PathMBA Vault

Mercados emergentes

El potencial y las dificultades de hacer negocios en Cuba

por Pablo González Alonso, Alec Lee

Cuando el presidente Obama visite Cuba el 21 de marzo, habrán pasado poco más de 57 años desde el fin de la revolución cubana y poco menos de 55 años desde la aplicación inicial del embargo estadounidense.

En medio de este histórico viaje y de la avalancha de cambios reglamentarios y diplomáticos (incluida la nueva decisión de flexibilizar algunas normas de viaje adicionales) que han ocurrido desde la primera vez del presidente Obama reunión con el presidente cubano Raúl Castro el otoño pasado, es importante que los líderes empresariales estadounidenses que están considerando invertir en Cuba entiendan el estado actual de su economía y los factores clave que influirán en su futuro.

Para la gran mayoría de las empresas estadounidenses, hacer negocios con Cuba sigue siendo ilegal. El embargo económico sigue en pie (aunque compañías como Caterpillar y Colgate-Palmolive han gastado cientos de miles de dólares presionando por la apertura de Cuba). Dicho esto, el gobierno de Obama ha realizado algunos cambios. Además de levantar algunas restricciones de viaje, las instituciones financieras estadounidenses pueden abrir cuentas con sus homólogas cubanas y las empresas de telecomunicaciones pueden exportar e instalar equipos en la isla.

Si bien estos cambios de política recientes son importantes, es poco probable que alteren significativamente la economía cubana. Cuba ha sido sumido en el estancamiento durante casi dos décadas, ya que el régimen es incapaz de generar una mayor productividad. Esto se debe a tres factores:

  • Falta de inversión de capital. La inversión de capital fijo en Cuba representa solo el 10% de PIB, que es la mitad de la media regional. Es probable que esto no cambie hasta que se levante el embargo, ya que eso facilitaría la llegada de nuevos e importantes capitales extranjeros. Cuba necesita actualmente una inversión de miles de millones de dólares en infraestructura de comunicaciones, una actualización de su ruinosa red de transporte y importantes entradas de capital a los principales sectores productivos.
  • Economía estatal estancada. El amplio e ineficiente sector público de Cuba limita gravemente la capacidad del país para ampliar la producción. Al carecer de un verdadero mecanismo de precios que impulse la asignación de los recursos, muchas empresas estatales no son rentables y se mantienen a flote con subsidios implícitos. Si bien el gobierno cubano se ha esforzado por sacar gradualmente a los trabajadores del sector público (ha cerrado 24 empresas estatales (por no cumplir los objetivos de producción), solo el 25% de la fuerza laboral cubana trabaja actualmente en el sector privado.
  • Confusión monetaria_._ Cuba necesita desesperadamente acabar con su sistema de doble moneda. Utiliza dos monedas, el peso convertible (CUC), valorado a la par con el dólar y totalmente negociable, y el peso cubano (CUP), valorado a un tipo de cambio de 24:1 con el dólar, lo que crea graves restricciones para el desarrollo del sector exportador de Cuba. Si bien los cálculos sugieren que el peso convertible está sobrevalorado, las empresas cubanas necesitarán una devaluación considerable para ganar mayor competitividad.

Para desviar la atención de estos desafíos, el gobierno cubano ha introducido varias distorsiones en la estadísticas económicas oficiales, que utilizan en gran medida inalterados entidades como la Banco Mundial y CEPAL. Para evitar posibles pérdidas de ingresos, los líderes empresariales estadounidenses también deben prestar atención a cómo los datos disponibles actualmente sobre esta economía tienden a exagerar las oportunidades de venta.

Veamos las dos mayores de esas distorsiones. La primera tiene que ver con los salarios en el sector público, que, según ha informado el gobierno cubano, se sitúan en una tasa media de más de 7 000 dólares al año. De hecho, al pagar a los trabajadores locales, el gobierno utiliza la moneda no convertible del país, o la CUP, a diferencia de la moneda convertible, el CUC, pero declara estos salarios como si les pagaran en CUC. En efecto, esto significa que estos salarios están sobrevalorados hasta un 2400%.

Otra sobrerrepresentación del tamaño real del mercado viene determinada por las incoherencias metodológicas. Entre 2003 y 2007, el gobierno cubano promulgó una serie de cambios metodológicos que produjeron un aumento en el PIB de aproximadamente el 15% . Por ejemplo, el gobierno decidió asignar un valor arbitrario a los servicios sociales y médicos gratuitos que se prestan a sus ciudadanos. Por eso las compañías sanitarias estadounidenses, de las primeras en hacer negocios en Cuba, nos han dicho que las estadísticas oficiales sobre la sector sanitario simplemente no coinciden con la demanda que ven en la realidad.

Predecir el futuro de Cuba

Mi empresa, Frontier Strategy Group, es ahora pronosticando la expansión para que Cuba esté en el 3,1% en 2016. Si bien esta cifra puede parecer especialmente atractiva en comparación con la tasa media de crecimiento regional de América Latina del -0,4%, aún existen varios desafíos que hacen que el potencial de ventas sin explotar de Cuba sea prácticamente inaccesible.

Dicho esto, el potencial de Cuba para presentar nuevas oportunidades de venta es alto y podría hacerse realidad muy rápidamente en las condiciones adecuadas. Las dos señales principales que estaremos atentos son el eventual levantamiento del embargo económico y la unificación de las dos monedas del país. Si bien esperamos que la primera se produzca en 2018, el gobierno cubano ya ha empezado a avanzar lentamente hacia unificar sus dos monedas. El propio gobierno tiene sugerido que podría hacer más anuncios con este fin a finales de este año.

Estos dos acontecimientos servirían para impulsar mayores entradas de capital a Cuba (calculamos que la inversión extranjera directa podría pasar de 700 millones de dólares a superar los 3000 millones de dólares al año) y, por lo tanto, permitirían al Gobierno continuar con el proceso de traslado de los trabajadores del sector público al privado, donde la productividad y la innovación son significativamente más altas.

En ese escenario, las multinacionales verían más oportunidades en diversos sectores. Si bien más turistas estadounidenses impulsarían el negocio de la hostelería, una mayor productividad permitiría a los cubanos pagar salarios más altos y, por lo tanto, aumentar el consumo privado. Del mismo modo, los nuevos proyectos de infraestructura y los nuevos negocios locales (ayudados por el aumento de las entradas de capital) generarían demanda de varios productos y servicios. Además, la liberalización continua podría impulsar una mayor productividad en el sector agrícola cubano, donde la participación del sector público sigue siendo significativa, lo que estimularía una mayor demanda de maquinaria agrícola y otros insumos agrícolas.

Estos escenarios no son un hecho. Quedan muchos riesgos. Del mismo modo, para la mayoría de las empresas extranjeras, hacer negocios en Cuba requerirá trabajar mano a mano con el gobierno cubano. Formar una empresa conjunta puede implicar ceder el control final sobre la importación, la distribución y la venta final de su producto. Mientras el gobierno hace un esfuerzo concertado para ser más socio fiable, hasta ahora se han aprobado muy pocos proyectos de infraestructura y el pago se ha retrasado a menudo debido al acceso limitado del gobierno a moneda extranjera.

Las empresas estadounidenses deben familiarizarse con estos múltiples desafíos y, al mismo tiempo, identificar a los posibles socios comerciales, evaluar el potencial de mercado del producto de la empresa y entender los desafíos de operar junto al gobierno cubano. La clave para ganar en Cuba será prepararse con una planificación rigurosa de los escenarios para evitar quedarse al margen una vez que el mercado comience a florecer.

Nota del editor: Este artículo se ha actualizado para reflejar las abreviaturas correctas de la moneda cubana.