Originals
Abraza el original que hay en ti!
Todos hemos oído hablar de esa escurridiza cualidad conocida como "originalidad". Pero aunque sigue siendo algo muy codiciado, referirse a alguien como "original" también puede traer consigo connotaciones de excentricidad o rareza.
Entonces, ¿puede haber originalidad sin originales?
Este resumen examina las formas en que puedes ser inconformista y original sin que te rechacen, así como algunos de los originales que han desafiado el statu quo e impulsado la innovación a lo largo de la historia.
En estos resúmenes, descubrirás
- cómo tu elección de navegador web puede indicar si eres original o no;
- por qué abogar en contra de tu idea innovadora es una forma estupenda de conseguir que la gente se suba a bordo;y
- cómo la procrastinación allanó el camino para uno de los discursos más famosos de la historia.
La originalidad es la clave para una carrera satisfactoria.
Busca en cualquier diccionario y te dirá que la originalidad es la cualidad de tener un carácter único o singular. Pero, ¿qué es un original? En el contexto actual, los originales son personas que no sólo conciben ideas novedosas y sacuden el statu quo, sino que también toman la iniciativa para hacer realidad su visión única.
Incluso las cosas más pequeñas, como el trabajo, pueden tener un carácter único.
Incluso las cosas más pequeñas pueden identificar a un original. El economista Michael Housman descubrió en su investigación que un determinado porcentaje de empleados del servicio de atención al cliente permanecía en su puesto de trabajo mucho más tiempo que los demás. Buscando pistas, descubrió una sorprendente relación entre el tiempo que alguien conservaba su empleo y su elección de navegador de Internet. Parece una locura, ¿verdad?
Observa esto: los empleados que instalaban navegadores distintos del predeterminado Internet Explorer no sólo tenían más probabilidades de conservar su empleo, sino que también eran más propensos a tomar la iniciativa, afrontar retos y encontrar nuevas soluciones. Al final, la tendencia a instalar Google Chrome o Mozilla Firefox estaba ligada a la capacidad para resolver problemas que, a su vez, permitía a estos empleados permanecer en sus puestos de trabajo una media de un 15 por ciento más.
En cuanto a los demás empleados que simplemente utilizaban navegadores integrados, abordaban sus funciones de la misma forma convencional que utilizaban Internet. Aceptaron las normas que se les impusieron y fueron incapaces de resolver problemas, lo que acabó por hartarles de su trabajo.
Si quieres sobrevivir en el mundo laboral, tu mejor apuesta es convertirte en un original. La buena noticia es que cualquiera puede hacerlo. Aunque no todos seamos capaces de fundar nuestras propias empresas, componer una obra maestra musical o alterar el curso de la historia con un discurso conmovedor, todos tenemos ideas únicas con potencial para mejorar nuestro trabajo, nuestras comunidades y nuestras relaciones.
Ideas originales.
Poner en marcha nuevas ideas requiere valentía y la determinación de no echarse atrás cuando quieres que se produzca un cambio. El primer paso para ser original es superar el miedo a pasar a la acción y defender tus propias ideas. ¿Pero cómo? Descúbrelo en el siguiente resumen.
La cantidad conduce a la calidad cuando se trata de generar grandes ideas.
La leyenda cuenta que el físico Isaac Newton estaba relajándose bajo un árbol cuando le cayó una manzana en la cabeza. En un destello de brillantez, Newton se inspiró para desarrollar su ley de la gravitación universal. Por desgracia, las grandes ideas como ésta no suelen caer de los árboles; las nuevas ideas requieren un trabajo duro.
Cuando se trata de generar ideas, ¿qué es más importante, la cantidad o la calidad? Pues resulta que son igual de importantes, concretamente porque la cantidad allana el camino a la calidad en el brainstorming. El psicólogo Dean Simonton, famoso por su estudio de la productividad creativa, demostró en su investigación que los individuos altamente creativos no producen necesariamente mejores ideas; más bien, simplemente crean más.
La cantidad de ideas es la mejor manera de generar ideas.
Al crear un mayor volumen de trabajo, tenían una mayor probabilidad de desarrollar un pequeño puñado de ideas brillantes. Por ejemplo, toda la obra de Picasso incluye innumerables alfombras y grabados, 2.800 cerámicas, 1.800 pinturas, 1.200 esculturas y más de 12.000 dibujos. Y, sin embargo, sólo un pequeño número de estas obras dieron a Picasso su éxito y su estatus de icono internacional del arte.
En otras palabras, cuando se trata de cantidad y calidad, ¡no puedes tener una sin la otra!
Otro de los hallazgos de Simonton demostró que ni siquiera los genios pueden saber cuáles de sus obras se convertirán en clásicos atemporales y cuáles fracasarán. Así que, de nuevo, cuanto más produzcas, mejor. Simonton descubrió que Beethoven juzgaba su obra de forma muy distinta a como lo hicieron los expertos posteriores. Comparando las cartas en las que Beethoven valoraba 70 de sus propias composiciones con las evaluaciones de los críticos contemporáneos, Simonton calculó que Beethoven había estado en desacuerdo con ellos aproximadamente el 33 por ciento de las veces.
Generar ideas, y muchas, es el primer paso para liberar tu potencial creativo. Pero no debes ver tu cerebro como una fábrica de creatividad que produce ideas originales como se fabrican coches en una cadena de montaje.
Para crear grandes ideas, hay que tomárselo con calma. Eso puede significar dar un rodeo y procrastinar, o simplemente sacar tiempo de vez en cuando para relajarte bajo un árbol.
La procrastinación puede hacer maravillas creativas cuando la utilizas estratégicamente.
Se dice que procrastinar es el archienemigo de tu productividad, pero ¿es realmente así?
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La procrastinación puede hacer maravillas creativas cuando la utilizas estratégicamente.
Dejar las cosas para el último momento nos hace más creativos al obligarnos a improvisar. ¿Habrías adivinado que la frase más famosa de Martin Luther King Jr. fue fruto de la procrastinación? King tenía que pronunciar un discurso en la Marcha sobre Washington por el Trabajo y la Libertad, pero no empezó a escribirlo hasta la noche anterior.
La icónica frase de King "Tengo un sueño" fue parcialmente improvisada: la cantante de gospel Mahalia Jackson gritó durante el discurso de King, implorándole: "¡Háblales del sueño, Martin! Háblales del sueño!" King abandonó su guión y empezó a hablar libremente sobre su inspiradora visión del futuro Americana.
El discurso de King es un fantástico ejemplo del efecto Zeigarnik. Este fenómeno, que debe su nombre a la psicóloga rusa Bluma Zeigarnik, describe el modo en que nuestra mente permanece abierta a nuevas ideas y percepciones, incluso después de que intentemos terminar una tarea y nos demos por vencidos. Esencialmente, el discurso inacabado de King dejaba espacio para que a su cerebro se le ocurrieran líneas brillantes.
Para los grandes originales, la dilación es una estrategia clave. Les permite progresar gradualmente mientras permanecen abiertos a un abanico de posibilidades. Leonardo da Vinci es otro ejemplo de los prolíficos procrastinadores de la historia. Empezó a pintar la Gioconda en 1503, luego abandonó el proyecto antes de retomarlo unos años más tarde. Finalmente, la Mona Lisa se terminó en 1519, ¡16 años después!
El historiador William Pannapacker cree que esto permitió a da Vinci procrastinar de forma calculada, experimentando con ilusiones ópticas y nuevas técnicas pictóricas. Sin esta experimentación, y la dilación que creó el espacio para ello, puede que nunca hubiéramos tenido la Mona Lisa u otras obras brillantes de pensadores originales.
Admitir tus debilidades durante una presentación te dará más apoyo.
¿Alguna vez has recibido una respuesta poco alentadora a lo que pensabas que era tu mejor idea? Tranquilo, ¡no siempre se debe a que tu idea sea inútil! Hay algunos factores comunes detrás de los rechazos.
Por un lado, expresar una opinión que amenaza con alterar el statu quo puede ser una amenaza para tu carrera empresarial y tu red de contactos. Un estudio masivo realizado en empresas sin ánimo de lucro, de servicios, de venta al por menor y de fabricación reveló que cuanto más a menudo expresaban los empleados sus ideas y preocupaciones a sus superiores, menos probabilidades tenían de recibir aumentos y ascensos en un periodo de dos años.
Esto es un factor bastante común en el rechazo de los empleados.
¡Es una tendencia bastante preocupante! Entonces, ¿qué puedes hacer para que la gente se sume a tus ideas? Por extraño que parezca, tu mejor opción es decirle a la gente por qué no deberían aceptar tus propuestas. Empieza por ser abierto sobre los defectos de tus proyectos; esto sorprenderá a tu público y les demostrará que eres una persona honesta, independientemente de la situación.
Esto es lo que hicieron la pareja de emprendedores Rufus Griscom y Alisa Volkman cuando presentaron su revista y red de blogs online sobre paternidad "Babble" a posibles patrocinadores. Para gran sorpresa de su público, Griscom fue franco y les dijo que la participación de los usuarios de su sitio web era menor de lo que esperaban, que el 40% de las noticias del sitio estaban ocupadas por cotilleos de famosos aparentemente irrelevantes y que su back-end necesitaba una gran actualización.
Aunque parezca que se estaban disparando en el pie, a los inversores les encantó su enfoque. Confiaron en ellos, y Babble consiguió 3,3 millones de dólares de financiación antes de ser adquirida por Disney en 2011.
Haz que las ideas radicales resulten familiares dándolas a conocer a menudo y encontrando puntos de referencia comunes.
¿Crees que te ves mejor en el espejo o en una foto indiscreta? La mayoría de nosotros preferiríamos el reflejo que vemos en el cuarto de baño. Las fotos de nosotros mismos pueden ser deprimentes y desagradables. ¿Por qué? Pues porque nos vemos desde un ángulo desconocido. Es una tendencia humana clásica rechazar las cosas que no nos son familiares, ¡incluso nuestras propias imágenes!
Como habrás adivinado, esto supone otro obstáculo para soñar con ideas originales. Pero hay estrategias que puedes poner en práctica para que incluso el compañero de trabajo más convencional se sienta cómodo con tus soluciones poco ortodoxas.
Una de ellas es el efecto de mera exposición, por el que repetirte a ti mismo dará tiempo a que los demás se acostumbren a tus ideas. Las investigaciones demuestran que exponer a la gente a nuevas ideas más a menudo la hará más receptiva con el tiempo. Así que, ¡habla y repítete!
Para que esto sea más fácil, haz que tus ideas sean breves y ágiles, combínalas con otras ideas para mostrar sus diferentes aplicaciones y prepárate para seguir impulsando tus soluciones durante el tiempo que sea necesario. Sigue haciéndolo y te sorprenderá ver cómo mejoran las respuestas de tus compañeros.
Otra estrategia útil para que las nuevas ideas parezcan menos controvertidas es enmarcarlas en un contexto familiar. Cuando la idea del clásico de animación El Rey León fue presentada por primera vez a Disney, los productores se mostraron inicialmente contrariados por su oscuro argumento.
Pero en una reunión con el director de la película, éste les dijo que no se atrevieran a presentarla.
Pero en una reunión entre guionistas y ejecutivos de Disney, el consejero delegado Michael Eisner y la productora Maureen Donley dieron la vuelta a la situación destacando las similitudes de la película con el Rey Lear y Hamlet de Shakespeare. Esto bastó para convencer a los productores, que se mostraron mucho más entusiastas una vez que el argumento poco convencional se vinculó a un punto de referencia común.
El Rey León se convirtió en la película más taquillera de 1994 y recibió dos premios de la Academia. Este ejemplo ilustra cómo las grandes ideas pueden hacerse realidad cuando su novedad se compensa con elementos familiares para ganar apoyos.
Los mejores colaboradores son aquellos a los que les encanta demostrar que te equivocas.
Independientemente de lo que persigas, si sólo escuchas a la gente que te alaba, probablemente no llegarás muy lejos. Puede que no sea agradable, pero a veces necesitas un poco de crítica para que te ayude a crecer.
Esto quedó ilustrado en un experimento fundamental del psicólogo Charlan Nemeth. Se pidió a grupos de participantes que contrataran a uno de tres posibles candidatos a un puesto de trabajo. El primer candidato, John, fue presentado como el que tenía las mejores aptitudes para el puesto.
Incluso así, algunos de los participantes mostraron preferencia por el candidato menos cualificado, Ringo. Pero cuando algunos participantes argumentaron a favor del tercer candidato, George, la probabilidad de que los participantes acabaran contratando al candidato mejor cualificado se cuadruplicó.
¿Cómo podemos entender esto?
Al introducir en la mezcla una opinión minoritaria que difiere de las dos opiniones principales, se rompe el consenso. Se empuja a los miembros del grupo a evaluar la situación por sí mismos y a no limitarse a seguir lo que piensan los demás. Esta es una gran estrategia para romper el pensamiento de grupo y animar a todos a compartir sus verdaderas opiniones.
El pensamiento de grupo se produce cuando las personas organizadas en grupos dan prioridad a evitar el conflicto y alcanzar el consenso frente a tomar la mejor decisión posible. Este concepto, desarrollado por el psicólogo investigador de Yale Lester Irving Janis, es el problema subyacente en la mala toma de decisiones en equipo. Otra forma de evitar que el pensamiento de grupo entorpezca tu propia creatividad es rodearte de personas que cuestionen constantemente tus ideas.
Esta fue la estrategia que utilizó el grupo de trabajo.
Esta fue la estrategia utilizada por Ben Kohlmann, miembro fundador de la Célula de Innovación Rápida del Jefe de Operaciones Navales (CRIC), cuando su equipo empezó a trabajar en ideas innovadoras para la marina. Consiguieron crear toda una serie de soluciones creativas e incluso fueron los primeros en llevar una impresora 3D a bordo de un barco para imprimir piezas de repuesto en caso de que algo se rompiera en alta mar.
Esta creatividad no habría sido posible sin la ayuda de un equipo de ingenieros navales.
Esta creatividad no habría sido posible sin la poderosa dinámica de grupo que surgió como resultado de la calculada toma de decisiones de Kohlmann. Eligió oficiales subalternos con un historial de enfrentarse a la disciplina por desafiar a la autoridad. Aunque todos estos oficiales tenían sus propios antecedentes y objetivos, la unión de su mentalidad disruptiva con un objetivo común creó el entorno perfecto para la creatividad.
Aprende a disfrazar tus ideas para conseguir los apoyos que necesitas.
Aunque tengas una red de personas que comparten los mismos objetivos y valores que tú, no es garantía de que apoyen tus ideas. Si quieres contar con aliados fiables, tienes que ganarte a tus compañeros empleando el tono adecuado en tus mensajes. El truco está en no pasarse de la raya, pero también en mantener el interés de la gente.
Aunque tendemos a pensar que los objetivos comunes son lo que une a un equipo, la investigación ha demostrado que ocurre todo lo contrario. Las psicólogas Judith White y Ellen Langer, del Dartmouth College, ilustran este hallazgo mediante la teoría de la hostilidad horizontal; se trata de una forma de prejuicio que aflora en las relaciones entre miembros de un mismo grupo minoritario.
Por ejemplo, los miembros más comprometidos de los grupos políticos radicales tienden a atacarse entre sí más de lo que se enfrentan a los impostores y a los vendidos dentro de su movimiento, aunque compartan el mismo conjunto de valores fundamentales.
Puedes evitar la hostilidad horizontal, que es una forma de prejuicio que aflora en las relaciones entre miembros de un mismo grupo minoritario.
Puedes evitar la hostilidad horizontal en tu equipo haciendo que tus ideas parezcan un poco menos radicales. Para ello, necesitarás un disfraz, ¡o incluso un caballo de Troya! Al fin y al cabo, el objetivo no es convencer a la gente de que cambie por completo sus actitudes, sino conectar con los valores en los que sabes que ya creen.
La mayoría de los miembros de tu equipo están de acuerdo con tus ideas.
Meredith Perry, inventora de soluciones de energía inalámbrica para cargar equipos electrónicos, recibió poco apoyo cuando presentó por primera vez sus ideas a sus profesores de física e ingenieros. Todos coincidieron unánimemente en que, en aquel momento, no era posible cargar aparatos electrónicos mediante ondas que pasaban por el aire. ¿Qué hizo Perry? Cambió de táctica y utilizó un caballo de Troya.
Al disfrazar su idea y decirle a la gente que simplemente quería diseñar un transductor, y no uno que enviara energía de forma inalámbrica, recibió mucho más apoyo: su idea era interesante, pero no demasiado descabellada. Los colaboradores y financiadores se mostraron mucho más dispuestos a asociarse con ella, y Perry pudo crear su producto y su empresa, uBeam, que hoy en día ofrece soluciones innovadoras de carga inalámbrica.
Como vemos, no basta con tener ideas creativas: hay que saber encontrar los apoyos y colaboradores adecuados para hacerlas realidad.
Conclusiones
El mensaje clave de este libro:
Da rienda suelta a tu potencial creativo desarrollando muchas ideas y compartiendo las mejores con los demás. Para potenciar aún más tu creatividad, rodéate de pensadores disruptivos y haz que se sientan cómodos compartiendo sus opiniones. Aprende a hacer que tu idea original parezca familiar, accesible y atractiva para conseguir el apoyo que necesitas, y estarás listo para convertir tus planes únicos en soluciones para el mundo real.
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Sugerencias lectura complementaria: El arte del inconformismo de Chris Guillebeau
Basado en el blog y manifiesto en línea del autor, "Una breve guía para la dominación mundial", El arte del inconformismo trata sobre formas de llevar una vida poco convencional y ofrece herramientas para establecer tus propias reglas, triunfar con tus pasiones y dejar un legado.