La improvisación requiere práctica
Resumen.
Ante la rápida transformación y la creciente incertidumbre, la capacidad de improvisar se ha vuelto más importante que nunca. Pero, ¿qué se necesita para desarrollar habilidades de improvisación? Los autores analizaron varios LARP (juegos de rol de acción en vivo, en los que los jugadores actúan como personajes y reaccionan en tiempo real a varios eventos con guión y sin guión) para conocer mejor la mecánica de la improvisación. Basándose en más de dos años de observaciones y entrevistas, identificaron tres tipos distintos de improvisación que los jugadores generalmente desarrollaron secuencialmente: improvisación imitativa, reactiva y generativa. Descubrieron que los jugadores más competitivos desarrollaban una improvisación reactiva más rápido, pero a menudo tenían dificultades para avanzar a la generativa. Por el contrario, descubrieron que los jugadores más colaborativos se desarrollaban más lentamente al principio, pero sus mayores niveles de apoyo social y confianza mutua con otros jugadores les permitieron lograr una verdadera improvisación generativa. Los autores sugieren tres puntos de vista para las organizaciones que buscan fomentar las habilidades de improvisación entre sus gerentes y empleados: crear conciencia, equilibrar la competencia y la colaboración y fomentar estructuras sociales sólidas.
¿Cómo afrontas una crisis? ¿Qué haces cuando un cambio repentino interrumpe las rutinas? Para prosperar en tiempos de incertidumbre, necesitas gerentes y empleados que puedan pensar con tranquilidad y actuar con rapidez, sin necesidad de un manual de instrucciones. Es decir, necesitas improvisadores hábiles.
La improvisación puede parecer incompatible con los procesos bien definidos que rigen las prácticas empresariales más maduras. Los equipos de contratación no suelen detectar habilidades de improvisación, y la mayoría de los programas de formación de empleados se centran en desarrollar habilidades técnicas o de liderazgo en lugar de ayudar a los empleados a convertirse en mejores improvisadores. Sin embargo, improvisación de hecho, es clave para la agilidad organizacional. Los gerentes y empleados que sean improvisadores capaces guiarán a sus empresas a través de crisis y cambios de paradigma, desde avances tecnológicos y regulaciones comerciales cambiantes hasta desastres ambientales y los innumerables desafíos asociados con la pandemia de Covid-19.
Por supuesto, desarrollar habilidades de improvisación no es un asunto sencillo. En palabras de Joshua Funk, Director artístico del prestigioso centro de formación y teatro de improvisación The Second City, «se necesitan años de trabajo antes de que puedas ser bueno en la improvisación». Pero aunque es un trabajo duro, mejorar en la improvisación está lejos de ser imposible. Nuestro investigación publicada recientemente buscó comprender mejor cómo alguien puede mejorar su capacidad de improvisar mediante un análisis en profundidad de los diferentes tipos de habilidades de improvisación que existen, cómo se desarrollan y qué factores pueden obstaculizar o acelerar el proceso de desarrollo.
Intentar responder a estas preguntas mediante la observación de los entornos organizacionales tradicionales habría sido difícil, ya que la improvisación no está planificada por naturaleza, a menudo se ve obstaculizada por el protocolo y no es visible externamente en muchos entornos profesionales. Del mismo modo, intentar recrear la improvisación del mundo real en un experimento de laboratorio sería un desafío, ya que una configuración artificial probablemente sería muy diferente de la mayoría de los entornos de trabajo. Como tal, elegimos estudiar un contexto en el que la improvisación es común, muy observable y bastante análoga al lugar de trabajo: los juegos de rol de acción en vivo (LARP).
Los LARP son juegos performativos en los que los participantes interpretan a personajes específicos mientras interactúan con otros en un espacio físico, al igual que los invitados del Westworld aparcar en el popular programa de televisión. En LARP, los jugadores deben improvisar constantemente para hacer frente a los continuos cambios y sorpresas generados tanto por la trama como por las acciones espontáneas de otros jugadores, haciendo que estos juegos sean más parecidos al mundo corporativo de lo que piensas. Además, el LARP que investigamos, Vampiro: El réquiem, centrado en las decisiones de los jugadores frente a desafíos estratégicos inesperados, luchas de poder, negociaciones de recursos y alianzas políticas; en pocas palabras, procesos de toma de decisiones que, de hecho, se asemejan mucho a los tipos de resolución rápida de problemas que los gerentes y empleados deben participar todos los días.
Para recopilar datos en este entorno, obtuvimos acceso a tres grupos LARP diferentes durante más de dos años, y los investigadores actuaron como observadores externos y como participantes. Realizamos docenas de entrevistas con jugadores y documentamos más de 100 horas de observaciones, lo que nos permitió construir un panorama completo de cómo los jugadores desarrollaron y ejercieron sus habilidades de improvisación en el contexto LARP.
Tres tipos de improvisación
Basándonos en estos datos, identificamos por primera vez tres tipos de habilidades de improvisación: imitativo, reactivo, y generativo improvisación. La improvisación imitativa, exhibida por los jugadores menos experimentados, consiste en observar lo que hacen las personas más experimentadas y hacer coincidir sus respuestas con una variación mínima. Por ejemplo, en un escenario, observamos a un nuevo jugador cuyo personaje entraba en un aquelarre por primera vez. Inseguro de qué hacer, miró a los jugadores más experimentados y ajustó su disfraz y maquillaje en el acto para estar más en línea con sus estilos. Si bien este es el tipo de improvisación más simple, es un punto de partida eficaz que permite involucrarse a los recién llegados con experiencia limitada.
El siguiente tipo de improvisación que observamos fue la improvisación reactiva: usar las aportaciones del entorno y de otros jugadores para desarrollar tu propia reacción original ante una situación inesperada, sin depender de las acciones de los demás como guía. Por ejemplo, cuando los jugadores se enfrentaban a un ataque enemigo y tenían que defender un fuerte, reaccionaban espontáneamente a la amenaza moviendo sus tropas y reorganizando continuamente sus defensas, demostrando una reacción novedosa tanto a las acciones de sus compañeros como a las de sus enemigos. Descubrimos que este tipo de improvisación se desarrollaba generalmente después de que los jugadores ya habían dominado la improvisación imitativa, ya que requería que los jugadores aprovecharan su experiencia existente para extrapolar nuevos cursos de acción originales.
Por último, la forma más avanzada de improvisación que observamos fue la improvisación generativa. La improvisación generativa consiste en sondear el futuro y probar cosas nuevas de forma proactiva en un intento de anticipar e incluso catalizar (en lugar de reaccionar) lo que podría suceder. Debido a que es fundamentalmente especulativa, la improvisación generativa es intrínsecamente la más arriesgada, pero también suele ser la más eficaz para desarrollar ideas verdaderamente únicas e innovadoras. Este tipo de improvisación se ejemplificó en un momento en el que dos jugadores decidieron embarcarse en una peligrosa misión destinada a recuperar un poderoso artefacto para evitar posibles problemas en el futuro, sin que ningún evento externo específico desencadenara esa decisión.
Es importante destacar que estos dos jugadores eran respetados y confiados dentro del grupo, por lo que otros jugadores apoyaron e incorporaron con entusiasmo la nueva idea en su trama colectiva (en lugar de ignorar o bloquear la idea). Esto sugiere que la improvisación generativa requiere un mayor grado de confianza mutua entre los jugadores, tanto para proporcionar al improvisor la confianza necesaria para perseguir una idea que puede no funcionar, como para aumentar las posibilidades de que otros sean receptivos a la idea. Este nivel de confianza puede ser difícil de alcanzar, pero una vez que alcanzas cierto umbral, puede crear un círculo virtuoso, en el que las personas con fuertes conexiones sociales en el grupo encuentran sus ideas más fácilmente aceptadas y, por lo tanto, tienen más confianza en proponer nuevas ideas en el futuro.
El desarrollo de habilidades de improvisación requiere colaboración y competencia
Una vez identificados estos tres tipos de improvisación, pudimos empezar a explorar cómo se desarrollaron estas diferentes habilidades a lo largo del tiempo. Basándonos en nuestros dos años de datos observacionales y de entrevistas, trazamos trayectorias detalladas de cómo cada participante avanzó en sus habilidades de improvisación. Descubrimos que el factor crítico para determinar cómo se desarrollaban (o no) estas habilidades era la medida en que un individuo estaba orientado a la competitividad frente a la colaboración.
Específicamente, nuestra investigación sugirió que los individuos competitivos generalmente desarrollan la improvisación reactiva más rápido, porque actúan con tantos insumos como sea posible (hasta el punto de que a menudo no dejan nada a otros jugadores, esencialmente «roban» señales diseñadas para reforzar los arcos de la historia de otros personajes). Aunque ventajoso a corto plazo, este enfoque tiende a alejar a otros jugadores, lo que dificulta el desarrollo a largo plazo de las habilidades de improvisación generativa. Por otro lado, los individuos colaborativos suelen tardar más en desarrollar la improvisación reactiva, ya que a menudo prefieren permitir que otros jugadores reaccionen ante nuevas señales ambientales en lugar de aprovechar inmediatamente cada oportunidad por sí mismos. Este mayor énfasis en la colaboración puede obstaculizar el crecimiento inicial, pero en última instancia ayuda a estos jugadores a adquirir la conectividad social y el entorno de confianza mutua necesarios para desarrollar la capacidad de improvisar de forma generativa.
Esto sugiere (tal vez como era de esperar) que hay lugar tanto para la competitividad como para la colaboración, y que aprovechar el enfoque adecuado en el momento adecuado es esencial para cultivar las habilidades de improvisación. Las personas que empiezan siendo competitivas y se vuelven más colaborativas a medida que adquieren experiencia pasan más rápido de la improvisación imitativa a la generativa. Lo más importante es que no importa en qué parte del desarrollo de estas habilidades te encuentres, nuestra investigación demuestra que siempre hay un camino hacia la mejora.
Entonces, ¿cómo se puede aplicar todo esto en el lugar de trabajo? Nuestros hallazgos se traducen en tres conclusiones clave para directivos y empleados que buscan fomentar las habilidades de improvisación:
1. Crear conciencia sobre cómo se desarrollan los diferentes tipos de habilidades de improvisación
Como primer paso, es crucial simplemente informarte a ti mismo y a tu equipo sobre los diferentes tipos de habilidades de improvisación y cómo el énfasis en la competencia o la colaboración puede afectar su desarrollo. Una mayor conciencia de estas habilidades puede influir en la composición del equipo, asegurando que los recién llegados se emparejen con improvisadores más experimentados de los que pueden comenzar a aprender habilidades de improvisación imitativa. También puede informar la asignación de equipos, lo que permite a las organizaciones identificar equipos o personas con fuertes habilidades de improvisación y asignarlos a los proyectos más desestructurados e inciertos.
2. Equilibrio entre colaboración y competencia
Nuestra investigación ilustra otra forma más en el que tanto la colaboración como la competencia son necesarias para una organización sana. Los gerentes deben gestionar cuidadosamente esta tensión, empujando a sus empleados a desarrollar habilidades de colaboración sin obstaculizar los instintos competitivos de los recién llegados ambiciosos. En última instancia, es necesario hacer hincapié en la colaboración para fomentar la improvisación generativa, pero sin un fuerte impulso competitivo, los empleados pueden tener dificultades para desarrollar las habilidades de improvisación reactiva que necesitarán como base para seguir creciendo.
3. Fomentar las estructuras sociales, especialmente cuando se trabaja de forma remota
Por último, la importancia de estructuras sociales sólidas no se puede exagerar. Para fomentar habilidades de improvisación auténticas y generativas entre sus empleados, los gerentes deben crear un entorno psicológicamente seguro de interacciones sociales ricas que genere confianza y colaboración, lo que permita a los empleados inspirarse en las señales sutiles de los demás y trabajar juntos para crear nuevas ideas. sin temor excesivo al rechazo. Y, por supuesto, este tipo de entorno puede ser difícil de mantener en el mejor de los casos, pero es aún más difícil virtualmente. Como tal, especialmente ante la limitada interacción presencial, los gerentes deben prestar especial atención al apoyo a los mecanismos formales e informales para construir conexiones sociales sólidas entre los miembros del equipo.
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Ahora más que nunca, todas las organizaciones necesitan gerentes y empleados que puedan pensar con sus pies y experimentar fuera de un camino prescrito. Los líderes ya no pueden permitirse dejar al azar el desarrollo de las habilidades de improvisación o, peor aún, asumir que la capacidad de improvisar es una cualidad innata y no una habilidad que se puede aprender. En cambio, deben fomentar de forma proactiva un entorno que aliente a todos los miembros del equipo a desarrollar estas habilidades críticas, promueva un equilibrio de salud entre colaboración y competencia y ofrezca las estructuras sociales sólidas necesarias para la improvisación, ya sea en la oficina o en el ámbito LARP.
— Escrito por Pier Vittorio Mannucci, Kristine de Valck Pier Vittorio Mannucci,