Unfiltered

Una guía para crear un negocio de éxito siendo fiel a ti mismo.

En 2016, a Rachel Pedersen, aspirante a empresaria, se le ocurrió la ingeniosa idea de financiar mediante crowdfunding el dinero que necesitaba para abrir una franquicia de un popular restaurante. Trabajó día y noche repartiendo folletos, publicando en las redes sociales y difundiendo la noticia por toda la ciudad.

El día en que se lanzó la campaña, se sentó ante el ordenador y comprobó emocionada el saldo: cero dólares. No podía ser. Después de todo, había trabajado duro y la idea era sólida. Actualizó la página: cero dólares.

Rachel se sintió humillada y sintió que había defraudado a todo el mundo. Este sería el punto en el que mucha gente se habría dado por vencida, pero Rachel se negó a que este revés le impidiera alcanzar sus sueños.

Después de aprender de sus errores y trabajar duro, Rachel se convirtió en fundadora y directora ejecutiva de dos empresas multimillonarias, ganó varios premios de marketing y fue calificada como la "Reina de las Redes Sociales"

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En este resumen de Sin Filtrar, echaremos un vistazo a algunas de las lecciones y estrategias más importantes que Rachel Pedersen ha aprendido a lo largo de su trayectoria empresarial. Empezaremos hablando de los aspectos iniciales de la creación de una empresa y de cómo adoptar la mentalidad del empresario que quieres ser.

También aprenderemos algunos consejos útiles para crear una base empresarial sólida y conectar con el público de tus sueños siendo tu yo más auténtico. Por último, hablaremos de cómo superar los obstáculos y crear patrones de pensamiento más positivos cuando el camino hacia el éxito se llena de baches.

Las razones para emprender un negocio son diferentes para cada persona, y cambian con nosotros a medida que crecemos.

Uno de los primeros pasos más importantes para iniciar tu andadura empresarial es descubrir tu "por qué". ¿Por qué quieres crear una empresa?

Puede parecer una pregunta bastante sencilla, pero encontrar la respuesta suele ser más fácil decirlo que hacerlo. También se complica por el hecho de que las personas cambiamos. A medida que crecemos en las distintas estaciones de nuestra vida, nuestros sueños y objetivos crecen con nosotros.

Podrías preguntar a mil empresarios cómo empezó su andadura y cada vez obtendrías una respuesta distinta. El deseo de crear una empresa puede ser puramente económico, lo cual está muy bien. Sin embargo, también puede ser profundamente personal y requerir un gran examen de conciencia.

Una forma inteligente de enmarcar esta idea en tu mente es separar tus razones en tres categorías de "iniciadores del fuego": leña, palos y troncos.

La leña es importante para encender el fuego.

La leña es importante para encender el fuego, pero tiende a consumirse rápidamente. Las razones que entran en esta categoría pueden ser ideas cortoplacistas como "Necesito dinero de verdad ahora mismo" u "Odio mi horario de 9 a 5 y quiero dejarlo".

Los palos representan las razones para encender el fuego.

Los palos representan razones un poco más sólidas: piensa "Quiero tener más flexibilidad en el trabajo" o "Quiero que mi familia tenga una vida mejor". Los palos son fáciles de encontrar y mantienen el fuego encendido durante más tiempo, pero aún así no durarán como su propia estructura.

Por último, están los troncos. Aunque tardan más en encenderse de verdad, los troncos proporcionan una base sólida para el fuego y arderán durante mucho tiempo. Los troncos representan razones que alimentan un propósito mayor tanto en tu negocio como en tu vida personal, como querer crear un cambio en tu sector, comunidad o incluso en el mundo.

A veces puede resultar difícil determinar la razón exacta por la que quieres emprender, pero es un elemento crucial para construir tu negocio en tus propios términos. Cuando el camino se complica, es importante ser capaz de recordar por qué empezaste en primer lugar.

Antes de crear una empresa, tienes que adoptar la mentalidad del empresario que quieres ser.

Una vez que hayas identificado tus motivos personales para crear una empresa, el siguiente paso es adoptar la mentalidad del empresario en el que quieres convertirte. Esto incluye decidir qué tipo de negocio tiene más sentido para ti y tu estilo de vida.

A Rachel le gusta referirse a este paso del proceso como "encontrar tu punto de partida".

El mejor punto de partida son tus pasiones. Piensa en las cosas que más te gustan. ¿Te interesa viajar? ¿Te satisface la educación y aprender cosas nuevas? ¿Te gusta conocer gente nueva y participar en una comunidad? Cuanto más te apasione el tipo de negocio que elijas, más trabajo estarás dispuesto a dedicarle para que tenga éxito.

Luego, tendrás que canalizar a tu superhéroe interior y descubrir los poderes ocultos tras tus "debilidades" percibidas. A veces, lo que consideramos nuestros peores defectos resultan ser nuestros mayores puntos fuertes.

Por ejemplo, los profesores de Rachel comentaban constantemente que era demasiado sociable en clase. Aunque esto se consideró negativo en sus notas escolares, más tarde utilizó este talento para convertirse en una gerente de redes sociales con un éxito increíble.

Otro consejo útil es seguir el viejo adagio "Nunca lo sabrás hasta que lo intentes". Algunos negocios pueden ser engañosos por fuera y lo que te parece emocionante al principio puede acabar siendo mucho menos glamuroso en realidad. Date tiempo para probar cosas nuevas y ver qué se pega.

Otra forma estupenda de adoptar la mentalidad de un empresario es buscar un mentor. La clave está en encontrar a alguien que haya alcanzado metas similares a las tuyas y que comparta la misma moral y los mismos valores. La oportunidad de aprender de alguien con experiencia empresarial real puede ser un recurso inestimable, sobre todo cuando estás empezando.

La mayoría de los consejos empresariales convencionales te dirán que te "apures" o que busques una solución rápida.

A lo largo de tu andadura empresarial, recibirás muchos consejos empresariales, bienvenidos y no bienvenidos. Esto puede resultar abrumador, sobre todo porque nuestra sociedad es partidaria de la idea de que sólo puedes alcanzar el éxito si te esfuerzas mucho o si encuentras una solución rápida a todos tus problemas.

A menudo se utilizan indistintamente, pero trabajar duro y esforzarse no son lo mismo. El trabajo duro implica dar pasos concretos hacia la consecución de un objetivo específico. El ajetreo es más bien un estado desenfocado de movimiento constante.

La "cultura del ajetreo" se nutre del miedo y de la creencia de que todo lo que has conseguido hasta ahora podría desvanecerse en un instante si dejas de moverte. Esta idea crea bloqueos mentales perjudiciales para los empresarios potenciales, y es una de las razones por las que tantas empresas fracasan en sus primeros años.

En el extremo opuesto del espectro, algunos "gurús empresariales" depredadores estarán ansiosos por venderte un botón mágico que te ayude a convertirte en un triunfador de la noche a la mañana. El único problema es que eso no existe. Si existiera, alguien ya lo habría encontrado.

La ironía final es que los empresarios que dedican su tiempo a trabajar de verdad alcanzarán sus objetivos mucho antes que las personas que pierden el tiempo buscando una salida fácil. Puede parecer demasiado obvio, pero el viejo refrán sigue siendo cierto: la lentitud y la constancia ganan la carrera.

La clave está en trabajar duro, construir una base sólida y no saltarte lo básico. Antes de empezar, repasa los aspectos más básicos de tu posible negocio. ¿Cuáles son los costes de Startup? ¿Existen barreras de entrada? ¿Habrá una forma fácil de pivotar si no funciona? Estudia los cimientos y decide si tu idea es lo suficientemente sólida como para valerse por sí misma.

Ser fiel a ti mismo en las redes sociales te ayudará a conectar con el público de tus sueños.

No hay duda de que las redes sociales son una parte crucial para dar a conocer tu negocio, sobre todo al principio. Dicho esto, lo único predecible de las redes sociales es que son... impredecibles. Las plataformas van y vienen, el apetito del público cambia y los algoritmos parecen evolucionar de la noche a la mañana.

Así que, ¿cómo creamos exactamente un perfil online excelente en un espacio que cambia constantemente? En primer lugar, empecemos por lo básico. Aunque Rachel tiene muchos consejos valiosos para crecer en las redes sociales, confía en dos reglas de oro.

La primera es elegir plataformas que te gusten. Como hay tantas para elegir -y cada día aparecen nuevas-, una buena regla general es elegir entre una y tres plataformas que realmente te guste utilizar. También es buena idea elegir plataformas que muestren signos de longevidad. No sirve de nada crear un perfil perfecto si la plataforma en sí no está hecha para durar.

La segunda regla es elegir una plataforma que te guste.

La segunda regla es ser siempre auténtico en las redes sociales. Aquí es donde entra en juego la creación de contenido valioso. Piensa en el contenido como en un teaser trailer de tu negocio. Aparte de la publicidad tradicional, éste va a ser el mejor lugar para mostrar a la gente de qué vas.

Hay muchos tipos diferentes de contenido que puedes producir, todos con sus pros y sus contras. El contenido de texto es el más rápido de hacer, pero a veces puede parecer un poco impersonal. Las fotos añaden un poco más de personalidad, pero siguen sin conectar del todo. El contenido de vídeo es el que más tarda en crearse, pero ofrece la mejor oportunidad de mostrar a tu público tu yo más auténtico.

Independientemente del tipo de contenido en el que decidas centrarte, la clave es ser coherente y crear pensando en tu público. La mayoría de los profesionales del marketing caen en la trampa de centrar sus esfuerzos en la marca y no en el consumidor. Cuando creas contenido que pone a tus clientes en primer lugar, tu relación con ellos será mucho más fuerte.

El equilibrio entre trabajo y vida personal requiere límites sanos y una planificación cuidadosa.

Imagínate paleando la entrada de tu casa durante una fuerte tormenta de nieve. No importa cuánta nieve consigas quitar, seguirá amontonándose hasta que sea demasiado para manejarla. Así es dirigir un negocio sin un plan sólido.

Los primeros años después de poner en marcha su negocio, Rachel dijo que sí a todo y asumió mucho más de lo que podía gestionar. Esto significaba que apenas tenía tiempo para comer, por no hablar de dormir. Al darse cuenta de que las cosas tenían que cambiar, creó una solución que ella llama "Business-By-Design" (negocio por diseño).

El "Business-By-Design" (negocio por diseño).

El plan "Business-By-Design" se centra en la creación de límites saludables para tu negocio y tus clientes, así como en la preparación para los baches inesperados en el camino.

Un buen punto de partida es centrarte en tu presupuesto. Desde el punto de vista financiero, cuanto antes establezcas un presupuesto claro, mejor. Aunque a veces pueda parecer tedioso, prestar mucha atención a dónde va tu dinero es la mejor manera de decidir cómo gastarlo sabiamente.

Otra parte de tu negocio que necesita un presupuesto cuidadoso es tu tiempo. Los aspectos básicos del día a día de la gestión de una empresa requieren mucho más tiempo y atención de lo que la mayoría de la gente cree, por lo que aprender a gestionar tu agenda es crucial.

Cuando tu lista de tareas pendientes se descontrola, es útil dividir las tareas en partes más pequeñas que sean más manejables. Una de las formas favoritas de Rachel de enfocar esto es creando su "Power 10". En otras palabras, cuando sientas que tienes un millón de cosas que hacer, elige las diez más importantes para centrarte en ellas durante el día.

Para mantener el equilibrio entre trabajo y vida personal, también es necesario crear límites que ayuden a mantener las cosas bajo control. Desgraciadamente, algunos clientes se sentirán con derecho a tener acceso las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y a una comunicación constante, nada de lo cual es saludable ni sostenible.

Como solución a este problema, Rachel crea documentos de "Cómo funciona" para su negocio, que envía a cada cliente como parte del proceso de incorporación. Estos documentos establecen las reglas básicas y pretenden responder a cualquier pregunta que el cliente pueda tener sobre la comunicación.

Por ejemplo, cubre cuestiones como el horario laboral, las vacaciones y lo que constituye realmente una situación de emergencia. Esto ayuda a dar tranquilidad a ambas partes y a crear una relación de trabajo mutuamente beneficiosa.

Puedes crear tus propios límites que se adapten tanto a tu negocio como a tu vida personal, pero lo más importante es cómo los haces cumplir. Todas las partes implicadas deben ser conscientes de que se trata de instrucciones, no de sugerencias.

El viaje no termina cuando alcanzas el "éxito"

Muchos futuros empresarios ven el "éxito" como la luz al final del túnel. Si pudieran alcanzarlo, todo iría mejor. En teoría, es una buena idea, pero no tiene sentido por varias razones.

En primer lugar, la idea de éxito de cada persona es diferente. Lo que tú consideras "triunfar" podría ser el primer paso de otra persona. Por ejemplo, tu objetivo podría ser simplemente ayudar a tu familia a vivir más cómodamente, mientras que otra persona podría sentir que su viaje no está completo hasta que alcance un millón de dólares en ventas.

En segundo lugar, las cosas son diferentes para cada persona.

En segundo lugar, las cosas no son necesariamente más fáciles una vez que se considera que un negocio tiene éxito. De hecho, más dinero y crecimiento suelen invitar a más oportunidades de fracasos y pasos en falso. Pregunta a cualquier empresario y te dirá que, en algún momento, las cosas saldrán mal. Es inevitable.

Lo que importa es cómo reaccionas ante estos retos. Ser proactivo y adoptar medidas preventivas es útil, pero no siempre se puede estar preparado para todo. Cuando las cosas van mal y tienes ganas de rendirte, cambiar tu forma de pensar sobre la situación hace maravillas.

Como seres humanos, estamos predispuestos a recurrir a viejos hábitos, aunque sean perjudiciales. Un buen punto de partida para superar nuevos obstáculos es abandonar los patrones de pensamiento que puedan estar frenándote. Si dudar de ti mismo no ha funcionado en el pasado, ¿por qué no pruebas a creer en ti?

La percepción también desempeña un papel muy importante en lo que se convierte en nuestra realidad. Aunque por dentro te sientas inseguro, intenta actuar como lo haría una persona segura de sí misma por fuera. El mero hecho de caminar y hablar con confianza puede brindarte oportunidades que nunca habrías imaginado.

La última cosa que debes recordar, y posiblemente la más importante, es que puedes no estar bien. Si te encuentras agotado, ansioso o deprimido por tu negocio, debes saber que todos estos sentimientos son válidos. Date un tiempo para superarlos y luego haz todo lo que puedas para levantarte y volver al ruedo.

Conclusiones

La decisión de montar un negocio no la tomarás una sola vez: tendrás que elegirla continuamente, todos y cada uno de los días. Habrá fracasos y momentos en los que querrás abandonar, pero lo que realmente importa es cómo reaccionas ante estos retos. En los momentos difíciles, descubrimos de qué estamos hechos realmente.

El éxito tiene un aspecto diferente.

El éxito es diferente para cada persona y cambia a medida que crecemos. Siempre que te esfuerces y te mantengas fiel a lo que eres, podrás construir la vida que deseas y el negocio de tus sueños. Incluso cuando hayas alcanzado tus objetivos, siempre hay espacio para conseguir otros nuevos e incluso mayores.

Recuerda, el éxito no es el final de tu viaje, es sólo el principio.