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••• Hace unos años, me gradué de la universidad con enormes deudas estudiantiles y sin trabajo. Mientras estaba en la escuela, pasé más de seis meses solicitando empleo en empresas. Si no me rechazaban, oía grillos. Una vez, superé varias rondas de entrevistas y una negociación salarial, solo para que el empleador me engañara. Desesperado por pagar el alquiler, probé suerte como autónomo. Encontré fuentes y publiqué historias a los medios de comunicación durante dos semanas enteras antes de darme por vencido por completo. Me aseguré de no preocuparme, de que conseguir un trabajo era lo único que importaba al final. Pero cuando por fin conseguí mi primer puesto como editor de noticias, me sentí miserable. Odiaba las largas y erráticas horas. Revisar horas de imágenes trágicas me puso nerviosa. Peor aún, tardé más (mucho más) que mis colegas en hacer las cosas. Sentía que estaba fallando —en todo— incluso antes de que empezara mi carrera. Mientras aceptaba mis reveses, todos los que me rodeaban parecían estar viviendo su vida de la mejor manera. Algunos elegían entre varias ofertas de trabajo y sus amigos compartían sus éxitos en las redes sociales. Cuanto más me comparo con los demás, más aislado me quedo. Después de casi un año de caer en la vergüenza, decidí ir a comer con unos excompañeros de clase. Le pregunté a mi amigo cómo le había ido en su reciente viaje de trabajo. (Las imágenes de Instagram tenían un aspecto divertido.) Me dijo que era horrible. En el trabajo, sus historias eran rechazadas constantemente y se veía obligado a realizar tareas de poca monta a las que no se había apuntado. Odiaba su trabajo, pero tenía demasiado miedo de dejarlo. Eso impactó en casa. A pesar de lo brillantes y perfectas que parecían sus vidas, muchos de mis compañeros se sentían tan rotos y derrotados como yo. Mi amiga autónoma, que también tenía dificultades para encontrar trabajo, se vio obligada a pedir ayuda financiera a sus padres. Otro amigo estaba lidiando con un jefe tóxico y agotándose. Al darme cuenta de que mi experiencia no fue del todo única, me fue mucho más fácil hablar sobre mis dificultades. Nuestras conversaciones me hicieron sentir un poco menos sola. Es difícil hablar del fracaso. El[la vergüenza y la culpa que nos imponemos nos mantienen callados](/2021/08/lets-talk-about-our-career-failures), pero cuanto más lo retenemos, más crece. Nos olvidamos de que fallar es normal. Es una parte inamovible del viaje hacia el éxito. Para cambiar la narrativa y validar esa experiencia, tenemos que ser dueños de ella. Cuando lo hagamos, nos daremos cuenta de que no somos los únicos que nos sentimos así. Podemos permitirnos sentir plenamente nuestros sentimientos, buscar la ayuda que necesitamos y conectar con los demás de manera más auténtica. Y así es como aprendemos, crecemos y avanzamos mejor que cuando empezamos. ![](https://hbr.org/resources/images/article_assets/2021/08/Book-icon-def.png) ## Lecturas recomendadas **[Deje de esforzarse por ser su «yo del futuro»](/2021/09/stop-striving-to-be-your-future-self)** _de Damian Walsh_ Los que tenemos una visión rígida de lo que queremos ser, digamos, dentro de 10 años, puede que, sin saberlo, estemos intentando estar a la altura de un ídolo tóxico. Cuando atamos nuestro sentido del yo a un objetivo específico, podemos cerrar la puerta sin querer a todo un subconjunto de posibilidades que, en realidad, son fundamentales para lograr la felicidad o el éxito profesional. **[Rechazan a todo el mundo: así es como seguir adelante](/2021/08/everyone-gets-rejected-heres-how-to-move-on)** _por Raj Tawney_ Que lo rechacen o se vaya es desalentador sin importar cuántos años haya invertido en su trayectoria profesional. Pero aunque al principio duela, el rechazo puede hacerlo más fuerte a largo plazo. La clave para lograr sus ambiciones profesionales se reduce a una pregunta: ¿Cuántas veces está dispuesto a levantarse después de una caída? **[Hablemos de nuestros fracasos profesionales](/2021/08/lets-talk-about-our-career-failures)** _de Lan Nguyen Chaplin_ Cuando nos despiden, nos decepcionan o nos dicen que no nos hemos ganado el derecho a un ascenso, no solemos ir por ahí compartiendo las noticias en las redes sociales. Pero dar voz a nuestros reveses, en última instancia, nos permite encontrar una comunidad, recuperar nuestra confianza y recuperar la responsabilidad de nuestros viajes. [**Cómo recuperarse cuando su carrera se descarrila**](/2020/04/how-to-recover-when-your-career-gets-derailed) _de Virginia Buckingham>_ La mayoría de nosotros hemos tenido pequeños contratiempos en el trabajo. Pero, ¿cómo se recupera de un revés tan grande que le hace perder su trabajo o arruina por completo su carrera? **[Cuando su trabajo es su identidad, el fracaso profesional duele más](/2019/06/how-we-confuse-our-roles-with-our-self)** _de Timothy O'Brien_ Cuando no podemos distinguir entre el papel y el yo, podemos tomarnos las inevitables patadas de la vida de manera demasiado personal. Pero hay maneras de desenredarnos para que podamos trabajar mejor y marcar las diferencias que queremos marcar. _¿Me gusta lo que ve? Este artículo es una adaptación de [nuestro boletín semanal](/email-newsletters?movetile_hbpascendnl&hideIntromercial=true)_.