Maximum Achievement

Adopta la mentalidad y las estrategias de autogestión de las personas de alto rendimiento.

¿Te has preguntado alguna vez por qué ciertas personas tienen más éxito que otras? Mientras que algunas parecen disfrutar de carreras satisfactorias, prosperidad material y relaciones sanas, otras parecen estar estancadas en la rutina. ¿Qué ocurre? Como estás a punto de ver, la razón por la que la mayoría de las personas no consiguen más de lo que logran es porque no creen que puedan hacerlo. Es más, no se han tomado el tiempo necesario para decidir exactamente qué quieren y cómo conseguirlo.

En el siguiente resumen, descubrirás un conjunto de sistemas prácticos que te ayudarán a crear objetivos en todas las áreas de tu vida, y a superar cualquier obstáculo que te impida alcanzarlos.

En este resumen, aprenderás

    • cómo imponer a tu subconsciente unas autoexpectativas más elevadas;
    • que el autodesarrollo es un proceso que te ayuda a alcanzar tus metas.
    • que el autodesarrollo consiste más en desaprender que en aprender;
    • y
    • cómo los pensamientos positivos pueden materializarse en la realidad.
  • Imagina que pudieras ver una recreación de toda tu vida, hasta ahora. Mejor aún, podrías hacer una pausa en cualquier momento y reescribir las decisiones que tomaste en cualquier situación. Si entonces supieras lo que sabes hoy, ¿qué harías de forma diferente?
  • Este ejercicio hipotético representa lo que se conoce como pensamiento basado en cero. Imaginando que puedes volver a empezar de cero -y centrándote en las acciones que emprenderías para mejorar tu situación-, puedes capacitarte para tomar mejores decisiones en el futuro.
  • El pensamiento basado en cero es una forma de pensar que se basa en la realidad.
  • Lo contrario sería mirar atrás en tu vida y centrarte en las circunstancias externas que están fuera de tu control. Pero al hacer esto, sólo reforzarás tu propia sensación de impotencia.
  • Esta idea del refuerzo negativo sigue un concepto conocido como la Ley de la Creencia, que afirma que percibes el mundo a través de una lente de prejuicios sobre ti mismo, también conocida como tu autoconcepto. Todo el mundo nace sin un autoconcepto, pero a medida que creces y te identificas con tu nombre, valores y hábitos, tu forma de verte a ti mismo y al mundo se solidifica a lo largo de muchos años de repetición.
  • Este conjunto de creencias, pensamientos e imágenes mentales determina cómo te comportas. Así, por ejemplo, si te ves a ti mismo como demasiado viejo o falto de valor, puedes esperar que actúes de acuerdo con esta creencia en todas las situaciones. Del mismo modo, si te ves a ti mismo con un potencial ilimitado, puedes esperar perseverar ante un reto, una y otra vez.
  • Cuando el autor crecía, su familia era pobre. De niño se preguntaba por qué tenía que llevar ropa de segunda mano cuando tantas otras familias eran ricas. Entonces, a los 16 años, tuvo una revelación: se dio cuenta de que dependía sólo de él guiarse hacia una vida mejor. Se abrió camino de forma autodidacta a través de una carrera en ventas y consultoría, y acabó como alto ejecutivo de una empresa multimillonaria.
  • Sin embargo, a lo largo de esos dos años, su vida no fue fácil.
  • Pero a lo largo de esas dos décadas, siguió dedicándose a explorar la única cuestión que había desencadenado su revelación: ¿Por qué algunas personas tienen éxito y otras no? Lo que determinó es que las personas de éxito son, sobre todo, dueñas de su propia mente. Y la primera forma -y la más rápida- de mejorar tu rendimiento es simplemente transformar la forma en que piensas sobre ti mismo.
  • Imagina que estás a punto de dar una importante presentación de trabajo, pero no te sientes seguro. Te sudan las palmas de las manos y te paseas nervioso mientras repasas tus notas fuera del escenario. Justo antes de empezar, tu jefe, al que respetas mucho, te da unas palmaditas en la espalda y te susurra: "¡Lo vas a hacer genial!". Como por arte de magia, tus nervios previos a la presentación parecen desaparecer.
  • Cuando alguien a quien admiras tiene expectativas positivas sobre ti, suele tener un efecto positivo en tu autoestima, lo que, a su vez, te impulsa a mejorar tu rendimiento. En cambio, las críticas destructivas pueden tener el efecto contrario. En un estudio psicológico realizado entre reclusos, hasta el 90% de los encuestados afirmaron que habían crecido oyendo a sus padres decir: "Algún día acabarás en la cárcel"
  • Las expectativas imaginarias que tienen tus padres sobre ti suelen tener un efecto positivo sobre tu autoestima, lo que a su vez te impulsa a mejorar tu rendimiento.
  • Las expectativas imaginarias que los demás tienen de nosotros -ya sean nuestros padres, colegas o hijos- parecen tener consecuencias en el mundo real. En última instancia, sin embargo, la fuente más importante de expectativas es tú mismo. ¿Recuerdas la Ley de la Creencia? Al final, la imagen y las expectativas que tienes de ti mismo son lo suficientemente poderosas como para anular las de cualquier otra persona.
  • Por suerte, al igual que tus actitudes y comportamientos se aprenden con el tiempo, puedes desaprender los que son incoherentes con lo que quieres ser o con lo que quieres conseguir. Empieza por reflexionar consciente y honestamente sobre tus actitudes actuales, dividiendo tu vida en secciones como las relaciones, la salud, la carrera profesional, los logros económicos y la calidad de tu vida interior. Ahora, considera qué expectativas tienes sobre cada área. ¿Cómo te ayudan u obstaculizan estas creencias?
  • Por ejemplo, ¿puedes identificar actitudes y expectativas que puedan estar causándote problemas con las personas de tu vida? ¿Qué creencias tienes sobre tu aspecto físico? No te olvides de interrogar también honestamente la calidad de tu vida interior; trata de localizar todos los pensamientos y sentimientos sobre ti mismo que no te están sirviendo de nada.
  • Si eres sincero, descubrirás que tienes expectativas poco útiles y autolimitadoras sobre ti mismo en una o más de estas áreas, lo cual es muy normal. Afrontar estos obstáculos es el punto de partida para una rápida mejora personal, pero aunque este proceso es eficaz, no siempre es cómodo.
  • ¿Alguna vez te has hecho un propósito de Año Nuevo que no has cumplido? ¿O has derrochado en equipamiento para un nuevo hobby, sólo para dejarlo acumulando polvo en un rincón? Entonces sabes que los buenos hábitos son difíciles de crear. Por desgracia, los malos hábitos pueden ser igual de difíciles de eliminar. Se necesita el mismo esfuerzo mental para iniciar un reto que para dejar de disfrutar de un placer culpable.
  • Como humanos, estamos formados por respuestas automáticas e inconscientes que hemos aprendido con el tiempo. Dado que aproximadamente el 95 por ciento de tus pensamientos y reacciones están arraigados como hábitos, incluso los negativos acaban convirtiéndose en elementos centrales de tu autoconcepto. Por eso la gente tiende a mantener los malos hábitos hasta que se ve obligada a romperlos, ya sea por las circunstancias o por elección propia.
  • Sólo puedes desaprender tus hábitos si estás dispuesto a salir deliberadamente de tu zona de confort. Aunque el miedo a la incomodidad es natural, es algo que debes superar si quieres avanzar. Después de todo, no puedes mejorar si sigues igual. Pero también puedes equiparte con un plan para aceptar esta incomodidad.
  • El primer paso es superar la incomodidad.
  • El primer paso es centrarte en un único hábito o comportamiento positivo que te gustaría desarrollar. Digamos que quieres mejorar tu autoestima. Durante los próximos 21 días, concéntrate en este objetivo todos los días. Lee libros y artículos sobre la autoaceptación. Visualízate con una autoestima alta.
  • Incluso puedes mirarte al espejo y afirmar repetidamente: "Me gustas, me gustas, me gustas". Esto representa el poder de las afirmaciones, o mensajes fuertes de tu mente consciente a tu mente subconsciente. Según el autor, cuando repites conscientemente una afirmación durante un largo periodo de tiempo, tu subconsciente acaba por aceptarla como una descripción válida de la realidad, lo que puede ayudar a reforzar los hábitos positivos.
  • Compórtate, en todos los aspectos, como si alcanzar tu objetivo fuera inevitable. Demuéstrate a ti mismo que puedes desarrollar sólo un hábito o actitud importante. Una vez que te lo hayas demostrado a ti mismo al final de las tres semanas, tendrás la confianza en ti mismo para lograr cualquier objetivo que te propongas.
  • Imagina un barco en un mar tormentoso, guiado por un capitán sin mapa, ni brújula, ni destino. Puedes imaginarte el final de este viaje; digamos que no va a ser muy bueno para el pobre capitán. Del mismo modo, necesitas saber dónde quieres acabar antes de establecer un plan de acción, no sea que te alejes de tus objetivos. Es crucial trazar tu futuro ideal, por lo que necesitarás saber qué aspecto tiene el éxito para .
  • Para crear un plano concreto de tu futuro ideal, utiliza el marco del autor. Divide el éxito en siete ingredientes clave: paz mental, forma física, relaciones estrechas, libertad económica, ideales dignos, autoconocimiento y realización personal. Estos ingredientes abarcan todos los factores que serán importantes para tu felicidad a largo plazo. Si bien antes has interrogado a tus estructuras de creencias existentes, el propósito de este ejercicio es considerar cada categoría y diseñar tu vida futura como una obra maestra.
  • El primer ingrediente de la felicidad es el bienestar.
  • El primer ingrediente del éxito -la tranquilidad- es el más importante. Cuando imagines tu ideal en este ámbito, piensa en lo que tendrías que eliminar de tu vida para vivir en armonía con tu yo más íntimo y tus valores. ¿Cómo sería tu autoconcepto más elevado?
  • A continuación, piensa en tu forma física ideal: ¿Cómo te verías y te sentirías exactamente? El tercer ingrediente tiene que ver con tus relaciones: Si pudieras diseñarlas, ¿qué querrías más -o menos- de ellas? Del mismo modo, al visualizar el cuarto ingrediente, la libertad financiera, sé preciso sobre cuánto quieres ganar dentro de uno, cinco o diez años. Piensa en lo que te costaría llegar hasta ahí.
  • El quinto ingrediente de la libertad financiera es la libertad de conciencia.
  • El quinto ingrediente del éxito -ideales dignos- implica las actividades que te dan tu mayor sentido de propósito en la vida. Por ejemplo, ¿cuáles son algunos de los logros que te han hecho más feliz en el pasado? El sexto ingrediente del éxito, el autoconocimiento, tiene que ver con lo bien que conoces tus propias motivaciones.
  • Eso nos lleva al sexto ingrediente del éxito, el autoconocimiento.
  • Esto nos lleva al último ingrediente del éxito: la realización personal. Es la certeza de que estás avanzando hacia la realización de todo tu potencial. Una vez que hayas repasado esta lista, deberías tener una vívida imaginación del futuro ideal, en cada área de tu vida, por el que puedes trabajar cada día.
  • Imagina que tienes un restaurante favorito. No hay otro lugar en el mundo en el que prefieras comer, pero aquí tienes que pagar la cuenta antes de disfrutar de la comida. Así funciona más o menos con el éxito. Antes de que puedas disfrutar de la experiencia de la felicidad, la salud, la prosperidad y la libertad, tienes que pagar el precio: tienes que alcanzar tus objetivos.
  • El ser humano es un ser humano.
  • Los humanos somos criaturas orientadas a objetivos. Somos teleológicos, lo que significa que nuestro cerebro tiene incorporado un mecanismo de búsqueda de objetivos que nos dirige hacia la imagen de un estado final. En otras palabras, una vez que has averiguado exactamente lo que quieres, naturalmente averiguarás lo que hace falta para conseguirlo.
  • La orientación hacia las metas es una de las claves de la vida.
  • La orientación hacia los objetivos es una de las características más comunes en todas las personas de alto rendimiento. El problema es que la mayoría de la gente no se toma el tiempo necesario para sentarse y averiguar qué es exactamente lo que quiere. Aunque muchas personas tienen una vaga idea de que desean salud, felicidad y prosperidad, no son objetivos mensurables. Son ideales más que tareas que se puedan cumplir.
  • De hecho, menos del 3% de las personas tienen sus objetivos por escrito, y menos del 1% leen y revisan sus objetivos con regularidad. Para establecer objetivos que puedas alcanzar, tienes que empezar por escribirlos en un cuaderno. Para cada objetivo final, ya sea la libertad financiera o la satisfacción profesional, elabora un plan: se trata de una lista de actividades organizadas por tiempo y prioridad, con plazos incluidos.
  • Pongamos que tu objetivo final es duplicar tus ingresos en tres años. En tu cuaderno de objetivos, desglosa cómo piensas conseguirlo, empezando por la primera tarea hasta la última. Por ejemplo, un objetivo podría ser encontrar un trabajo que pague un salario determinado en una fecha determinada, mientras que otro podría ser crear tu propia tienda de comercio electrónico. En función de tus objetivos finales, algunas actividades pueden trabajarse simultáneamente, mientras que otras deben hacerse sucesivamente. Haz una lista de los obstáculos que debes superar, la información que vas a necesitar y las personas cuya ayuda vas a precisar.
  • Por último, es importante que te pongas manos a la obra.
  • Por último, para grabar tus objetivos en tu subconsciente, revisa tu cuaderno todos los días. Cuanto más a menudo reescribas tus objetivos, más convencerás a tu subconsciente de que son alcanzables. Cuando alimentes tus objetivos de esta forma deliberada, te sorprenderá lo rápido que se materializan tus deseos.
  • ¿Alguna vez has estado conduciendo en medio del tráfico cuando, de repente, otro conductor te ha cortado el paso? La mayoría de nosotros reaccionaríamos con ira. Aunque tú y el otro conductor no os hayáis visto nunca, reaccionas como si ese conductor hubiera conspirado deliberadamente para tenderte una emboscada. Pero si decides dejar de decirte a ti mismo que es un conductor terrible y te ríes de ello, tu ira se disipa rápidamente.
  • Rechazar responder a los desencadenantes emocionales externos negativos es uno de los hábitos más útiles que puedes incorporar a tu vida. Las emociones negativas no sólo alteran tu autoconcepto, sino que también te distraen de tus objetivos. Al mismo tiempo, gran parte de tu éxito en la vida va a estar determinado por tus habilidades sociales. Practicar la moderación sobre tus acciones y emociones puede ayudarte a neutralizar tu tendencia a exaltarte cuando los demás hacen o dicen algo que provoca una reacción negativa en ti.
  • La moderación puede ayudarte a neutralizar tu tendencia a exaltarte cuando los demás hacen o dicen algo que provoca una reacción negativa en ti.
  • Una forma de deshacerte de las emociones negativas que surgen es encontrar la manera de disculpar a quien te provoca. Al fin y al cabo, si quieres seguir centrado en tu éxito, tu prioridad debe ser siempre tu propia tranquilidad. Por ejemplo, para controlar sus emociones en situaciones en las que se siente provocado, el autor evita la escalada del conflicto diciéndose a sí mismo: "Que Dios le bendiga; probablemente esa persona tenga un mal día". Esto le permite simplemente alejarse de la situación.
  • Pero además de evitar conflictos innecesarios, también necesitas cooperar activamente con los demás para tener éxito en la vida. En otras palabras, tienes que ser simpático. En realidad, esto no es tan difícil en la práctica: sólo tienes que demostrar que eres alguien que se interesa de verdad por los demás. Así que haz preguntas y participa en la escucha activa, que requiere que te mantengas centrado en la otra persona y en el tema sin interrumpir. Además de mejorar tus interacciones con los demás, también puedes hacer una lluvia de ideas sobre formas reales de ayudar o apoyar a quienes te rodean.
  • Sobre todo, la mejor forma de servir a los demás es ocuparte de ti mismo y de tus propios objetivos. Cuanto más desarrolles tus talentos únicos y persigas lo que es importante para ti, más te respetarás. Y cuanto más te respetes, más emociones positivas tendrás. Crear esta actitud positiva es la única responsabilidad que tienes tanto hacia los demás como hacia ti mismo.
  • Cuando el autor imparte seminarios de autodesarrollo, a menudo pregunta si alguien de su audiencia trabaja por cuenta propia. Normalmente, menos del 20% de los asistentes levantan la mano. Entonces señala que se trata de una pregunta capciosa: el mayor error que puedes cometer es creer que trabajas para alguien que no seas tú mismo. Si quieres asegurarte tu propio éxito, tienes que responsabilizarte plenamente de ti mismo.
  • Según el autor, la autorresponsabilidad es la cualidad central de cualquier individuo plenamente autorrealizado; tú eres el gerente de tu propia vida personal, aunque trabajes por cuenta ajena. Se ha demostrado que el 3% de las personas más destacadas en cualquier campo actúan como si fueran dueños de la empresa para la que trabajan. Míralo de este modo: Si dirigieras a dos empleados -uno que tratara a la empresa como si le perteneciera, y otro que la tratara sólo como una fuente de ingresos- ¿a cuál estarías más inclinado a ascender?
  • Todo el mundo puede situarse en algún punto del espectro de la responsabilidad personal, desde una gran aceptación hasta la total indiferencia. Y escucha esto: no sólo existe una correlación positiva entre la cantidad de responsabilidad que estás dispuesto a aceptar, tus ingresos y tu estatus. Los estudios también han demostrado que cuanto más alto estás en la escala, más agradable es tu experiencia vital.
  • Las personas muy responsables tienden a ser autosuficientes. Esto se traduce en emociones positivas, como la autoconfianza y la autosatisfacción. En el extremo inferior del espectro, las personas que sienten que no son responsables de lo que les ocurre sienten que tienen poco control, lo que hace que se sientan atrapadas. Esto desencadena emociones negativas como la infelicidad, la ira y la frustración. Pero, como hemos visto en este resumen, aceptar la plena responsabilidad de tu vida significa renunciar a todas tus expectativas y emociones autolimitadoras.
  • Al final, la mayor responsabilidad que tienes es crear y mantener una actitud mental positiva. Después de todo, el proceso de autodesarrollo es eficaz, pero no siempre es fácil. Para mantener el rumbo, debes creer de verdad que si te centras en tus objetivos, acabarás atrayendo lo que -y a quién- necesitas para alcanzarlos.
  • Acabas de escuchar nuestro resumen de El logro máximo, de Brian Tracy.
  • El mensaje clave de este resumen:
  • Antes de proponerte mejorar tu rendimiento exterior, necesitas trabajar en tu autoconcepto interior. Construye tu autoestima aceptando toda la responsabilidad de tu vida personal y profesional; esto incluye tomar el control de tus hábitos y de cómo piensas de ti mismo. Cuanto más clara y repetidamente visualices tus objetivos, más cerca estarás de alcanzarlos.
  • Consejos Accionables:
  • Consigue tus objetivos.
  • Alimenta tu paz mental.
  • Para alimentar tu paz mental, tómate un tiempo para reflexionar sobre tu vida. Coge papel y bolígrafo, y describe una situación concreta en la que experimentes ansiedad. Debajo de esta descripción, escribe una lista de todas las acciones que puedes emprender ahora para aliviar esta situación estresante. Repasa más áreas de tu vida y acláralas una a una: al final, tendrás una lista de objetivos factibles para alcanzar la paz interior.
  • Objetivos de acción.
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Conclusiones

Para mantener el éxito a largo plazo, debes aceptar la plena responsabilidad de tu vida.

Para alcanzar tus objetivos más rápidamente, aprende a controlar tus emociones negativas.

Para mantenerte centrado en tus objetivos, escríbelos repetidamente y revísalos a menudo.

Para maximizar tus posibilidades de éxito, visualiza tu futuro ideal con el mayor detalle posible.

Desarrolla conscientemente nuevos hábitos y actitudes para mejorar tu autoconfianza.

Reinventa las expectativas que tienes sobre ti mismo para aumentar tu rendimiento.

Supera las creencias autolimitantes para alcanzar mayores niveles de logro.