The Professor Is In
Aprende a conseguir un trabajo en el mundo académico.
¿Sueñas con una vida como profesor universitario? Pues debes saber que conseguir un buen puesto en una universidad de renombre es cada vez más difícil, ya que cada vez más licenciados compiten por hacerse con uno de los pocos puestos disponibles. Sin embargo, si tienes en cuenta algunas cosas, puedes aumentar drásticamente tus posibilidades de éxito.
Como muestra este resumen, debes demostrar a los posibles empleadores no sólo que realizas una investigación interesante, sino que eres socialmente hábil y sabes colaborar con los demás.
En estos resúmenes, aprenderás
- qué le pasa a tu CV;
- por qué es tan importante tener una identidad académica clara; y
- por qué debes evitar el vocabulario rebuscado durante tu entrevista de trabajo.
- .
Las cambiantes circunstancias económicas han dificultado la carrera académica.
"La academia Americana está en crisis"
Una carrera académica puede ser muy gratificante. Pero estudiar en una universidad reconocida se ha vuelto extremadamente caro, por lo que una vida en el mundo académico puede significar también una vida endeudada. He aquí por qué:
Por la presión financiera causada por la disminución de la financiación pública, las universidades Americanas han tenido que aumentar las matrículas de las universidades públicas. Como resultado, cada vez más estudiantes se gradúan muy endeudados.
Las universidades públicas también han subido sus tasas académicas. De 2008 a 2014, la matrícula anual ajustada a la inflación en las universidades públicas subió un 27%, un aumento medio global de 1.850 dólares. En Arizona y California, las matrículas subieron más del 70%.
Y así, durante los últimos años, la deuda de los estudiantes también ha aumentado drásticamente. En 2012, la deuda media de un recién graduado era de 29.400 $, un 25 por ciento más que la deuda media de 2008. En 2014, la deuda media de un recién graduado era de 57.600 $.
¿Qué ha pasado?
¿Qué ha ocurrido? Principalmente, se debe a que el estado gasta menos en educación superior. Entre 2008 y 2013, por ejemplo, el gasto se redujo en un 28%.
Por otra parte, el gasto en educación superior se redujo en un 20%.
Además, durante los últimos años, las universidades se han concentrado en contratar personal administrativo, como decanos y prebostes, en lugar de contratar profesores. Según el Departamento de Educación de EEUU, el número de administradores contratados por las facultades y universidades entre 2001 y 2011 fue un 50 por ciento mayor que el número de instructores contratados.
La triste realidad de la contratación de personal administrativo en las universidades es que no se ha contratado a profesores.
La triste realidad es que el trabajo docente se asigna en su mayor parte a profesores adjuntos contratados que cobran tan sólo 1.800 dólares al mes por impartir clases en la universidad. Además de la mísera paga, la mayoría de los académicos de las universidades acaban trabajando en circunstancias poco deseables.
Por otra parte, los profesores no tienen acceso a la educación superior.
Además, en 2013, sólo el 25% tenía un puesto fijo, algo especialmente problemático para los estudiantes de postgrado que arrastran grandes deudas.
Así que los estudiantes de postgrado se enfrentan a una ardua batalla a la hora de encontrar trabajo. Y la mayoría ni siquiera lo sabe. En el siguiente resumen, arrojaremos algo más de luz sobre la situación.
Los estudiantes de postgrado subestiman las duras condiciones de trabajo en el mundo académico.
Conseguir un trabajo en el mundo académico no es un paseo, y muchos solicitantes de empleo empiezan a enviar solicitudes ingenuamente, sin darse cuenta de los retos que les esperan. Esto es especialmente cierto en el caso de los estudiantes de postgrado, que a menudo tienen fantasías poco realistas sobre el mercado laboral académico.
Típicamente, los licenciados tienen tres creencias: la primera es que tener un asesor conocido garantiza conseguir un buen trabajo; la segunda es que la pasión por un campo de investigación basta para distinguir a un candidato; y, por último, que las buenas ideas son más importantes que un buen currículum.
Las fantasías de los licenciados sobre el mercado laboral académico.
Lo que subestiman es su competencia: hay masas de candidatos, cada uno de los cuales piensa de forma similar. En el campo del inglés, por ejemplo, una oferta de trabajo puede atraer hasta 1.000 candidatos.
Otro obstáculo es la competencia.
Otro obstáculo es que, a menudo, los asesores no preparan a sus estudiantes de postgrado para el mercado de trabajo de perro-come-perro. Pueden decir que las tasas de colocación de su programa de doctorado son muy buenas, por ejemplo, lo que puede dar lugar a que los estudiantes no se preparen lo suficiente.
Los estudiantes también pueden tener problemas para encontrar trabajo.
Los estudiantes también pueden dar menos importancia a la publicación en revistas revisadas por pares o a la asistencia a congresos importantes.
En ocasiones, el problema estriba en la falta de preparación de los estudiantes.
A veces el problema puede ser que los asesores son simplemente demasiado amables y no advierten a sus estudiantes de la dureza del mercado laboral.
Pero incluso si los licenciados son conscientes del mercado laboral, a veces utilizan estrategias que perjudican más que benefician. Por ejemplo, los licenciados pueden restar importancia a sus aspiraciones profesionales, llegando a afirmar que no son demasiado ambiciosos o que preferirían enseñar en una universidad pequeña. Este enfoque no mejora sus posibilidades de conseguir un buen trabajo; en todo caso, hace que sea menos probable que lo consigan, y aumenta la probabilidad de que no vayan más allá del puesto de profesor adjunto.
Aclarar tu identidad académica puede rectificar errores comunes cometidos durante tu búsqueda de empleo.
Aprender de los errores de los demás puede mejorar enormemente tus posibilidades de éxito, y si buscas un trabajo en el mundo académico, es especialmente útil localizar dónde se equivocaron los demás. Cuando buscan trabajo, los estudiantes de postgrado se sabotean a sí mismos sin darse cuenta de tres maneras principales.
En primer lugar, los estudiantes de postgrado se sabotean a sí mismos de tres maneras principales.
En primer lugar, parlotean sobre su tesis durante las entrevistas de trabajo. En realidad, los entrevistadores están mucho más interesados en saber qué valor puede aportar un candidato a la institución, como cuántos artículos tiene previsto publicar y las subvenciones que puede conseguir.
Otra forma de sabotearse a sí mismo es la siguiente.
Otra trampa en la que caen los licenciados es esperar a que les den permiso -que nunca llega- en lugar de tomar ellos mismos la iniciativa. Por ejemplo, a veces los asesores no informan a los estudiantes de que deben publicar si quieren construir un currículum competitivo.
Los estudiantes de posgrado también cometen a menudo el error de seguir actuando como estudiantes en las entrevistas, comportándose sumisamente en lugar de dirigirse a los entrevistadores como iguales. Pero, por supuesto, los entrevistadores no están buscando a otro estudiante, sino a un colega.
Cuidado con los estudiantes de posgrado.
Para evitar estas meteduras de pata, debes aclarar tu identidad académica respondiendo a tres preguntas:
En primer lugar, ¿cuál es tu área y tema de interés? Defínelo para aclarar lo que estás haciendo. Tu área de investigación podría ser el Japón moderno, por ejemplo, y tu enfoque temático podría ser el género.
A continuación, ¿cuál es tu programa de investigación? Esto incluye las revistas en las que deseas publicar y los próximos proyectos en los que estés trabajando, como la publicación de un libro en una importante editorial universitaria.
Por último, ¿cuál es tu programa de investigación?
Por último, ¿cuáles son tus compromisos pedagógicos? Es decir, ¿qué quieres que tus alumnos obtengan de tus clases? Por ejemplo, puede haber algunos estereotipos -sólo los pobres viven en África, por ejemplo- que desees erradicar o sobre los que quieras ilustrar a tus alumnos.
Articular tu identidad académica te dará la mentalidad adecuada para tu búsqueda de empleo. Pero también debes tener los documentos adecuados. Veámoslos a continuación.
Tu carta de presentación debe ser específica, basada en hechos y bien estructurada.
Todo el mundo comprende la importancia de un CV de primera categoría a la hora de solicitar cualquier trabajo. Pero algo que a menudo se descuida es la carta de presentación. A continuación te explicamos cómo escribir una carta de presentación que te sitúe por delante de los demás.
Cómo escribir una carta de presentación que te sitúe por delante de los demás.
Hay cuatro reglas de estructuración para crear una gran carta de presentación.
Primero, escribe la carta de presentación.
En primer lugar, incluye el membrete de tu institución académica actual. Este sencillo paso hará que tu carta de presentación parezca más profesional al instante.
Primero, incluye el membrete de tu institución académica actual.
A continuación, tu carta debe tener dos páginas, escritas con letra de 11 ó 12 puntos, preferiblemente Times New Roman o Garamond. Además, los márgenes deben ser de unos dos centímetros de ancho.
En tercer lugar, no dediques más de un párrafo a tu disertación. Es probable que los miembros de los comités de contratación no quieran oír hablar tanto de ella como tú.
Asimismo, asegúrate de incluir un segundo proyecto de investigación que esté relacionado de algún modo con la tesis doctoral en la que piensas trabajar. Esto demostrará tu interés por seguir construyendo y ampliando tu trabajo.
Además de estas normas de estructuración, en tu carta de presentación debes enumerar sólo hechos, y evitar utilizar un lenguaje emotivo. A algunos solicitantes de empleo les encanta escribir sobre su pasión por la enseñanza o su campo de investigación, pero es mucho mejor sustituir cualquier afirmación grandilocuente por hechos que demuestren esta pasión. Por ejemplo, podrías incluir una descripción detallada de los cursos que has impartido o del tipo de métodos de enseñanza que piensas emplear.
Una vez que hayas estructurado tu carta, debes adaptarla a la oferta de trabajo.
Empieza por leer detenidamente la descripción del puesto. Esto te ayudará a comunicar claramente cómo encajas en el puesto. Después, investiga el departamento para identificar a posibles colaboradores, y explica cómo podrías colaborar con ellos.
Un buen CV es cuestión de cantidad, calidad y el principio de la revisión por pares.
"No todas las líneas del CV son iguales"
Ahora que tienes una carta de presentación centrada y profesional, debes acompañarla de un CV de calidad.
Por supuesto, la calidad del contenido es primordial, pero la cantidad también importa. De hecho, deberías ser capaz de añadir algo de valor a tu CV cada mes. Puede tratarse de una conferencia nacional a la que hayas asistido, una charla que hayas dado en el campus o una beca que te hayan concedido.
Cada mes debes ser capaz de añadir algo de valor a tu CV.
También debes ser capaz de identificar y destacar los puntos importantes de tu CV. Por ejemplo, una reseña de un libro tiene menos valor que escribir una propuesta de libro y presentarla a las principales editoriales de tu campo. En cuanto a la docencia, trabajar como ayudante de profesor es menos valioso que crear contenidos para tu propia clase e impartirla.
Tu currículum vitae debe destacar los puntos importantes.
Tu CV también debe guiarse por el principio de la revisión por pares.
Este principio dice que cualquier cosa que hayas hecho que haya sido revisada por compañeros académicos es más importante y competitiva que una actividad voluntaria. Un artículo publicado en una revista revisada por pares vale más que impartir cursos porque la docencia es voluntaria, mientras que la revisión por pares demuestra tu destreza intelectual desde un punto de vista más objetivo. Del mismo modo, las charlas en el campus por las que hayas optado son menos competitivas que ser invitado a dar una conferencia en otro campus.
Por último, a la hora de redactar tu CV, hay dos secciones que deben tener prioridad.
La educación es la primera sección.
La educación es la primera y también debería ser la primera sección de tu CV. En este apartado, asegúrate de utilizar las abreviaturas adecuadas, como doctorado, en lugar de doctor en filosofía, ya que escribir los títulos en voz alta puede parecer pretencioso.
La otra sección más importante de tu currículum es la formación.
La otra sección más importante es tu actividad en conferencias. En esta parte, incluye cualquier conferencia en la que hayas organizado paneles, presentado comunicaciones o formado parte de un panel de debate.
Un CV creíble y una carta de presentación sólida te permitirán empezar con buen pie tu búsqueda de empleo. Pero también debes dominar el arte de la declaración docente, que veremos a continuación.
Tu declaración docente debe ser profesional y explicar tu filosofía de la enseñanza.
Si te apasiona trabajar en el mundo académico, lo más probable es que te apasione la enseñanza. Eso es estupendo. Pero a la hora de redactar tu declaración de docencia, tienes que ser capaz de comunicarlo de la forma adecuada.
Una buena declaración de docencia es una buena forma de comunicar tu pasión por la docencia.
Una buena declaración docente sigue tres reglas.
En primer lugar, no debe tener más de una página, y debe servir de apoyo a tu carta de presentación y a tu CV.
En segundo lugar, no debe tener más de una página, y debe servir de apoyo a tu carta de presentación y a tu CV.
En segundo lugar, no seas demasiado humilde y evita utilizar palabras emotivas. Demasiados solicitantes escriben sobre lo honrados que se sintieron al impartir una determinada clase o lo apasionados que son por la enseñanza: buenos sentimientos, pero no una buena forma de demostrar tu competencia.
Por último, no seas demasiado humilde y evita utilizar palabras emotivas.
En tercer lugar, no escribas la parte docente de tu CV en su totalidad. Nadie quiere leer cómo primero diste esta clase y luego empezaste a dar aquella otra. Sé breve
Además de estas reglas, deberías incluir los tres elementos siguientes en tu declaración:
Articular tus ideas sobre la finalidad de la docencia universitaria. La declaración docente a veces también se denomina "filosofía docente", así que piensa en el valor inherente de la docencia, como preparar a los estudiantes para enfrentarse a una situación concreta.
Entonces, demuestra cómo te sientes en la universidad.
A continuación, demuestra cómo puedes conseguirlo con estrategias docentes específicas, y respalda la eficacia de estas estrategias docentes con pruebas claras, como las evaluaciones de los cursos.
El tercer elemento básico es la declaración docente.
El tercer elemento básico es el último párrafo: la conclusión. Tiene que ser contundente, y la mejor forma de pulirla es mostrar cómo repercutirá tu enseñanza en tus alumnos.
Si te piden que incluyas un portafolio docente, no exageres en un intento de asombrar al comité. Limítate a demostrar que puedes organizar una clase, y echa un vistazo a algunos de los planes de estudio actuales de la universidad para hacerte una idea de la carga de trabajo.
Recuerda adaptar los cursos al departamento y al campus. Si estás enviando una pila de solicitudes, ¡resiste el impulso de copiar y pegar!
Ahora que ya tienes los documentos que te permitirán conseguir una entrevista, ¿qué puedes hacer para asegurarte de que la entrevista sale bien?
Acaba con tu entrevista de trabajo presentando una investigación relevante y sabiendo cómo responder correctamente a las preguntas.
Una vez que hayas conseguido una entrevista de trabajo, tienes que tener en cuenta algunas cosas clave. Comencemos por tu investigación.
Al presentar tu investigación, concéntrate en sus aspectos más relevantes. En tu presentación, así como en la sesión de preguntas y respuestas, intenta adaptar tu investigación al puesto anunciado. Así, si el puesto se refiere a la literatura británica del siglo XIX, no balbucees sobre el desarrollo del cine postcolonial. Céntrate en la investigación que has realizado sobre la literatura británica del siglo XIX, o en cómo tu investigación se ve influida por ella.
Lo mejor es que empieces tu presentación con un único párrafo contundente que aclare el tema de la charla, incluida su estructura básica.
Después de haber presentado tu investigación, prepárate para responder a preguntas en tres áreas diferentes.
La primera área será tu disertación. Aquí, es importante que seas capaz de articular en qué se diferencia tu disertación de otras investigaciones en tu campo y cómo afecta a éste.
En este punto, es importante que seas capaz de articular en qué se diferencia tu disertación de otras investigaciones en tu campo y cómo afecta a éste.
Hacia el final de tu presentación, durante la sesión de preguntas y respuestas, es probable que el entrevistador cuestione tus teorías o ideas. Si te cuesta responder a una pregunta, intenta reformularla. Por ejemplo, si te preguntan por qué no incluiste ciertas cosas en tu investigación, di que las habías tenido en cuenta, pero que tus hallazgos te llevaron a centrarte en una cuestión diferente, más importante, que sí abordaste.
También es probable que te pregunten sobre tus planes de publicación a corto y largo plazo. Puede que te pregunten sobre el libro que piensas escribir -si ya has hablado de ello con un editor, por ejemplo- o sobre tu plan de investigación para los próximos cinco años.
Conoce tu conjunto de habilidades y tu motivación.
No todos los licenciados tienen como objetivo trabajar en el mundo académico. ¿Y qué pasa si lo tuyo son los negocios o la industria? A continuación te explicamos cómo conseguir un trabajo en el mundo no académico.
Como es probable que muchas de tus actividades y logros académicos no resulten atractivos al instante para los posibles empleadores, merece la pena saber cómo traducir tus habilidades para que encajen en un mercado laboral más convencional. Por ejemplo, tener una licenciatura en ciencias políticas puede no llamar la atención de nadie, pero las empresas pueden estar interesadas en alguien que sepa investigar o escribir bien, habilidades que tú puedes poseer.
Puedes utilizar tus conocimientos académicos para mejorar tus perspectivas laborales.
Puedes utilizar las tres categorías siguientes para alinear tu trabajo universitario con las empresas:
La categoría habilidades - cosas como el análisis cualitativo o cuantitativo de datos, o hablar en público.
La categoría conocimientos: incluye tu especialidad, que puede ser relevante o no. Si tu especialidad son las cuestiones de género japonesas posmodernas, por ejemplo, podrías incluir conocimientos culturales de Japón y lingüísticos. Si te presentas a una empresa relativamente joven, las cuestiones de género suelen formar parte de su estrategia de RRHH, por lo que incluir esto podría ser una ventaja.
La categoría logros, que incluye cualquier logro, desde organizar conferencias hasta escribir un libro o dirigir un laboratorio.
La categoría Logros, que incluye cualquier logro, desde organizar conferencias hasta escribir un libro o dirigir un laboratorio.
Recuerda también que tu conjunto de habilidades no viene determinado únicamente por tus estudios de doctorado. Es probable que hayas hecho cosas antes de doctorarte, así que fíjate en tus anteriores trabajos, prácticas o actividades de voluntariado y comprueba cómo pueden contribuir a tu conjunto de habilidades.
Por último,
Trabajar en una organización de conferencias, escribir un libro o dirigir un laboratorio.
Por último, debes conocer tu motivación y cómo orienta el tipo de carrera que quieres seguir. Si tienes problemas para definir tu motivación, piensa en lo que te enfada. La ira puede ser un poderoso motivador. ¿Por qué estás enfadado? ¿Qué quieres cambiar?
Unas buenas conexiones, un conjunto de habilidades desarrolladas y la voluntad de enfrentarte a tus prejuicios son primordiales para conseguir un trabajo.
Ya conoces el adagio: no es lo que sabes, sino a quién conoces. Esto es especialmente cierto si el mundo académico no es la dirección hacia la que quieres dirigirte.
Si estás en el mundo académico, es importante que sepas qué es lo que sabes.
Si te adentras en el mundo empresarial, las relaciones son cruciales. No sólo te darán apoyo personal; una de ellas podría conseguirte el trabajo que estás buscando.
Existe una importante comunidad de académicos que decidieron ocupar puestos fuera del mundo académico. Como simpatizan con tu situación, suelen ser generosos y a veces pueden ayudarte con una dirección de correo electrónico, un enlace o incluso simplemente una idea.
Una forma de conectar con la gente es a través de los eventos de networking, así que asegúrate de mantener actualizados y al día tus perfiles de Facebook y LinkedIn.
También puedes mejorar tu posición en el mundo académico.
También puedes mejorar tus perspectivas laborales desarrollando tus habilidades, y el voluntariado es una forma estupenda de empezar. Aunque no te guste la idea, adquirir experiencias valiosas a veces significa trabajar gratis. Por ejemplo, podrías optar por unas prácticas no remuneradas, ya que a menudo se valoran positivamente en un CV no académico.
La formación complementaria es una buena manera de mejorar tus perspectivas laborales.
La formación adicional es otra opción. Si quieres mejorar habilidades específicas, estate atento a los talleres que te interesen en tu cámara de comercio local.
También debes tener en cuenta que, en el mundo no académico, hay dos prejuicios con los que puedes tropezar, y debes ser capaz de afrontarlos con eficacia.
En primer lugar, los empresarios pueden tener prejuicios sobre ti.
En primer lugar, los empresarios pueden estereotiparte. Si eres científico o matemático, podrían suponer que eres antisocial. Sin embargo, puedes aliviar esta preocupación destacando tus proyectos de colaboración e investigación.
En segundo lugar, a los empresarios puede preocuparles que seas incapaz de mantener conversaciones sin utilizar jerga o vocabulario oscuro. Por lo tanto, evita palabras y frases rebuscadas en tu carta de solicitud.
Tener en cuenta estas directrices hará que tu transición del mundo académico a la industria sea mucho más suave.
Conclusiones
El mensaje clave de este libro:
El mercado laboral académico es ferozmente competitivo. Para triunfar en él, tienes que estar bien preparado: tus documentos de solicitud deben ser impecables y tienes que destacar en las entrevistas. Si decides no optar a un puesto académico, hay mucho trabajo ahí fuera. Sin embargo, debes ser capaz de trasladar tus habilidades académicas al mundo de la industria.
Consejos Accionables:
El equilibrio es clave a la hora de seleccionar a tu asesor.
Si no estás seguro de si alguien es un buen asesor, pregúntate si tu asesor podría ser demasiado amable. Si es así, puede que no te esté proporcionando la información franca y útil que necesitas para avanzar. Al mismo tiempo, un asesor demasiado negativo puede erosionar tu motivación. Por eso es importante encontrar a alguien que no sea ni irrealmente positivo ni desagradablemente cínico. Tu futuro puede depender de ello.
Lectura recomendada: Cómo leer literatura como un profesorde Thomas C. Foster
Cómo leer literatura como un profesor (2003) es una introducción accesible y atractiva al análisis literario. Con ejemplos esclarecedores extraídos tanto de la literatura clásica como de la contemporánea, este resumen proporciona a los lectores las herramientas que necesitan para detectar un significado más profundo en cualquier texto de ficción.
Cómo leer literatura como un profesor
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