The Like Switch
Consigue gustar a la gente con los consejos de un agente especial del FBI.
Somos animales sociales. Convertir a extraños en amigos es un proceso tan natural para nosotros como respirar y caminar.
Sin embargo, muchos de nosotros parecemos carecer de las habilidades necesarias para hacer amigos de forma eficaz. Tal vez seamos demasiado tímidos, o no tengamos la capacidad de empatizar con los demás.
Si este es tu caso, hay esperanza. En lugar de resignarte a vivir una vida solitaria, lee los consejos de este resumen. Descubrirás las habilidades secretas para caerle bien a la gente, los mismos trucos y talentos que utiliza la Oficina Federal de Investigación para atrapar a espías e informadores.
En este resumen, descubrirás
- por qué sólo exponemos nuestras arterias a alguien que nos gusta de verdad;
- qué tienen en común las cejas y las luciérnagas; y
- por qué las relaciones duraderas tienen todo que ver con el AMOR.
Si quieres gustarle a alguien, sigue la fórmula. Frecuencia, proximidad, duración, intensidad.
Si quieres gustarle a alguien, ¿qué debes hacer?
El consejo de la mayoría de la gente probablemente sería: "¡sólo sé tú mismo!". Sin embargo, el autor no está de acuerdo; caer bien es mucho más que ser auténtico. Existe una "fórmula" de la amistad.
Los primeros pasos son estar frecuentemente en proximidad con la persona a la que quieres caerle bien.
Las personas que comparten el mismo entorno físico tienen más probabilidades de sentirse atraídas la una por la otra. Así que intenta estar cerca de la persona a la que quieres conquistar siempre que puedas.
Pongámonos en situación. El agente del FBI Charles necesitaba hacerse amigo de un diplomático extranjero, de nombre en clave Gaviota, para convencer a ésta de que se convirtiera en espía de Estados Unidos. Utilizando la técnica de la proximidad, empezó a seguir la ruta diaria de Seagull a la tienda de comestibles, de modo que ambos compartieran el mismo entorno durante un tiempo cada día.
De este modo, Charles trabajó para aumentar el número de veces que Gaviota se percataba de su presencia, de modo que empezara a parecerle familiar.
Otros pasos de la fórmula son la duración y la intensidad del tiempo que pasas con tu objetivo.
La duración es importante.
La duración es importante. Cuanto más tiempo pases con alguien, más podrás influir en él para caerle bien.
La duración es importante.
Al cabo de un par de meses, Charles utilizó el poder de la duración siguiendo a Seagull a la tienda de comestibles, lo que aumentó el tiempo de contacto entre ambos.
También utilizó la intensidad, es decir, la capacidad de satisfacer las necesidades psicológicas y/o físicas de otra persona, ofreciendo "señales de amistad" no verbales. Al asentir con la cabeza y llamar la atención de Gaviota de vez en cuando, ésta se interesó de forma natural por quién era Charles y por qué estaba siempre cerca.
Cuando Charles se presentó como agente del FBI, Gaviota ya estaba preparada para convertirse en su amiga. Y debido a esta familiaridad, Gaviota aceptó ser espía.
Las señales no verbales preparan el terreno para una posible amistad. Las cejas, las inclinaciones de cabeza y las sonrisas lo dicen todo.
Aunque los humanos no tenemos exactamente mucho en común con las luciérnagas, sí compartimos un rasgo particular de comportamiento.
Las luciérnagas parpadean y se mueven.
Las luciérnagas hacen parpadear sus órganos emisores de luz como señal para atraer a sus parejas para el apareamiento. Del mismo modo, los humanos utilizamos un "destello" de cejas para atraer la atención positiva.
Esta señal no verbal consiste en un rápido movimiento de las cejas hacia arriba y hacia abajo, que dura aproximadamente una sexta parte de segundo. Incluso desde muy lejos, un destello de cejas envía una señal de que no supones una amenaza para la persona a la que te acercas.
Una segunda señal no verbal primaria es la inclinación de la cabeza. Se trata de un gesto no amenazador, ya que inclinar la cabeza hacia la izquierda o hacia la derecha deja al descubierto una de las arterias carótidas, que suministra sangre oxigenada al cerebro.
Inconscientemente, sólo exponemos estas arterias a las personas inofensivas. A la inversa, metemos el cuello hacia los hombros para protegernos cuando nos sentimos amenazados.
Se ha demostrado que las personas que inclinan la cabeza hacia la persona con la que están hablando son percibidas como más amistosas, amables y honestas en comparación con los individuos que mantienen la cabeza erguida.
La tercera característica no verbal más poderosa es que el cuello se inclina hacia arriba.
Una tercera señal no verbal poderosa es una sonrisa genuina. Juzgamos más simpáticas, atractivas y menos dominantes, además de amistosas, a las personas con rostros sonrientes.
Además, una sonrisa libera endorfinas, que nos dan una sensación de bienestar. También es difícil no devolver la sonrisa a una persona que te sonríe a ti; una sonrisa recíproca hace que tu objetivo se sienta bien.
La sonrisa recíproca hace que tu objetivo se sienta bien.
La sonrisa recíproca hace que tu objetivo se sienta bien.
Hacer que las personas se sientan bien consigo mismas es fundamental para entablar amistad con ellas, como veremos en el siguiente resumen.
¡Tienes que hacer que las personas se sientan bien consigo mismas si quieres gustarles!
Así que has conseguido que tu persona de interés se muestre receptiva a interactuar contigo, y ahora estás preparado para establecer contacto verbal. ¿Cómo debes proceder exactamente?
La regla de oro de la amistad postula que si quieres gustar a la gente, tienes que hacer que se sienta bien consigo misma.
En realidad, esto es lo que hace que la gente se sienta bien contigo.
De hecho, esto es fundamental para el éxito de todas las relaciones. Como agente del FBI, esta regla ayudó al autor a persuadir a la gente para que se convirtieran en espías y confesaran crímenes. La regla le ayudó incluso a que le subieran a clase preferente en los aviones, varias veces.
¿Pero cómo funciona la regla de oro?
La gente tiende a gravitar hacia las personas que les hacen felices, porque quieren devolver el sentimiento positivo que se les ofreció.
Por ejemplo, cuando el autor tuvo que hacer escala en Frankfurt antes de embarcar en un vuelo de ocho horas con un asiento intermedio en clase turista, prefirió pasar el tiempo charlando con la taquillera.
Habló utilizando las llamadas afirmaciones empáticas para que la conversación girara en torno al agente de billetes, en lugar de en torno a sí mismo. De este modo, demostraba que le interesaba el bienestar del agente y lo que éste dijera.
Una afirmación empática estándar podría ser: "¿Así que tienes un buen/mal día?". Con este método, Schafer animaba al agente a hablar de sí mismo y de su día y, por tanto, a sentirse bien en general.
En consecuencia, cuando Schafer estaba a punto de subir al avión, el agente sustituyó su tarjeta de embarque de clase turista por una de clase preferente.
Esto demuestra cómo el empleo de la regla de oro de la amistad inspira reciprocidad. Incluso en las interacciones puntuales, el principio "Si tú me haces feliz, yo quiero hacerte feliz a ti" funciona de maravilla.
Para aumentar el potencial de las conexiones de amistad, no olvides las leyes de la atracción.
Hasta ahora hemos visto las reglas básicas para hacer amigos. Sin embargo, hay aún más estrategias que puedes añadir a tu caja de herramientas de la amistad.
Estas son las llamadas leyes de la atracción.
Se denominan leyes de la atracción.
Las leyes de la atracción.
Una de estas leyes es la ley de la similitud, que reconoce que las personas que comparten los mismos principios y creencias tienden a hacerse amigas. Esta ley funciona porque las personas que son parecidas tienden a reforzar los aspectos similares que comparten, lo que fomenta la atracción mutua.
Las personas que son parecidas tienden a ser amigas.
La similitud puede utilizarse buscando cosas que tengas en común con la persona con la que quieres tener una buena relación. Por ejemplo, puedes fijarte en si la ropa de tu objetivo delata un posible interés compartido, por ejemplo, si lleva una camiseta con el logotipo de un determinado equipo deportivo.
Similaridad.
Si encuentras algo en común, orienta la conversación hacia ese interés compartido y evita los temas que no parezcan interesaros a ambos.
La otra ley es la de la ropa.
Otra ley es la ley de la curiosidad, que afirma que cuando muestras curiosidad por una persona, automáticamente despiertas el interés de esa persona por ti.
La curiosidad es una de las características más importantes de la amistad.
La curiosidad es un rasgo humano universal, que puedes utilizar creando un "gancho de curiosidad" para atraer a la persona que te interesa.
Por ejemplo, si visitas una cafetería tú solo con la esperanza de atraer a un nuevo amigo, pide algo inusual del menú o llévate un libro extraño para leer. Destacar entre los demás significará que hay muchas probabilidades de que alguien te pregunte por tu comportamiento.
Una tercera ley es la ley de la reciprocidad, que establece que cuando alguien te da algo, tiendes a devolverle el gesto con la misma moneda.
La ley de la reciprocidad es la ley de la reciprocidad, que establece que cuando alguien te da algo, tiendes a devolverle el gesto con la misma moneda.
Puedes ejercer esta ley haciendo un favor a alguien, como invitarle a un café o recogerle algo. Cuando te den las gracias, no digas por defecto: "De nada", sino: "Sé que tú harías lo mismo por mí". Esto evocará un sentimiento de reciprocidad.
¡Escucha! Deja que los demás cuenten su historia. Y para cimentar las relaciones, recuerda el acrónimo LOVE.
Si sólo recuerdas una regla sobre cómo hacer amigos, que sea la regla de animar a los demás a hablar.
Para hacerlo de forma eficaz, haz que los demás hablen.
Para hacerlo con eficacia, recuerda el acrónimo AMOR:Escuchar, Observar, Vocalizar y Empatizar.
Primero, tienes que escuchar, y escuchar bien
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¿? Los oradores suelen saber si se les escucha o no, así que presta atención cuando la gente hable, manteniendo el contacto visual y nunca interrumpiendo.
En primer lugar, hazle caso.
En segundo lugar, observa las señales no verbales y el lenguaje corporal de tu pareja mientras interactuáis. Las acciones distanciadoras, como inclinarse hacia atrás, cruzar los brazos sobre el pecho o apretar los labios, son indicadores claros de que la conversación no va muy bien.
Si observas este tipo de acciones, es posible que tu pareja no esté dispuesta a interrumpirte.
Si observas este tipo de comportamiento, puede que estés hablando demasiado de ti mismo. Así que, en cuanto la otra persona empiece a desentenderse, cambia de tema y habla de algo que le interese más.
En tercer lugar, la forma en que vocalizas y el contenido de lo que dices influye en cómo haces y conservas amigos. Tu tono de voz es fundamental para el mensaje que quieres transmitir. Por ejemplo, una voz grave a menudo denota interés romántico, y una voz aguda puede comunicar sorpresa.
Y aunque parezca obvio, lo que dices influye en cómo te perciben los demás. Recuerda reconocer verbalmente a los demás y hacer cumplidos para que la gente se sienta bien consigo misma y te vea como a un amigo.
Por último, utiliza afirmaciones empáticas para hacer saber a la otra persona que comprendes lo que ocurre a vuestro alrededor. Podrías mostrar empatía, por ejemplo, utilizando la frase: "Vaya, estás muy ocupado. No sé cómo lo haces!" a un camarero durante un momento de mucho trabajo en tu cafetería local.
¿Te mira a los ojos una amiga cuando habláis? ¿Refleja tus movimientos? Entonces tenéis rapport.
Rapport significa tener una relación con alguien basada en el entendimiento mutuo. En esencia, la compenetración es lo que garantiza que la amistad que estáis desarrollando sea satisfactoria para ambas partes.
La compenetración es lo que garantiza que la amistad que estáis desarrollando sea satisfactoria para ambas partes.
Las pruebas de compenetración te permiten saber cómo progresa tu relación. La compenetración establece un puente psicológico entre las personas y determina el nivel de amistad que se está desarrollando.
Si quieres que tu relación sea satisfactoria para ambas partes, haz un test de compenetración.
Si quieres construir y mantener relaciones duraderas con la gente o quieres algo específico de un encuentro puntual -como una mejora-, necesitas hacer pruebas de compenetración para determinar cuándo y si has llegado a un punto en el que puedes presionar para conseguir tu objetivo en la relación.
¿Por qué?
Entonces, ¿cómo se mide la compenetración? La mirada es una forma probada y verdadera de comprobar la compenetración. Si una persona se niega a mirarte a los ojos, es posible que la relación necesite algo más de mantenimiento antes de pasar a la fase de contacto visual prolongado.
También puedes fijarte en los ojos de la otra persona.
También puedes buscar comportamientos, como tocarse o reflejarse, para comprobar la compenetración.
Aunque normalmente sólo nos tocamos brevemente por debajo de los hombros o nos damos la mano cuando no conocemos a alguien, las caricias que se producen fuera de esta zona significan una relación más estrecha.
Un ligero roce en el antebrazo o en la rodilla cuando ambos estáis sentados mostrará si se ha establecido o no una relación de compenetración.
Puedes utilizar el reflejo y la simetría.
Puedes utilizar el reflejo, también llamado isopraxismo, para comprobar la compenetración, ya que las personas que están conectadas psicológicamente suelen reflejar el lenguaje corporal del otro en la conversación.
Para comprobarlo, utiliza el reflejo, también llamado isopraxismo.
Para comprobarlo, prueba a "guiar y seguir" cambiando la posición de tu cuerpo, por ejemplo, cruzando o descruzando los brazos. Si la otra persona te imita, normalmente se ha establecido una buena relación.
Conclusiones
El mensaje clave de este libro:
Hay una serie de señales no verbales que puedes utilizar para atraer a la gente incluso antes de hablarles. Mantenerte cerca con frecuencia, establecer contacto visual, inclinar la cabeza y sonreír son sólo algunas de las técnicas que puedes utilizar para hacerte querer por los demás y, con el tiempo, formar y mantener relaciones sólidas.
Consejos para la acción
Consejos para la acción.
Consejos Accionables:
Consejos Accionables:
Consejos Accionables:
Consejos Accionables.
Para mantener una relación próspera, es esencial que te CUIDES.
Cuando tu relación se ha convertido en una amistad, ha llegado el momento de CUIDAR. Esto implica compasión, como ofrecer palabras amables y una mano amiga; escucha activa, o prestar atención a lo que dice tu amigo; ofrecer refuerzo, como elogios y reconocimiento cuando el amigo hace algo bien; y empatía, o comprender cómo se siente tu amigo y preocuparte realmente por ello.
Cuidado.
Lecturas recomendadas: Lo que todo el mundo dice de Joe Navarro
Este libro trata de los significados ocultos que podemos encontrar en nuestro lenguaje corporal. Nuestro cerebro controla los movimientos de nuestro cuerpo sin que seamos conscientes de ello, y a veces esos movimientos pueden ser muy reveladores. Este libro entra en detalle sobre las formas en que puedes entrenarte para convertirte en un experto en observar las señales no verbales de otras personas y descubrir su significado.
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