Deje de jugar a la víctima con su tiempo
por Elizabeth Grace Saunders
Simplemente no es justo. Siempre hay demasiado que hacer. Todo el mundo sigue esforzándome más. Me siento tan impotente.
¿Le suena? Si es así, no está solo. Muchas personas sienten que reciben un número aplastante de solicitudes de todos lados que las convierten en víctimas de sus circunstancias. Ven fuerzas externas a sí mismos como la razón por la que no tienen tiempo para hacer ejercicio, no pueden salir del trabajo a una hora razonable o, en general, tienen dificultades para hacerlo todo. Aunque en ocasiones hay situaciones que están fuera de su control (por ejemplo, un reciente ataque de gripe, por ejemplo), la mayoría no lo están. Y aunque a corto plazo puede resultar gratificante culpar a otros por su situación, esta actitud hacia su inversión de tiempo lo dejará realmente impotente a largo plazo.
Cuando juega a la víctima con su tiempo, todo lo que lo rodea sufre. Está constantemente nervioso en sus interacciones con los demás porque teme que acumulen una cosa más en su ya pesada carga. Como no cree que pueda decir «no», su «sí» proviene de una obligación y resentimiento, no de un compromiso incondicional. Como su situación parece muy difícil, no intenta planificar ni trabajar de manera más eficiente porque cree que tendrá que trabajar todo el tiempo pase lo que pase y está convencido de que es imposible hacerlo todo. Al final deja de intentarlo porque cree que no importa cuánto lo intente, fracasará.
En mi trabajo como entrenador del tiempo, he visto que las personas suelen tener una capacidad mucho mayor de lo que creen para influir en su situación. Pero el avance solo se produce cuando empiezan a ejercer su poder personal en lugar de esperar a que algo a su alrededor cambie. Es similar a cuando las personas que se endeudan culpan a las compañías de tarjetas de crédito, en lugar de aceptar que tenían la opción de gastar más dinero del que tenían. Solo aceptando que pueden, y necesitar — cambiar y luego tomar las medidas para hacerlo puede bajar ese equilibrio.
La manera de salir de esta mentalidad de víctima es dejar de culpar a los demás y, en cambio, hacerse cargo de su tiempo y asumir la responsabilidad de cambiarse a sí mismo. Estos son tres pasos prácticos para recuperar el control de su tiempo:
Observe su reacción. Sepa cómo responde cuando su inversión de tiempo se desajusta a sus prioridades. ¿Siempre busca a alguien a quien culpar? Mi jefe siempre me da demasiado que hacer. ¿Se compadece de sí mismo? Pobre de mí, otro día estresante. Voy a por un helado para sentirme mejor. ¿Rechaza los consejos o las sugerencias? Cómo se atreve mi esposa a sugerir que podría trabajar de otra manera para llegar a casa antes. Eso simplemente no es posible. ¿Alguna vez dice que no a un proyecto nuevo? ¿Alguna vez pone límites? ¿Alguna vez pide ayuda?
Reconozca su función. Comprenda que usted es quien toma las decisiones a la hora de invertir su tiempo. Hay ciertas situaciones en las que simplemente tiene que hacer lo que sea necesario para hacer las cosas durante poco tiempo. Podría ser cuando se acerque una fecha límite importante, se prepare para el lanzamiento de un nuevo producto o cuando redacte informes anuales. Pero la sobrecarga no tiene por qué ser la norma. No es culpa de los demás si tiene demasiado que hacer y no se lo comunica a nadie más. Es suyo.
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Incluso en las principales consultoras conocidas por sus rigurosos horarios de trabajo, hay espacio para una comunicación abierta sobre el tiempo. Por ejemplo, Boston Consulting Group creó un programa global formal llamado PTO (previsibilidad, trabajo en equipo y comunicación abierta) , que ayuda a establecer prioridades y objetivos de tiempo libre para cada miembro del equipo. Uno de los componentes de este programa consiste en que los miembros del equipo trabajen juntos para que cada uno de ellos pueda tener un período de tiempo cada semana en el que esté completamente fuera del proyecto. Para ayudar a que esto suceda, los equipos hacen controles semanales que incluyen hablar sobre cómo se sienten y el valor que ofrecen a los clientes. Cada persona reconoce su función de comunicar sus necesidades de manera abierta y honesta, en lugar de esperar que los demás sepan automáticamente cuando están sobrecargados. Debe asumir la misma responsabilidad en su propia organización con respecto a su tiempo libre, incluso si no tiene un programa formal que lo anime a hacerlo.
Comprométase con el autodominio. Independientemente de cómo se haya comportado en el pasado en determinadas situaciones o con personas específicas, tiene la oportunidad de hacer que el futuro sea diferente. Comprométase con el cambio; elija responder a su entorno en lugar de simplemente aceptar lo que se le presente.
En lugar de convertirse en víctima, tome posesión de la situación y de su tiempo. Podría parecer que alza la voz cuando cree que alguien hace una solicitud poco razonable para que no acabe sobrecargado. Tenga a mano su lista de proyectos cuando vaya a las reuniones para que, si se propone un nuevo proyecto, pueda evaluar su importancia en relación con sus demás compromisos. Si no parece que hay tiempo suficiente para la nueva obra, proponga un debate sobre las prioridades durante la reunión o plantéelo más adelante con las partes correspondientes.
Además, establezca reglas y límites claros para evitar que asuma demasiado de los demás. Por ejemplo, si dirige a los miembros del personal que tienden a entregar su trabajo en el último momento con muchos errores, exige que entreguen sus artículos antes. Eso le permite devolvérselo para que hagan las correcciones en lugar de hacerlo usted mismo, ya que tiene un plazo ajustado.
Por último, si se encuentra en una situación en la que no es posible establecer mejores límites (como un trabajo en el que está de guardia las 24 horas del día, los 7 días de la semana) y sus problemas de inversión de tiempo son inmanejables, puede que tenga que considerar si tiene el trabajo correcto. Hay algunos puestos que no le crearán un estilo de vida sostenible sin importar lo que intente hacer. Está bien decidir salir.
Al asumir la responsabilidad de sus decisiones de inversión de tiempo, deja de desperdiciar energía en culpar a los demás y empieza a dirigirla hacia una respuesta productiva dirigida a las personas y las situaciones que lo rodean. Con ese enfoque, puede tener tiempo suficiente para lo que es más importante para usted.
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