No está impotente ante el acoso en Internet

Si usted o alguien que conoce es objeto de acoso en Internet, recuerde que no está impotente. Hay medidas concretas que puede tomar para defenderse a sí mismo y a los demás. En primer lugar, comprenda lo que le está pasando. Si lo critican o lo insultan, puede optar por refutarlo o dejarlo pasar. Pero si lo están maltratando, decir lo que está experimentando no solo indica que se trata de un problema tangible, sino que también puede ayudarlo a comunicarse con sus aliados, los empleadores y las fuerzas del orden. A continuación, asegúrese de documentar. Si denuncia un abuso en Internet y consigue que lo eliminen, podría perder pruebas valiosas. Guarde correos electrónicos, mensajes de voz y textos. Haga capturas de pantalla en las redes sociales y copie los enlaces directos siempre que sea posible. Por último, evalúe su seguridad. Si lo hacen sentir físicamente inseguro de alguna manera, confíe en sus instintos. Si bien es posible que la policía no siempre sea capaz de detener el abuso (y no todas las autoridades están igual de bien capacitadas para tratarlo), como mínimo está creando un registro que podría ser útil más adelante.

••• El abuso en Internet —desde cuentas de suplantación hasta insultos de odio y amenazas de muerte— comenzó con la llegada de la propia Internet, pero el problema es generalizado y va en aumento. Un estudio de 2017 del Pew Research Center descubrió que más de[El 40% de los estadounidenses](https://www.pewresearch.org/fact-tank/2017/07/11/key-takeaways-online-harassment/) ha sufrido abusos en Internet y más del 60% los ha presenciado. Las personas de color y las personas LGBTQ+ son atacadas de manera desproporcionada, y las mujeres tienen el doble de probabilidades que los hombres de sufrir acoso sexual en Internet. En medio de una pandemia mundial, a medida que una ola de activismo antirracista se extiende por todo el país, se dan las condiciones para un aumento del odio y el acoso en Internet. Decenas de miles de personas han salido a la calle para protestar contra la brutalidad policial, mientras que millones más se distancian socialmente en sus hogares, ansiosos y aislados, con los ojos pegados a sus teléfonos y pantallas de ordenador. En este clima de incertidumbre e inquietud extremas, las tensiones que se desarrollan «en la vida real» seguramente repercutirán y se intensificarán en el ámbito digital. La COVID-19 ya ha provocado un aumento de los ataques en línea contra[científicos, expertos en salud pública](https://blogs.scientificamerican.com/observations/when-promoting-knowledge-makes-you-a-target/), [Asiáticos y estadounidenses de origen asiático](https://www.washingtonpost.com/technology/2020/04/08/coronavirus-spreads-so-does-online-racism-targeting-asians-new-research-shows/). No cabe duda de que veremos un aumento de los abusos contra activistas, periodistas de color y cualquier persona que comente o informe sobre las protestas. Este abuso representa una amenaza directa y apremiante a la libertad de expresión, ya que sofoca las voces infrarrepresentadas e intimida a los propios expertos que nos proporcionan la información y la orientación que necesitamos con urgencia. En PEN America, una organización sin fines de lucro dedicada a celebrar y defender la palabra escrita, hemos visto de primera mano las nefastas formas en que se utiliza para censurar y silenciar. Creemos que solo cuando comprendamos claramente lo que es el abuso en línea y un lenguaje compartido para describirlo y condenarlo, podremos contraatacar estratégicamente. Con eso en mente, hemos trabajado con profesionales de la creatividad y los medios de comunicación, abogados, psicólogos y tecnólogos para desarrollar un conjunto de herramientas digitales, el[Manual de campo sobre el acoso en línea](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/), que ofrece una guía completa sobre cómo gestionar el abuso en Internet en los EE. UU. Si usted o alguien que conoce es atacado, recuerde que no está impotente. Hay medidas concretas que puede tomar para defenderse a sí mismo y a los demás. **1) Identificar el abuso** Averigüe lo que le está pasando. ¿Es una crítica mezquina? («Es el peor escritor del mundo».) ¿Es un comentario plagado de insultos? («No solo es un pésimo escritor, es un imbécil».) ¿O abuso descarado que contenga, por ejemplo, insultos y amenazas racistas o de género? («Todo el mundo sabe que los bastardos no pueden escribir y merecen morir».) El abuso en Internet se define como «atacar de forma repetida o grave en Internet a una persona o un grupo mediante un comportamiento perjudicial». Las tácticas más comunes, aunque en constante evolución y a menudo se superponen, incluyen: la incitación al odio, el acoso sexual, las amenazas de violencia física y sexual, la suplantación de identidad, el doxing, la pornografía no consentida, el bombardeo de mensajes y muchas más. Puede encontrar[definiciones detalladas y ejemplos de estos términos aquí](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/defining-online-harassment-a-glossary-of-terms/). Si lo critican o lo insultan, puede optar por refutarlo o dejarlo pasar. Pero si lo están maltratando, decir lo que está experimentando no solo indica que se trata de un problema tangible, sino que también puede ayudarlo a comunicarse con sus aliados, los empleadores y las fuerzas del orden. **2) Documente el abuso** Tenga en cuenta que si denuncia un abuso en Internet que infrinja las condiciones de servicio de una plataforma y consigue que lo eliminen, podría perder pruebas valiosas. Por eso es fundamental para[abuso de documentos](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/documenting-online-harassment/) antes de denunciarlo. Guarde correos electrónicos, mensajes de voz y mensajes de texto. Haga capturas de pantalla en las redes sociales y copie los enlaces directos siempre que sea posible. Si una persona o un grupo específico lo maltrata repetidamente, tal vez quiera crear un registro que le ayude a ver los patrones y acumular pruebas. La documentación será necesaria si decide contratar a las fuerzas del orden o emprender acciones legales. También puede resultar de gran ayuda en las conversaciones con un aliado, un gerente o un empleador, ya que repetir comentarios abusivos en voz alta puede volver a traumatizar y parafrasearlos puede enmascarar su gravedad real. Señalar una captura de pantalla suele ser menos incómodo y tiene más impacto. **3) Evalúe su seguridad** ¿El abuso en Internet le ha hecho preocuparse por su seguridad física o la de su familia o sus colegas? El anonimato que ofrece Internet, junto con la proliferación de bots y otras cuentas falsas, pueden hacer que sea muy difícil de juzgar. Repase algunas preguntas clave que le ayudarán [evaluar la amenaza](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/assessing-the-threat/), lo ideal sería con un amigo cercano o un colega como caja de resonancia: - ¿Conoce a su agresor y tiene antecedentes de comportamiento errático o violento? - ¿La amenaza es dirigida y específica? ¿Incluye su nombre, hora, lugar o método de ataque? - ¿El abusador parece irracional, por ejemplo, al amenazarlo con su nombre, correo electrónico o número de teléfono reales? - ¿El abusador ha migrado de una plataforma a otra o se ha quedado sin conexión (por ejemplo, correos de voz, correo físico o paquetes dejados en su puerta o lugar de trabajo)? Lo anterior son solo señales de alerta, pero si le hacen sentir que no está seguro físicamente de alguna manera, confíe en sus instintos. Puede que tenga que trasladarse temporalmente a un hotel o a casa de un amigo. Y, según las circunstancias, puede que también tenga que tener en cuenta[informar a las fuerzas del orden](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/reporting-to-law-enforcement/). Si bien no todas las autoridades están bien capacitadas para hacer frente al abuso en Internet, como mínimo está creando un registro que podría ser útil más adelante. Si no se siente cómodo interactuando con las fuerzas del orden por su cuenta, considere la posibilidad de contratar a un aliado, solicitar la ayuda de su gerente o empleador (si el abuso está relacionado con el trabajo) o consultar con un abogado. **4) Bloquear, silenciar, denunciar** [Bloquear, silenciar,](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/blocking-and-muting/) y[reportaje](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/reporting-online-harassment-to-platforms/) el abuso en las plataformas de redes sociales son acciones distintas. Puede bloquear cuentas (para que no puedan comunicarse con usted ni seguirlo) y, a veces, puede silenciar cuentas o incluso publicaciones o palabras específicas (para que no tenga que verlas). Puede denunciar un abuso que infrinja las condiciones de servicio para intentar que eliminen una publicación o suspendan una cuenta. Si bien son valiosas, estas herramientas son imperfectas. Bloquear puede aumentar el abuso, silenciar puede enmascarar las amenazas que puede que necesite supervisar y los mecanismos de denuncia no siempre son eficaces, incluso cuando el contenido abusivo infringe descaradamente las condiciones del servicio. Contar con aliados puede ayudar: sus amigos o colegas de confianza pueden controlar sus menciones mientras bloquea y silencia, informarle de cualquier escalada o amenaza e informar con y para usted. **5) Refuerce su ciberseguridad** Puede resultar difícil encontrar el espacio mental para abordar su ciberseguridad cuando lo atacan, pero los trolls abusivos suelen intentar acceder a su información privada y difundirla para humillarlo o intimidarlo. Para protegerse del hackeo y la suplantación de identidad, empiece por practicar[higiene de contraseñas](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/using-secure-passwords-logins/): utilice contraseñas largas (lo ideal es una cadena de palabras y símbolos de 16 caracteres como mínimo), no vuelva a utilizar nunca las contraseñas, invente respuestas a las preguntas de seguridad y configure la autenticación de dos factores en sus principales cuentas personales y profesionales (correo electrónico, redes sociales, banca, etc.). Si se pregunta cómo va a hacer un seguimiento de todo eso, considere la posibilidad de comprar un gestor de contraseñas. Para protegerse del doxing y otras invasiones de la privacidad, dedique algo de tiempo a[doxíllese](https://slate.com/technology/2020/02/how-and-why-dox-yourself.html) (no literalmente) y establezca límites firmes entre su presencia personal y profesional en Internet. **6) Reclutar aliados** Si bien hablar de abuso en Internet puede provocar sentimientos de miedo y vergüenza, recuerde que el abuso tiene por objeto aislarlo. No está solo. Busque el apoyo de[amigos, familiares y colegas,](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/guidelines-for-talking-to-friends-and-loved-ones/) y[despliegue su comunidad cibernética más amplia](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/deploying-supportive-cyber-communities/) para que sirvan de aliados. Si está siendo objeto de malos tratos en represalia por su trabajo, le preocupan las ramificaciones profesionales o se siente inseguro físicamente, considere seriamente la posibilidad de decírselo a su[contactos laborales o profesionales](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/guidelines-for-talking-to-friends-and-loved-ones/) (por escrito). Es posible que su empresa pueda ofrecerle apoyo, desde atención de salud mental hasta asesoramiento legal, y ayudarlo a hacer llegar sus inquietudes a las empresas de tecnología y a las fuerzas del orden. Como no todo el mundo conoce igual de bien lo que es el abuso en Internet, prepárese para estas conversaciones llevando documentación, haciendo hincapié en el impacto que el abuso ha tenido en su sustento y teniendo claro si está pidiendo un oído que lo escuche o una asistencia específica, como ayudarlo a denunciar, documentar o evaluar su seguridad. **7) Alce la voz (¡con advertencias!)** El consejo habitual de «No dé de comer a los trolls» suele ser muy bueno. Los abusadores, cuando se enfrentan, pueden intensificar los ataques o tratar de incitar a sus objetivos a arremeter contra ellos para meterse en problemas. Sin embargo, alzar la voz en contra del abuso también puede ser[profundamente empoderador](https://gay.medium.com/the-pleasure-of-clapping-back-ff867bad311a). La clave es tener cuidado y deliberar al decidir qué es lo que va a funcionar para usted. Una forma de hacerlo es [practicar el contradiscurso](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/guidelines-for-safely-confronting-harassers/) sin enfrentarse directamente a su agresor. La contrademanda podría implicar denunciar enérgicamente el acoso y el odio, defender su reputación, recuperar un símbolo o etiqueta abusivo, comprobar los datos de la desinformación y conseguir el apoyo de sus aliados o su empleador. Algunas personas incluso se han hecho creativas y han respondido a sus abusadores enviando fotos de cachorros o[contarle a sus madres su mal comportamiento](https://www.theguardian.com/culture/australia-culture-blog/2014/nov/28/alanah-pearce-tells-on-her-internet-trolls-to-their-mothers). Básicamente, haga lo que le parezca correcto, pero tenga en cuenta la política de redes sociales de su empresa y evite recurrir al abuso de sí mismo. **8) Practique el cuidado personal** Recuerde: _no es su culpa._ El abuso en Internet puede provocar sentimientos de miedo y vergüenza. Es agotador y desmoralizador. Puede causar un daño real y duradero a su salud mental, emocional y física. Resista el impulso de ignorar sus sentimientos y recuerde que las personas pueden verse afectadas de diferentes maneras según la raza, el género, la sexualidad y la experiencia. Haga tiempo para[cuidado personal](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/self-care/). Esto puede incluir cualquier cosa, desde meditar o cocinar hasta escuchar música o salir a pasear. Elija lo que elija, _debe_ implican tomarse descansos periódicos de sus dispositivos. Buscar atención de salud mental profesional también puede marcar una gran diferencia, especialmente si llega a un punto en el que se siente desesperado o paralizado por el miedo, habla de su abuso obsesivamente, tiene dificultades para disfrutar de las cosas o tiene dificultades para comer o dormir. Si no tiene acceso a las prestaciones de salud mental a través de un empleador, eche un vistazo a la ADAA[Guía de atención de salud mental asequible](https://adaa.org/finding-help/treatment/low-cost-treatment) y echa un vistazo a esto[consejos de un psicólogo](https://onlineharassmentfieldmanual.pen.org/advice-from-a-psychologist/) con su propia experiencia de abuso en Internet. No tiene que seguir todos y cada uno de los pasos de la lista anterior, y mucho menos en orden. De hecho, puede que acabe haciendo un montón de estas cosas al mismo tiempo, o saltándose algunas y volviendo a otras cuando le resulten más útiles. Recuerde que, a nivel individual, es extremadamente difícil evitar que las personas cometan abusos en Internet y, a nivel institucional, aún queda mucho por hacer para mejorar las herramientas de autodefensa y los mecanismos de rendición de cuentas. Sin embargo, la guía anterior ofrece un buen punto de partida para las personas que sufren abusos. Con su propio ingenio y resiliencia, respaldados por una orientación concreta y el apoyo de los demás, tiene el poder de luchar contra el abuso y proteger el espacio de la libertad de expresión en el ámbito digital. _También aparece una versión de este artículo en Slate._