La «burocracia» se convierte en una palabra de cuatro letras
Existe una larga tensión en las organizaciones entre la innovación y la burocracia. Las capas excesivas de gestión y los procesos bizantinos suelen asumir la culpa cuando una idea prometedora no llega al mercado o una ágil start-up impide a un competidor maduro.
Esa tensión se remonta al menos a 340 años, a una colaboración involuntaria entre dos funcionarios del gobierno en Francia. En 1665, con la economía francesa en crisis, el rey Luis XIV nombró a Jean-Baptiste Colbert como su contralor general de finanzas. Colbert procesó a funcionarios corruptos y reorganizó el comercio y la industria de acuerdo con los principios económicos conocidos como mercantilismo. Para asegurar a la población que el gobierno actuaría de manera justa en las disputas monetarias, exigió que los funcionarios acataran ciertas reglas y las aplicaran uniformemente a todos.
Posteriormente, en 1751, Jean Claude Marie Vincent de Gournay se convirtió en administrador comercial de Francia. Gournay estaba indignado por lo que Colbert había puesto en marcha y arremetió contra la multitud de regulaciones gubernamentales que creía que estaban suprimiendo la actividad empresarial. Para describir un gobierno dirigido por creadores insensibles y ejecutores de reglas, que ni entendían ni se preocupaban por las consecuencias de sus acciones, acuñó el término burocracia. Traducción: «gobierno por pupitres».
— Escrito por William H. Starbuck