¿Hay un paciente en la casa?
por Amy Salzhauer
La crisis de salud de los Estados Unidos tiene que ver tanto con la mano de obra como con el dinero. En los próximos 15 años, los expertos predicen un déficit de 800 000 enfermeras y 200 000 médicos, y el sistema educativo estadounidense no es adecuado para cubrir el vacío. A medida que la oferta de cuidadores disminuya, la demanda aumentará. Por un lado, hay 80 millones de baby boomers que serán personas mayores en 2015, y las personas mayores sufren una mayor incidencia de enfermedades crónicas. Gracias a las mejoras en los cuidados intensivos, más de estas personas mayores sobrevivirán si sufren ataques cardíacos, por ejemplo, pero los supervivientes seguirán padeciendo enfermedades cardíacas crónicas. Al mismo tiempo, la obesidad y la hipertensión son epidémicas. «Estamos analizando tres temas diferentes que se están convirtiendo en una tormenta perfecta», afirma Robert Ludlow, director de proyectos de transformación de GE Healthcare. «Este es un tema que mantiene despiertos por la noche a la alta dirección de GE».
Hasta la fecha, los medios de comunicación se han centrado principalmente en el problema a corto plazo de la forma en que pagamos la atención médica. Pero los grandes compradores y proveedores de servicios de salud, y algunas empresas emergentes astutas, también están trabajando en el problema a largo plazo de la forma en que los ofrecemos. En el caso de las enfermedades crónicas, la mejor respuesta puede ser sacar la atención médica de los hospitales y consultorios médicos y trasladarla a los hogares de las personas.
Charla técnica:
Muchas de las investigaciones más interesantes sobre la atención médica domiciliaria se centran en la monitorización remota de los pacientes, tecnologías que rastrean los cambios fisiológicos mientras los pacientes realizan su vida diaria. El concepto se resume perfectamente en el eslogan de BodyMedia, con sede en Pittsburgh: «Salud. Cuidado. En cualquier parte». Creada por un grupo de ingenieros del Carnegie Mellon, BodyMedia fabrica sistemas de monitorización corporal no invasivos y ha creado algoritmos predictivos complejos que pueden interpretar los volúmenes de datos de uso médico generados por sus monitores. La paciente lleva un brazalete pequeño que puede capturar información como su frecuencia cardíaca, presión arterial y nivel de glucosa. Y el estado corporal no es lo único que las nuevas tecnologías de monitoreo están orientadas a rastrear. Por ejemplo, IBM ha desarrollado un pastillero electrónico que envía una señal al teléfono móvil del paciente cada vez que se quita una tableta y avisa al paciente si se ha saltado una dosis o si está tomando demasiados comprimidos.
La gente habla:
Si bien la tecnología puede hacer mucho, los pacientes en casa siguen necesitando la ayuda humana. Algunos expertos creen que esos humanos deberían, siempre que sea posible, ser amigos y familiares. Kaiser Permanente, el Media Lab del MIT y algunas otras organizaciones apoyaron recientemente la creación del Care Product Institute (CPI), un grupo sin fines de lucro pionero en la combinación de «la tecnología con el apoyo social», según Brent Lowensohn, del CPI, una autoridad en tecnología de la salud. En el modelo del IPC, la lectura de glucosa de un diabético podría transmitirse a un familiar designado que esté capacitado para saber qué significa ese número y qué hacer al respecto. Entonces, el familiar puede «dar un codazo» al paciente para que tome las medidas adecuadas.
En el juego:
El Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos atribuye el 75% de los 1,4 billones de dólares en gastos de atención médica del país a las enfermedades crónicas. Con tanto dinero en juego, empresas de todos los tamaños entran en el mercado. Entre las más destacadas: American TeleCare, BodyMedia, CardioNet, Polar Electro, Honeywell HomMed, GE Medical Systems, Philips, Medtronic y Motorola.
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