La gran remontada

La gran remontada


El equipo de baloncesto masculino del Boston College logró un giro impresionante en la temporada 2000—2001, rebotando desde el último lugar de su Big East Division de la NCAA hasta el primer lugar, con esencialmente los mismos cinco jugadores titulares. La transformación del equipo puede haber parecido repentina, pero como dijo el entrenador principal Al Skinner a Roberta Fusaro de HBR, el resurgimiento fue en parte el resultado de dos principios que pueden aplicarse tanto a los equipos empresariales como a los equipos deportivos.

Tu equipo siempre ha tenido talento. ¿Cuál crees que fue el origen de sus problemas?

Cuando los tiempos son malos, y han sido malos durante varias temporadas o cuartos, es fácil que las personas se pongan a la defensiva sobre quiénes son y qué pueden hacer. Quieren culpar a otras personas, a otros equipos, a otros departamentos. Es entonces cuando los líderes necesitan que los miembros del equipo bajen la guardia y respondan cuando les dicen: «Queremos que hagas las cosas de forma un poco diferente». Es difícil hacerlo hasta que puedas barrer todas las agendas individuales de la cancha, por así decirlo. En nuestro caso, un intenso viaje de verano a Europa aisló al grupo de familiares y amigos y obligó a los compañeros de equipo a tratar entre sí de forma directa y honesta. No tenían a nadie a quien culpar, ni a quien apoyarse, sino a sí mismos. Aprendieron a comunicarse entre sí de forma más constructiva.

Esa experiencia fuera del sitio también hizo que los muchachos sean más conscientes de los sacrificios necesarios para llevar al equipo a un nuevo nivel. Comenzaron a centrarse en usar sus talentos para ayudar al equipo a ganar, no en su falta de tiempo de juego. Supongo que lo mismo sucedería en los negocios: los miembros del equipo deben asociar desinteresadamente las habilidades adecuadas a las tareas correctas en el momento adecuado.

¿Tuviste que hacer cambios fundamentales en tu programa para lograr esa transformación en las actitudes de los jugadores?

Justo lo contrario, en realidad. Algunos equipos que fracasan se sienten tentados a tirar el viejo libro de jugadas y empezar de cero para cambiar las cosas. Pero cuando intentas recuperarte de un mal período, creo que es más importante que nunca mostrar consistencia. El programa, ya sea una filosofía de condicionamiento físico o una declaración de misión, debe ser algo con lo que tu equipo pueda contar. En nuestro caso, los únicos cambios que hicimos de la temporada perdedora a la ganadora fueron cambios mentales; las estrategias ofensiva y defensiva fueron esencialmente las mismas, al igual que las rutinas de entrenamiento. Las cosas que me molestaban o que me elogiaban seguían siendo las mismas de una temporada a otra; no se trataba de los resultados. Tienes que concentrarte en el proceso de cambiar las cosas; si prestas demasiada atención a las victorias y las derrotas, siempre te decepcionará.

Escrito por Roberta Fusaro