Sí, la presentación virtual es extraña
¿Qué tiene la presentación virtual que puede resultar tan desconcertante?? La falta de respuesta del público, la incapacidad de «leer la sala» y la falta de contacto visual directo aumentan nuestra ansiedad. Recrear las idas y venidas de una conversación, incluso en un seminario web, puede ayudarle a sentirse más conectado con su público, lo que hará que suene menos remoto y más conectado. Es fácil olvidar que, aunque no puede ver a su audiencia virtual, en realidad son sigue ahí. Están escuchando y, ahora más que nunca, necesitan su atención. Si bien las presentaciones virtuales nunca serán lo mismo que las interacciones en persona, es posible crear una comunicación significativa de ida y vuelta que le ayude a sentir menos ansiedad y a estar más conectado con su público.
••• Hace poco, trabajé con una directora ejecutiva que me dijo que le da miedo dar presentaciones virtuales. «Antes me gustaba ponerme delante del público», explicó. «Me encantó trabajar en la sala. Ahora siento que estoy hablando hacia un agujero negro». ¿Qué tiene la presentación virtual que puede parecer tan _¿desconcertante?_ Sorprendentemente, una respuesta a esta pregunta se encuentra justo fuera de nuestras ventanas escuchando la forma en que se comunican los pájaros. Los pájaros se llaman unos a otros[principalmente para sobrevivir](https://sciencing.com/birds-communicate-4567063.html) — señalar peligro y atraer a una pareja. Imagínese lo aterrador que debe dar a un pájaro gritar y no recibir respuesta. Así es como nos sentimos a menudo cuando estamos presentes en Zoom, como el pájaro que grita y escucha solo silencio. Antes de Covid, cuando nos presentábamos en persona, podíamos confiar en la respuesta del público para confirmar que nuestro mensaje estaba siendo recibido. Sin embargo, en las presentaciones virtuales nos faltan los comentarios del público. Ya no vemos el lenguaje corporal. A menudo no vemos a la gente asintiendo con la cabeza (o asintiendo si está aburrida) y es mucho más difícil hacer contacto visual. Como resultado, sentimos que nadie nos escucha. Por desgracia, esto hace que tengamos aún más ganas de hablar. Y lo que es peor, porque nosotros _sentir_ como si nadie nos escuchara, nosotros _hablar_ como si nadie estuviera escuchando. Parecemos menos conectados con el público. Hablamos más bien en un tono monótono. Divagamos y tenemos problemas para terminar una idea. Esto solo empeora el problema: a la vez refuerza nuestra ansiedad y hace que la presentación sea mala. Después de todo, cuanto más desconectados sonemos, más difícil será para el público escucharlos. ¿Cómo podemos resolver este problema? ¿Cómo podemos aliviar nuestra ansiedad de que nadie escuche nuestras presentaciones virtuales? Y lo que es más importante, ¿cómo podemos ayudar a la audiencia virtual a sentir nuestra presencia y a escuchar nuestro mensaje? La respuesta es simular virtualmente la función de llamada y respuesta que utilizamos durante las presentaciones presenciales. Como un pájaro, un altavoz virtual debe emitir una llamada de forma deliberada y convincente y obtener una respuesta. Afortunadamente, las plataformas virtuales ofrecen formas eficaces de hacerlo. Si bien las presentaciones virtuales nunca serán lo mismo que las interacciones en persona, es posible crear una comunicación significativa de ida y vuelta que le ayude a sentir menos ansiedad y a estar más conectado con su público. Estas son tres formas de obtener una mayor respuesta y conexión del público en sus presentaciones virtuales: **Utilice el chat, especialmente al empezar.** La parte más difícil de una presentación virtual es el principio, cuando parece que casi nadie la escucha. «Uh... ¿funciona?» o «¿Me oyen todos?» hace que la presentación tenga un comienzo débil y refuerza la distancia. En vez de eso, comience con algo que atraiga a todos. La función de chat es una forma estupenda de obtener una respuesta inmediata del público. Podría empezar con una pregunta relevante y pedir a la gente que escriba la respuesta en el chat. Por ejemplo, podría pedirles a todos que escriban una cosa que esperen aprender de la presentación. La charla es especialmente útil para los introvertidos que tal vez no quieran alzar la voz. Asegúrese de leer en voz alta al menos algunas de las respuestas (y utilice su nombre de pila si puede). Cuando interactúa con el público de forma inmediata, siente que la gente lo escucha, lo que le aumenta la confianza durante el resto de la presentación. **Incluso cuando el público no pueda responder, mantenga la conversación.** Los seminarios web, con su falta de respuesta del público, pueden poner al orador particularmente nervioso. Una forma de simular la naturaleza de ida y vuelta de una conversación es hacer preguntas retóricas a lo largo de la presentación. Por ejemplo, cuando presente una idea nueva, podría decir: «¿Está preparado para probar algo nuevo?» O, si quiere que la gente se dé cuenta de algo, podría decir: «¿Ve el cambio de lo más bajo a lo más alto en el gráfico?» Para el público,[las preguntas retóricas crean bucles abiertos en el cerebro](https://medium.com/the-mvp/3-damn-good-psychology-backed-reasons-you-need-rhetorical-questions-in-your-on-site-copy-75e6e855adb6#:~:text=%E2%80%9CRhetorical%20questions%20are%20often%20intended,likely%20to%20keep%20doing%20so.%E2%80%9D) que luego queremos cerrar respondiéndolas en nuestra cabeza. Esto ayuda a la audiencia a mantenerse activa y conectada con su contenido, incluso cuando no pueden hablar con usted. Al hacer preguntas continuamente, se sentirá más como si estuviera manteniendo una conversación, lo que alivia un poco la ansiedad. **Empatizar.** Una de las razones por las que hacer una presentación virtual puede resultar tan inquietante es que nos resulta difícil conectar emocionalmente con el público. Dedicándose unos momentos antes de la presentación a ponerse en el lugar del oyente,[se sentirá más conectado emocionalmente](https://www.psychologytoday.com/us/blog/social-empathy/201812/five-ways-empathy-is-good-your-health) a ellos cuando habla. Tenga en cuenta que es difícil y agotador escuchar una presentación virtual. ¿Qué puede hacer para hacerlo más fácil? Al empatizar con su audiencia virtual, desvía la atención de sí mismo (y de lo que los demás piensan de usted), lo que alivia la ansiedad por hablar. Empatizar también le ayuda a diseñar la presentación que mejor ayude a su audiencia y satisfaga sus necesidades. Las presentaciones virtuales son intrínsecamente incómodas. La falta de respuesta del público, la incapacidad de «leer la sala» y la falta de contacto visual directo aumentan nuestra ansiedad. Recrear las idas y venidas de una conversación, incluso en un seminario web, puede ayudarle a sentirse más conectado con su público, lo que hará que suene menos remoto y más conectado. Es fácil olvidar que, aunque no puede ver a su audiencia virtual, en realidad siguen ahí. Están escuchando y, ahora más que nunca, necesitan _su_ atención.