. Algunos leen una historia en tercera persona sobre otra persona; otros leen una historia en primera persona pidiéndoles que se imaginen estar en la piel de la persona descrita en la historia. Una vez más, la gente tendía a olvidar sus «propios» actos poco éticos, pero recordaba los de otras personas.
También realizamos un estudio en el que los participantes tuvieron la oportunidad de hacer trampa en un juego de lanzar dados para ganar dinero al informar mal de su actuación. Luego, medimos su memoria unos días después. Lo que descubrimos es que los participantes que hacían trampa tenían recuerdos menos claros, vívidos y detallados de sus acciones en comparación con los que se comportaban con honestidad.
También examinamos las consecuencias de una amnesia poco ética. En dos de nuestros estudios, por ejemplo, unos días después de dar a los participantes la oportunidad de hacer trampa y denunciar erróneamente su actuación para obtener dinero extra, les dimos otra oportunidad de hacerlo. Descubrimos que el engaño inicial inspiró una amnesia poco ética, lo que llevó a un comportamiento poco ético en la tarea posterior.
En general, nuestras conclusiones demuestran una reducción constante de la claridad y la viveza de la memoria de las personas sobre sus acciones poco éticas en el pasado, lo que también explica por qué se comportan repetidamente de forma deshonesta a lo largo del tiempo. Según nuestras investigaciones, las acciones poco éticas tienden a olvidarse; cuando se recuerdan, los recuerdos de conductas poco éticas son menos claros que los recuerdos de otros tipos de conductas positivas y negativas.
Comprender la psicología que impulsa las decisiones puede ayudarnos a entender los escándalos de trampas empresariales y, con suerte, a comportarnos de manera más ética y a promover un comportamiento más ético en nuestras propias organizaciones.
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