Leadership by Algorithm
Descubre cómo la inteligencia artificial cambiará la forma de trabajar de las empresas.
La Inteligencia Artificial, o IA para abreviar, es la próxima gran novedad en el mundo de los negocios. Ya se está introduciendo en los campos de la introducción de datos y la contratación, y su impacto crecerá exponencialmente en los próximos años.
Pero con cada avance en este campo, tanto los dirigentes como los empleados plantean nuevas preocupaciones. ¿Sustituirá la IA a los trabajadores y hará que la mayoría de los empleados sean redundantes? ¿Se puede confiar realmente en los algoritmos? ¿Y cómo se gestiona un lugar de trabajo compuesto tanto por IA como por empleados humanos?
Estos resúmenes abren una ventana a las formas en que la IA cambiará las organizaciones en los próximos años.
En estos resúmenes, aprenderás
- por qué la IA es una buena gerente;
- por qué la IA es una buena gestora
- si los algoritmos pueden dirigir de verdad; y
- cómo la IA colaboró con un compositor fallecido hace mucho tiempo.
La revolución de la IA se acerca, nos guste o no.
Si eres fan de las películas de ciencia ficción, probablemente te preocupe la noción de máquinas inteligentes. En una película tras otra, hemos visto a la humanidad desarrollar robots superinteligentes sólo para que se rebelen contra sus creadores, siempre con consecuencias desastrosas.
Seguramente, pensarás, estas historias contienen una lección para nosotros. Pero si es así, no es una lección que se haya tenido en cuenta; un rápido vistazo al mundo de los negocios te lo dirá.
Año tras año, la inteligencia artificial se ha ido haciendo más inteligente, y los líderes del sector, deseosos de maximizar sus beneficios, han prestado mucha atención a estas nuevas máquinas inteligentes.
El mensaje clave aquí es: La revolución de la IA se acerca, nos guste o no.
Entonces, ¿cómo cambiará el mundo la inteligencia artificial? Para responder a esta pregunta, primero tenemos que ver a qué se refiere exactamente el término Inteligencia Artificial.
En pocas palabras, la IA describe un programa que ingiere datos como materia prima y emite conclusiones como producto final. Para ello, la IA utiliza algoritmos, un sistema de cálculos matemáticos que toma los datos que introduces, ejecuta algunos cálculos sobre ellos y produce conclusiones útiles como resultado.
La IA es un programa que se traga los datos como materia prima y emite conclusiones como producto final.
Hasta aquí, todo esto suena bastante inocuo, ¿verdad? Pues piénsalo otra vez. En 2016, un programa informático desarrollado por Google venció al campeón mundial de Go, un juego de consejo chino aún más complejo que el ajedrez. Para muchos, fue un momento decisivo. La gente solía pensar que destacar en Go requería un toque humano, pero el programa AlphaGo de Google demostró que estaban equivocados.
Después de esta victoria, muchos empresarios empezaron a preguntarse si la IA podría superar al juicio humano en sus propios campos. No se tardó mucho en encontrar la respuesta. Del mismo modo que la IA fue capaz de elegir los movimientos más estratégicos en una partida de Go, también es capaz de indicar el rumbo que deben seguir las empresas para lograr resultados óptimos.
Por eso, la IA es tan capaz de elegir los movimientos más estratégicos en una partida de Go.
Por eso, las estimaciones actuales predicen que la IA añadirá 13 billones de dólares a la economía mundial durante la próxima década, cambiando para siempre la forma de gestionar las empresas.
La inteligencia artificial puede ayudar a las empresas a mejorar sus resultados.
Con tanto dinero en juego, la adopción de la IA parece inevitable. Pero ¿cuál será su impacto humano, además de enriquecer a los inversores?
La IA está a punto de entrar en el mundo de la gestión.
¿Qué te sugiere la palabra gestión? ¿Burocracia? ¿Papeleo? ¿Reglas y normativas asfixiantes que nadie quiere seguir?
Es más fácil entender lo que implica la gestión si la comparas con el liderazgo. Ambos implican dirigir personas. Pero mientras que el liderazgo implica carisma, empuje y visión, la gestión se ocupa más de supervisar las tareas cotidianas, es decir, de asegurarse de que todo sigue funcionando.
En la actualidad, muchos empleados consideran que el lugar de trabajo está sobredirigido, e incluso los propios gerentes no están muy contentos con su trabajo. Pero las cosas están a punto de cambiar profundamente.
El mensaje clave aquí es: La IA está a punto de entrar en el mundo de los gerentes.
Sucede que las mismas cosas que hacen aburrido el trabajo de gerente son las mismas para las que está diseñada la IA. Piensa en ello. ¿Qué hacen exactamente los gerentes?
Bueno, hacen planes específicos y cuantificables. Elaboran presupuestos y establecen normas. Controlan a los empleados, asegurándose de que alcanzan sus objetivos y cumplen sus plazos. Se ocupan de que todo funcione correctamente.
Además, trabajan con muchos datos. Gestionar el rendimiento implica procesar y evaluar los datos relativos a cada empleado: objetivos alcanzados, ventas realizadas, días perdidos. Día tras día, la información se acumula.
La IA está perfectamente diseñada para dar sentido a la enorme cantidad de datos que se producen en el lugar de trabajo moderno. En lugar de confiar en la costosa, lenta y a veces imprecisa gestión de datos que llevan a cabo los humanos, este tipo de trabajo puede descargarse fácilmente en la IA.
La IA está perfectamente diseñada para dar sentido a la enorme cantidad de datos que se producen en el lugar de trabajo moderno.
Una vez que la IA ha interpretado estos datos, también puede emitir respuestas automatizadas basadas en sus conclusiones. Por poner un ejemplo, JPMorgan Chase, un poderoso banco, utiliza algoritmos para rastrear a los empleados y comprobar si actúan conforme a la normativa de cumplimiento. Algunas empresas incluso utilizan algoritmos para controlar la satisfacción laboral de los empleados y predecir la probabilidad de que dimitan.
Lo que está claro es que la IA es especialmente adecuada para muchas de las tareas que realizan actualmente los gerentes. Pero, ¿y el liderazgo? ¿Es algo exclusivamente humano o incluso puede subcontratarse a las máquinas?
La capacidad de liderazgo está más allá de los poderes de la IA.
El liderazgo es una cualidad que todo el mundo desea poseer. La capacidad de influir en los demás, de motivar a tus compañeros y de tomar decisiones sabias para el bien común es un poder raro y deseable.
¿Pero es una característica que pueda poseer la IA? Si los algoritmos pueden trabajar como gerentes, ¿significa eso que también pueden liderar?
Un líder proporciona a los demás una visión, idealmente, una visión tan convincente que impregna de significado el trabajo diario de los empleados y les inspira a trabajar con verdadero entusiasmo. ¿Es esto algo que también puede hacer la IA?
El mensaje clave aquí es: La capacidad de liderar está más allá de los poderes de la IA.
Por varias razones, la IA no puede dirigir. Mientras que las funciones de gerente están bien adaptadas a los algoritmos, las funciones de liderazgo parecen especialmente adecuadas para los seres humanos reales. ¿Por qué? Desglosémoslo.
En su aspecto más básico, el liderazgo consiste en la capacidad de influir en los demás, o de convencerles de que actúen como a ti te gustaría que lo hicieran. Esto significa que depende de las habilidades sociales al menos tanto como de la toma de decisiones inteligentes.
Así que, aunque la IA pueda tomar decisiones fundamentadas basándose en enormes bases de datos de información, necesita ayuda humana para inspirar a los empleados. En otras palabras, la IA carece de la aptitud para convertir juicios agudos en visiones estimulantes. La IA puede producir juicios acertados, pero en última instancia no puede ganar corazones.
Esto no es sólo especulación. Las investigaciones sobre los consumidores sugieren que la gente desconfía de la IA: de hecho, sólo el 4 por ciento de las personas encuestadas en EE.UU. dijeron que confiarían en la IA para contratar empleados.
¿Por qué? Pues precisamente por las mismas razones por las que la IA fracasaría en un puesto de liderazgo: es lo bastante inteligente, pero es incapaz de inspirar confianza y ganarse la confianza de los demás.
En resumen, puede que sea capaz de informar a los líderes, pero nunca podrá dirigir por sí misma.
En el futuro, los humanos tendrán que confiar en sus habilidades interpersonales, como la empatía, la agilidad y la creatividad.
Así pues, existen ciertos límites a lo que la IA puede hacer en el lugar de trabajo. Aunque sea experta en gerente, no puede dirigir.
Pero las organizaciones son mucho más que líderes y gerentes; hay áreas de trabajo que ni siquiera hemos tocado todavía.
Por ejemplo, el sector financiero, el sector de la construcción y el sector de la construcción.
Por ejemplo, el sector financiero. Poco a poco, los bancos están sustituyendo a sus empleados por IA, especialmente a aquellos cuyas tareas son principalmente mecánicas y calculadoras. ¿Sugiere esto que la llegada de la IA dejará obsoletos a todos los que están por debajo del nivel de liderazgo? Además de dirigir, ¿queda algo más que puedan hacer los humanos?
El mensaje clave aquí es: En el futuro, los seres humanos tendrán que confiar en sus habilidades interpersonales, como la empatía, la agilidad y la creatividad.
El toque humano que queda por hacer.
El toque humano necesario para un verdadero liderazgo es valioso en todos los niveles de una organización. De hecho, cuanto más se automaticen las operaciones empresariales, más se valorarán las habilidades blandas en los empleados. Al fin y al cabo, si la IA se está abriendo paso en casi todos los demás ámbitos, ¿qué nos queda para sacar provecho, excepto lo que es exclusivamente humano?
Los anuncios de trabajo ya lo confirman. Incluso en los bancos, donde antaño dominaban las habilidades matemáticas y analíticas, los anuncios dan cada vez más importancia a las habilidades sociales que deben demostrar los candidatos.
De hecho, se calcula que la demanda de empleados con inteligencia emocional, la capacidad de reconocer y gestionar las emociones de los demás, se multiplicará por seis en los próximos años
.
Además de la inteligencia emocional y los conocimientos sociales, hay otras habilidades que también serán muy valiosas en el lugar de trabajo de la IA. Por ejemplo, la creatividad y la agilidad.
La IA es inteligente y puede darte respuestas precisas, rápidas e informadas a una serie de preguntas. Pero sus respuestas rara vez son lo que llamamos creativas. La verdadera innovación -el desarrollo de productos, servicios, ideas y enfoques novedosos- parece que seguirá siendo humana en un futuro próximo.
A la IA también le cuesta ser ágil. La agilidad, como sabemos, se refiere a la capacidad de adaptarse rápidamente a nuevas circunstancias; en otras palabras, es una especie de flexibilidad de alta velocidad. A veces puede ser difícil para nosotros los humanos, pero para la IA puede resultar un verdadero obstáculo.
Mira lo que ocurre cuando los desarrolladores crean algoritmos que pueden jugar a videojuegos. Cuando todo va según lo previsto, estos algoritmos pueden derrotar a los mejores humanos. Pero cambia un pequeño ajuste y observa lo que ocurre: el jugador humano aprenderá y se adaptará rápidamente. La IA, en cambio, fracasará.
Son estas pocas habilidades, que a la IA aún le cuesta comprender, las que distinguirán a los empleados humanos en el futuro.
La historia de la IA en el lugar de trabajo debería ser la de la colaboración, no la de la sustitución.
En 2018, el gigante tecnológico Huawei organizó una sorprendente interpretación de la Sinfonía n.º 8 de Franz Schubert. 8.
¿Por qué fue sorprendente? Bueno, Schubert empezó la sinfonía hace casi 200 años, pero murió después de terminar sus dos primeros movimientos. Sin embargo, de alguna manera, esta orquesta consiguió tocar cuatro. Ahí es donde intervino Huawei: la empresa utilizó tecnología de IA para analizar el estilo de Schubert y predecir cómo habrían sonado los movimientos que le faltaban.
Los ingenieros alimentaron el programa de IA con 90 composiciones acabadas del compositor, y dejaron que analizara los dos movimientos existentes de la Sinfonía n.º 8. 8. En un proceso de colaboración entre humanos e IA, un compositor contemporáneo refinó el resultado en dos movimientos completos y totalmente nuevos.
El mensaje clave aquí es: La historia de la IA en el lugar de trabajo debe ser una historia de colaboración, no de sustitución.
La ambiciosa aventura musical de Huawei apunta hacia el futuro ideal de la IA, que debería trabajar en tándem con los humanos sin sustituirnos por completo. En cierto sentido, la IA se convertirá en una especie de compañero de trabajo de confianza y supereficaz.
La supervisión de la colaboración entre este nuevo colega y los empleados normales recaerá en los líderes empresariales. Su tarea consistirá en gestionar la nueva diversidad de este lugar de trabajo humano-TI.
La delegación será fundamental para garantizar el éxito de esta diversidad. Al fin y al cabo, para que la IA sea útil, hay que confiarle las tareas para las que es más adecuada. Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo. Los líderes corren el riesgo de ofender a los empleados con la sugerencia de que algunos trabajos es mejor dejárselos a la IA.
Por suerte, esto no es inevitable. Los directivos deben recordar a los empleados que la IA es un colaborador, no un competidor. Dejando que los algoritmos se encarguen de procesar los datos y emitir veredictos, los empleados humanos pueden hacer uso de su creatividad y sus habilidades interpersonales. En otras palabras, la IA debe entenderse como un colaborador que nos libera para ser más humanos.
El fabricante de automóviles coreano Hyundai demostró lo fructífera que puede ser la colaboración entre humanos y máquinas. En lugar de sustituir a sus trabajadores de línea por robots, desarrollaron para ellos exoesqueletos robóticos portátiles.
Estos exoesqueletos facilitaron mucho el trabajo de los empleados, aumentando sus capacidades en lugar de sustituirlas. Los dirigentes que deseen crear un lugar de trabajo favorable a la IA podrían aprender mucho de este enfoque.
Los trabajadores deben superar algunos prejuicios antes de poder sacar el máximo partido de la IA.
"No es un lujo, sino una exigencia que los dirigentes expliquen claramente a sus empleados el valor y el modo de funcionamiento de los algoritmos"
Una y otra vez, las investigaciones han demostrado que los empleados trabajan mejor cuando se sienten capacitados. Cuando los trabajadores sienten que tienen un papel importante en su organización y que pueden tomar sus propias decisiones sobre cómo desempeñarlo, aumentan tanto la satisfacción como el rendimiento de los empleados. Todos salimos ganando.
Pero navegar por el empoderamiento en la era de la IA puede ser complicado. Muchos trabajadores se toman la aparición de la inteligencia artificial como una afrenta, o como una amenaza a su independencia y a su medio de vida.
Eso es comprensible.
Esto es comprensible, hasta cierto punto. La IA es nueva y supone un reto, y los retos no siempre son agradables. Es tarea de los líderes de las organizaciones comprender las preocupaciones de los trabajadores y ayudarles a superar su oposición inicial a la IA.
El mensaje clave aquí es: Los trabajadores tienen que superar algunos prejuicios antes de poder sacar el máximo partido de la IA.
Los trabajadores tienen que superar algunos prejuicios antes de poder sacar el máximo partido de la IA.
Los investigadores constatan sistemáticamente que los empleados muestran aversión algorítmica, una forma técnica de decir que desconfiamos de los hallazgos de la IA, incluso cuando se sabe que la inteligencia artificial es rápida y precisa.
Esto plantea varios problemas a los trabajadores, que deben superar algunos prejuicios antes de sacar el máximo partido de la IA.
Esto plantea varios problemas a las organizaciones que esperan implantar la IA. En el nivel más fundamental, si los empleados se niegan a aceptar que la IA puede ser útil, no tiene sentido introducirla en una empresa. Al fin y al cabo, ¿de qué sirve un sistema superinteligente que nadie se molesta en utilizar?
Por tanto, si una organización quiere sacar partido de la IA, tiene que asegurarse de que sus empleados están a bordo. Y para ello, tiene que hacer frente a esta aversión algorítmica.
Una de las formas más importantes de hacerlo es explicando cómo funciona la IA. Eso no significa que los trabajadores tengan que comprender los cálculos precisos que realizan los algoritmos en sus análisis. Sólo tienen que entender, a grandes rasgos, qué datos utiliza el programa, cómo los utiliza y por qué sus resultados son fiables.
Cómo funciona la IA.
Cuando los empleados se dan cuenta de que la IA no es una caja negra impenetrable e incomprensible, es mucho más probable que confíen en ella.
En segundo lugar, es necesario que comprendan qué datos utiliza el programa, cómo los utiliza y por qué los resultados son fiables.
En segundo lugar, los jefes deben hacer hincapié en que, aunque la IA es realmente inteligente, no es infalible; al igual que los empleados normales, se equivoca de vez en cuando.
Hay que pedir a los trabajadores que no pierdan la fe en la IA por un solo contratiempo. Como ocurre con el trabajo de cualquier empleado, lo que importa es nuestro rendimiento en conjunto, no las pocas veces que nos equivoquemos.
Conclusiones
La IA ya está bien equipada para asumir muchas funciones directivas, pero es probable que el liderazgo verdadero e inspirador siga siendo un dominio humano. Para sacar el máximo partido de la inteligencia artificial, las empresas deben esforzarse por cultivar un ambiente de colaboración, en el que la IA se ocupe de las tareas automatizables y los humanos utilicen cada vez más su creatividad y habilidades interpersonales.
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Qué leer a continuación: La humanidad funciona, de Alexandra Levit
El resumen que acabas de terminar se centraba en las formas en que la IA dará forma al lugar de trabajo del futuro, pero no son exhaustivas. El libro de Alexandra Levit La Humanidad Trabaja aborda un tema similar con gran detalle.
Examinando las formas en que cambiará el mundo del trabajo en los próximos años, Levit esboza el futuro de la economía gig, el efecto transformador de las nuevas generaciones de trabajadores y enfoques procesables para integrar la tecnología y los empleados en el lugar de trabajo del futuro. Dirígete a nuestro resumen de La Humanidad Trabaja para saber más.