Las innovaciones que cierran la brecha de energía eléctrica en África
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La escasez de energía eléctrica en África es un enorme desafío, y la campaña por electrificar el continente ofrece ejemplos inspiradores de soluciones empresariales. Algunos empresarios podrían ver la falta de electricidad como un motivo para evitar África. Pero muchos están haciendo lo contrario, dando forma a innovaciones audaces para ayudar a cerrar la brecha de energía. Además, varias iniciativas respaldadas por el gobierno están ampliando las oportunidades para que los inversores del sector privado ayuden a electrificar África. Aunque ampliar la red eléctrica de África es esencial, no es la única parte de la solución. Una nueva generación de innovadores africanos está aprovechando el dinero móvil, junto con los avances en la energía solar y el almacenamiento de baterías, para superar las brechas del continente en la generación de energía eléctrica.
••• La humanidad nunca antes había tenido esos recursos, conocimientos y tecnología a su disposición; sin embargo, está muy lejos de traducir esos avances en una vida decente para todas las personas del mundo. Creemos que la innovación de las empresas grandes y pequeñas puede desempeñar un papel central a la hora de cerrar esa brecha y resolver los desafíos del mundo. La escasez de energía eléctrica en África es uno de los mayores desafíos de este tipo, y la campaña por electrificar el continente ofrece ejemplos inspiradores de soluciones empresariales. Algunos números muestran lo lejos que le queda por recorrer a África en cuanto a la generación de energía. El consumo de electricidad por persona en los grandes países africanos, como Etiopía, Kenia y Nigeria, es inferior a una décima parte del de Brasil o China. En los países más pobres, como Mali, un hogar normal consume menos electricidad en un año que un londinense usa para hervir una tetera todos los días. Y casi 600 millones de personas en el África subsahariana carecen por completo de acceso a la electricidad, con el resultado de que comunidades enteras viven literalmente la mitad de su vida a oscuras. La brecha de energía también impone altos costes económicos. Como nos dijo el Dr. Akinwumi Adesina, presidente del Banco Africano de Desarrollo: «La energía es como la sangre en la vida de una economía: es la clave para que las empresas funcionen, ya sea en el sector bancario, agrícola o minero». Cuando encuestamos a los ejecutivos que dirigen negocios en África, un tercio dijo que sus empresas generan su propia energía eléctrica o tienen generadores de respaldo en las instalaciones. La energía basada en generadores cuesta entre tres y seis veces lo que pagan los consumidores de la red en todo el mundo. Algunos empresarios podrían ver estos desafíos como un motivo para evitar África. Pero muchos están haciendo lo contrario, dando forma a innovaciones audaces para ayudar a cerrar la brecha de energía. Un ejemplo: los acuerdos de «empresa a país» entre GE y varios gobiernos africanos. Representan una nueva frontera en el enfoque de la empresa hacia los clientes del sector público. Por ejemplo, el acuerdo de GE con Nigeria apoya la financiación, el diseño y la construcción de infraestructuras vitales, con proyectos que incluyen el desarrollo de una capacidad de generación de energía de 10 000 megavatios, así como la mejora de los aeropuertos y la construcción de hospitales públicos y centros de diagnóstico. Jay Ireland, presidente y CEO de GE Africa, recientemente jubilado, describe el enfoque como «un acuerdo marco que equilibre nuestras capacidades como empresa con los problemas a los que se enfrentaba el país, incluida la puesta de más energía a la red». Además de suministrar turbinas y otros equipos para ayudar a construir la red eléctrica en África, GE también ha creado un negocio de energía distribuida a gran escala, en el que las empresas pueden generar su propia energía en el punto de uso. Tidjane Thiam, CEO de Credit Suisse y que alguna vez presidió el Panel de Alto Nivel del G20 sobre la Inversión en Infraestructura, cree que estas inversiones e innovaciones del sector privado podrían catalizar el desarrollo de la energía y otras infraestructuras en África. Las empresas que invierten en infraestructuras en África deben estar preparadas para ser «pioneras en la frontera del desarrollo», nos dijo Thiam; si esos pioneros son inteligentes a la hora de gestionar el riesgo, se llevarán grandes recompensas en el futuro. «En el desarrollo de infraestructuras, la mayor parte del riesgo se encuentra en las primeras etapas. Una vez que haya construido un activo, como una central eléctrica, el riesgo se reduce en múltiplos». Varias iniciativas respaldadas por el gobierno están ampliando las oportunidades para que los inversores del sector privado ayuden a electrificar África. Uno es el programa Power Africa lanzado por el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en 2013. En 2017, había aprovechado más de 40 000 millones de dólares en compromisos del sector privado para añadir casi siete mil megavatios en capacidad de generación en todo el continente. El Banco Africano de Desarrollo está llevando a cabo una campaña para «iluminar y dar energía a África». Ha comprometido 12 000 millones de dólares a proyectos de energía entre 2017 y 2022 y su objetivo es atraer otros 50 000 millones de dólares en inversiones del sector privado. Aunque ampliar la red eléctrica de África es esencial, no es la única parte de la solución. Una nueva generación de innovadores africanos está aprovechando el dinero móvil, junto con los avances en la energía solar y el almacenamiento de baterías, para superar las brechas del continente en la generación de energía eléctrica. Un ejemplo es M-Kopa, con sede en Kenia, que ofrece soluciones de generación y almacenamiento de electricidad con energía solar a los hogares que no tienen acceso a la red y financia los pagos durante un período de doce meses a través de cuentas de dinero móvil. Desde su fundación, en 2011, M-KOPA ha vendido más de 600 000 kits domésticos y ha obtenido inversiones de multinacionales, incluida la japonesa Mitsui. Otro ejemplo es Fenix, con sede en Uganda, que ha vendido 140 000 kits de energía solar, también con dinero móvil. A finales de 2017, Engie, una importante empresa energética mundial con sede en Francia, adquirió Fenix como parte de una campaña por utilizar las tecnologías digitales para proporcionar energía descarbonizada y descentralizada a 20 millones de personas en todo el mundo de aquí a 2020. Otro pionero es BBOXX, con sede en el Reino Unido, que distribuye sus kits de energía solar a través de agentes en diez países africanos y utiliza la tecnología de monitorización remota para mejorar la duración de la batería y la experiencia de los usuarios. Estas empresas han adoptado un modelo de negocio que permite que incluso los hogares con bajos ingresos tengan electricidad por primera vez. Eso importa, ya que alrededor del 70% de los hogares africanos ganan menos de 5000 dólares al año. Como nos dijo el CEO de M-Kopa, Jesse Moore: «La nuestra es una propuesta de desplazamiento. Los hogares africanos ya gastan mucho dinero en malas fuentes de energía, como el queroseno y las baterías. Les permitimos detener ese despilfarro y cambiarse a algo mejor y más barato. Resulta que la energía solar es una forma secreta de liberar dinero». Si conduce por partes de las zonas rurales de África hoy en día, verá cómo las innovaciones energéticas impulsadas por las empresas cambian vidas, una granja a la vez. Una de ellas, en las estribaciones del monte Kilimanjaro, en el condado keniano de Kajiado, pertenece a Duncan Manga y a su familia. Al carecer de conexión a la red, Manga fichó por M-Kopa en 2015. Cuando lo visitamos, nos dijo que la electricidad le había cambiado la vida a su familia. «Mis hijos pueden estudiar de noche, podemos iluminar la cocina y yo puedo cargar mi teléfono. Nuestras vidas han mejorado mucho. Solíamos viajar lejos para comprar queroseno para nuestra lámpara y, cuando se acabó, estábamos en la oscuridad. Ahora tenemos luz».