¿Sabes cómo le gusta trabajar a cada persona de tu equipo?
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Resumen.
Cuando te conviertes en manager por primera vez, debes dedicar tiempo a conectarte y crear un lenguaje común con tu equipo. Cuando tus empleados saben cómo te gusta trabajar y cómo planeas gestionarlos, pueden producir resultados más rápido. Cuando sabes cómo le gusta trabajar y comunicarse a cada miembro de tu equipo, puedes ahorrar tiempo a la hora de establecer instrucciones y hacer un seguimiento. Las mesas de trabajo son una forma clara y fácil de ayudarte a hacerlo. En este ejercicio, expondrás información clave sobre cómo te comunicas, tus expectativas y cualquier peculiaridad que tu equipo debería conocer. Luego, describirás cómo alguien puede responder, para que no solo sepa cómo trabajas, sino cómo puede trabajar contigo. Luego, habla de esta mesa con tu equipo. Como manager, este ejercicio te ayudará a identificar las fortalezas de los miembros de tu equipo y cómo motivarlos mejor.
Cuando viajamos a un país que tiene una cultura diferente a la nuestra, muchos de nosotros dedicamos tiempo a aprender formas de comunicarnos y conectarnos con la gente de allí. Podríamos buscar el significado de los términos comunes y acceder a mapas de atracciones clave.
Del mismo modo, cuando te conviertes en manager por primera vez, es útil dedicar tiempo a conectar y crear un lenguaje común con tu equipo. Cuando tu equipo sabe cómo te gusta trabajar y cómo planeas gestionarlo, podrá producir resultados más rápido. Cuando sabes cómo le gusta trabajar y comunicarse cada uno de tus informes directos, puedes ahorrar tiempo a la hora de establecer instrucciones y hacer un seguimiento.
Considera este ejemplo. A Sveta, líder técnico, le gustaba resolver problemas técnicos complejos. Cuando fue ascendida a gerente de un nuevo equipo, inmediatamente profundizó en el nuevo producto que se le asignó, así como en el trabajo de los miembros de su equipo.
Sveta prestaba mucha atención a los detalles y le daba un gran valor a ser eficiente. Por lo tanto, no perdió mucho tiempo ni palabras al hablar con su equipo. Era directa y contundente. Desafortunadamente, sus intenciones no coincidieron con el impacto que tuvo en sus empleados. Cuando Sveta dijo problemas pero no dedicó tiempo a reconocer lo que la gente había hecho bien, pensaron que estaban fallando. En realidad, Sveta estaba satisfecha con la calidad general del trabajo, pero quería asegurarse de que los problemas restantes se corrigieran rápidamente. Como resultado, las personas pasaron un tiempo excesivo perfeccionando las cosas antes de llevarlas a Sveta, y una persona comenzó a buscar anuncios interesantes en las bolsas de trabajo.
Después de su primer mes como gerente, Sveta se dio cuenta de que estaba luchando. Tenía demasiadas cosas en su plato porque no conocía a su equipo lo suficientemente bien como para delegarles trabajo. El manager de Sveta también tuvo algunos comentarios difíciles para ella: tres de sus informes directos se habían quejado de que Sveta los estaba abrumando con preguntas detalladas y trabajando directamente en su código. Su equipo no tenía claro las expectativas, diciendo que tenían que adivinar qué quería o cómo se sentía acerca de su trabajo porque la mayoría de sus conversaciones eran sobre los detalles del código en lugar de cómo funcionaban. Se sentían desconectados y microgestionados.
Sveta necesitaba conectar y empoderar más a su equipo. Se dio cuenta de que, al igual que los problemas técnicos, trabajar con personas también requería algo de decodificación.
En su siguiente reunión de equipo, Sveta compartió una mesa con comportamientos específicos de su estilo de gestión, qué significaban sus acciones y cómo su equipo podía trabajar mejor con ella.
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Después de compartir su propia mesa, Sveta le pidió a sus informes directos que crearan sus propias tablas de estilo de trabajo. A continuación, cada empleado compartió sus mesas durante la siguiente reunión del equipo y formuló preguntas sobre las mesas de los demás. Este ejercicio creó una mayor claridad en todos los aspectos, lo que le dio a Sveta una mejor comprensión de los estilos y fortalezas de sus informes directos, y le dio a su equipo una idea de cómo manejarlo.
El resultado final fue prometedor. Sveta pudo delegar artículos de manera más efectiva y otros miembros del equipo descubrieron que hacían las cosas más rápido con menos malentendidos entre sí y con su gerente.
Como nuevo mánager, puedes recrear este ejercicio con tu propio equipo. Tenga en cuenta estas preguntas al crear su propia tabla y animar a sus informes directos a hacer lo mismo:
- ¿Cuáles son algunas percepciones erróneas que la gente ha tenido de ti en el pasado? Quizás no te lo hayan dicho directamente, pero un amigo o tu pareja lo han comentado en broma.
- ¿Qué es lo que más te importa en términos de cómo se hace el trabajo? Por ejemplo, piensa en cómo te gusta que los materiales estén preparados para un público amplio.
- ¿Cuáles son algunas formas en las que tiendes a comunicarte? Algunas personas tienden a ser directas, como Sveta, pero otras adoptan un enfoque más indirecto. Considera dónde caes en el espectro.
- ¿Cuáles son sus problemas con los botones candentes? Tal vez quieras saber de antemano si alguien está a punto de perder una fecha límite o si no te gusta que la gente te interrumpa en una reunión.
- ¿Cuáles son algunas peculiaridades de ti? Por ejemplo, Sveta no es una persona de mañana, así que le pidió a la gente que aplazara las reuniones críticas hasta después de las 10 am.
Ten en cuenta que, si bien este ejercicio es útil para informar a tu equipo de tus preferencias, y para que aprendas las suyas, es posible que tengas que hacer algunas adaptaciones a tu estilo de trabajo. Si tu equipo indica que los comentarios positivos les motivan, pero eso es algo que sueles dar con moderación, probablemente querrás tomarte más tiempo para elogiar y elogiar a tus empleados, aunque al principio te parezca extraño. Pero hablar de preferencias y estilos de trabajo les da a usted y a sus empleados un punto de partida para entenderse y trabajar juntos de manera más productiva.
Ser un gerente por primera vez puede parecerse mucho a navegar en un país extranjero. Tomarte el tiempo para aprender el idioma de tu equipo y compartir el tuyo propio creará una relación de trabajo sólida, reducirá los malentendidos y aumentará la velocidad con la que realizas el trabajo.
— Escrito por Sabina Nawaz