No deje que la incertidumbre lo paralice
Cuando nos amenaza una incertidumbre improductiva, a menudo nos quedamos tan atrapados en nuestra situación inmediata que pasamos por alto el conjunto más amplio de posibilidades de nuestra vida. Esto no solo crea inquietud, sino que puede llevarnos a tomar decisiones precipitadas o a perder oportunidades porque ni siquiera las reconocemos. El psicólogo llama a esta tendencia a perder el panorama general sesgo del status quo, efecto peces grandes y estanques pequeños, o privación relativa. Si podemos recordar que hay un contexto más amplio de lo que imaginamos inicialmente y está lleno de más posibilidades de las que podemos imaginar en nuestra situación actual, hay una probabilidad mucho mayor de obtener resultados óptimos que no corran el riesgo de limitar innecesariamente las posibilidades de nuestras propias vidas.
••• Cuando nos enfrentamos a una situación plagada de ansiedad y ambigüedad (una pandemia, una recesión, la pérdida de un empleo, un cambio familiar no deseado), la mayoría de nosotros no podemos imaginarnos ninguna ventaja. Quedamos paralizados, atrapados en un estado que yo llamo _incertidumbre improductiva._ Pero algunos pueden ver su camino en esos momentos y encontrar un camino positivo a seguir. ¿Cómo? Durante los últimos cinco años he estudiado a las personas que sobresalen ante la incertidumbre. Entre mis temas figuran innovadores, emprendedores, directores ejecutivos y ganadores del Premio Nobel, además de jugadores, paramédicos y surfistas. He identificado los enfoques que utilizan para sortear tiempos turbulentos y descubrir el potencial que se esconde en ellos. En este artículo comparto tres hábitos que pueden ayudarlo a desarrollar su propia «capacidad de incertidumbre». **Abra los ojos a todas las opciones, presentes y futuras** Cuando nos amenaza una incertidumbre improductiva, puede que nos concentremos tanto en la situación inmediata que pasemos por alto las posibilidades más amplias. Esto no solo crea inquietud, sino que también puede llevarnos a tomar decisiones precipitadas o a perder oportunidades porque ni siquiera las reconocemos. El psicólogo llama a esta tendencia a perder el panorama general[sesgo del status quo](https://www.behavioraleconomics.com/resources/mini-encyclopedia-of-be/status-quo-bias/), [efecto peces grandes y estanques pequeños](https://www.researchgate.net/publication/225145441_The_Big-Fish-Little-Pond_Effect_What_Do_We_Know_and_Where_Do_We_Go_from_Here), y [privación relativa](https://psycnet.apa.org/record/1985-28039-001). Uno de mis ejemplos favoritos de cómo pensar con estrechez de miras conduce a malas decisiones es de Malcolm Gladwell. Al analizar por qué los estudiantes universitarios eligen obtener títulos de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), descubrió que en una universidad estadounidense típica, los estudiantes cuyos puntajes en el SAT los sitúan entre el tercio superior de su escuela tenían un 50% de probabilidades de obtener un título en STEM, mientras que los del tercio inferior solo tenían un 15% de probabilidades de hacerlo. Argumentó que el tercio inferior miró a su alrededor, se dio cuenta de que no eran tan inteligentes como sus compañeros y, por lo tanto, eligió carreras más fáciles. Pero cuando analizó las puntuaciones del SAT y los títulos de STEM entre los estudiantes de Harvard, encontró la misma distribución. ¿Por qué? Porque la naturaleza humana nos lleva a tomar decisiones en función de la experiencia vivida y no con la vista puesta en el panorama general. Los estudiantes de Harvard con las puntuaciones más bajas son sin duda lo suficientemente inteligentes como para triunfar en las disciplinas de STEM, pero no pueden ver ese panorama más amplio y, por lo tanto, no se dan la oportunidad. Por el contrario, los innovadores que estudié han aprendido a buscar posibilidades que otros no pueden imaginarlas. Si podemos recordar que hay un contexto más amplio de lo que pensábamos inicialmente, lleno de más posibilidades de las que habríamos previsto, es mucho más probable que encontremos un resultado óptimo. Lo más importante es que con esa mentalidad más amplia podemos capear las molestias de la incertidumbre improductiva con más optimismo y calma. Eso es cierto tanto si la incertidumbre se refiere a problemas relativamente pequeños, como perder un vuelo y preguntarse qué hacer con la imprevista prórroga, o a problemas más importantes, como perder un trabajo y tener que replantearnos nuestra dirección y nuestras prioridades. Somos capaces de reconocer que, incluso en los peores escenarios, tenemos opciones que se caracterizan por una gran belleza y recuperación. **Piense en términos de probabilidades, no de resultados binarios** En tiempos de incertidumbre improductiva, a menudo nos quedamos atrapados imaginando resultados extremos de lo uno o lo otro. Los innovadores que son expertos en gestionar la incertidumbre piensan, en cambio, en términos de probabilidades. Vi el poder de esto de primera mano cuando impartía un curso de ejecutivos en el INSEAD, justo cuando la pandemia se aceleraba. Se esperaba que el presidente francés, Emmanuel Macron, pronunciara un discurso sobre la crisis; mis alumnos internacionales empezaron a preocuparse de que cerrara las fronteras y los dejara varados en Francia. Cuando pensábamos en términos binarios (varados o no varados), todos sentíamos una gran ansiedad. Cuando tuvimos en cuenta toda la gama de posibles resultados y les asignamos probabilidades, vimos las cosas de otra manera. Nos dimos cuenta de que había muchas probabilidades de que las fronteras se cerraran en unos días, una probabilidad modesta de que se cerraran antes y una probabilidad cercana a cero de que se cerraran inmediatamente. Eso nos trajo un inmenso alivio. La experiencia me recuerda a la conmovedora observación del filósofo francés Michel de Montaigne: «Mi vida ha estado llena de terribles desgracias, la mayoría de las cuales nunca ocurrieron». **Recuerde que las posibilidades siempre existen** ¿Es realmente cierto que las posibilidades siempre existen, incluso en medio de la más dolorosa e improductiva incertidumbre? ¿O la capacidad de incertidumbre es una idea solo para los privilegiados? ¿La teoría es válida en tiempos de graves y terribles tragedias? Hace poco volví a leer el relato de Victor Frankl sobre sus años en campos de concentración y me llamó la atención su énfasis en lo importante que era para su supervivencia que los presos pudieran encontrar sentido a sus vidas, incluso con su sufrimiento. Su conclusión es un poderoso testimonio del potencial de crecimiento, incluso en circunstancias impensables. Escribió: «A una [persona] se le puede quitar todo, excepto una cosa: la última de las libertades humanas: elegir la actitud de uno en un conjunto de circunstancias determinadas, elegir su propio camino». La oportunidad de ejercer esa libertad está disponible para todos nosotros, y es clave para encontrar una manera de avanzar en tiempos de incertidumbre.