Insight

Encuéntrate a ti mismo sin atravesar el Himalaya.

La autoconciencia es una cualidad exclusivamente humana, pero es algo que pocos de nosotros tenemos realmente. Y es una pena, porque es una herramienta extremadamente útil en nuestra vida personal y profesional. Conocer nuestros propios sentimientos y ser conscientes de cómo nos ven los demás es crucial para desenvolvernos con éxito en situaciones sociales, tanto en casa como en el trabajo.

Estos resúmenes te ayudarán a ser más consciente de tus propios sentimientos.

Este resumen te enseñará a reconocer los pensamientos y comportamientos perjudiciales en ti mismo y en los demás. Paso a paso, aprenderás a manejar tus emociones y a solicitar y recibir retroalimentación para poder realizar cambios positivos.

Y no sólo eso, sino que también aprenderás a manejar tus emociones.

Y no se trata sólo de superación personal individual. Te darás cuenta de que el autoconocimiento es una actividad de grupo, que ayudará a todo tu equipo a trabajar mejor en equipo.

En este resumen, descubrirás

  • qué puede decir el hecho de llamar a tu hijo Luxx sobre la percepción que tienes de ti mismo;
  • qué puede decir el hecho de llamar a tu hijo Luxx sobre la percepción que tienes de ti mismo
  • cómo tomarte cinco minutos hoy puede mejorar todo tu día mañana; y
  • que si tu pareja no capta las señales románticas ahora, probablemente nunca lo hará.

La autoconciencia es la capacidad de comprender quiénes somos y qué piensan los demás de nosotros, y consta de siete percepciones.

La autoconciencia es una de las características más notables que distinguen a los humanos de los animales. Hace unos 150.000 años, el cerebro del Homo sapiens se desarrolló de un modo que llevó a nuestros antepasados a empezar a examinar su propio comportamiento, pensamientos y emociones. De este modo, nació la autoconciencia.

La autoconciencia se define como la capacidad de conocerse a uno mismo y ser consciente de cómo nos ven los demás. Los psicólogos separan la autoconciencia en dos categorías:interna y externa.

La autoconciencia interna consiste en conocernos a nosotros mismos; ser conscientes de lo que nos gusta y lo que no nos gusta, de nuestras ambiciones, de nuestro lugar en el entorno y de nuestro impacto en los demás.

La autoconciencia externa tiene que ver con comprender cómo nos ven los demás. Se trata de ser capaces de mirarnos a nosotros mismos desde una perspectiva externa.

Sorprendentemente, la investigación científica demuestra que apenas existe relación entre la autoconciencia interna y la externa. Pero la investigación ha descubierto una relación entre la felicidad de una persona y lo consciente que es de sí misma. Las personas que tienen autoconciencia tanto interna como externa son capaces de tomar mejores decisiones, tienen relaciones profesionales y personales más sólidas, tienen más éxito y son más creativas.

Entonces, ¿cómo desarrollamos la autoconciencia?

Entonces, ¿cómo desarrollamos la autoconciencia?

Ser plenamente consciente de uno mismo requiere siete tipos de conocimiento, el primero de los cuales implica el conocimiento de nuestros valores. Nuestros valores son los principios que guían nuestra vida. Algunos ejemplos son la honradez, la humildad y la justicia.

La segunda y la tercera visión son nuestras pasiones y aspiraciones, que tratan de descubrir las cosas que nos gusta hacer y cuáles son nuestros objetivos vitales.

La adaptación es la cuarta percepción. Consiste en comprender qué entorno nos hará más felices, nos mantendrá comprometidos y nos permitirá prosperar.

Luego vienen los patrones, los comportamientos constantes que conforman nuestra personalidad. Debemos comprender cómo pensamos, sentimos y actuamos en distintas situaciones.

El sexto insight se refiere a nuestras reacciones, es decir, a los comportamientos emocionales y físicos que mostramos en determinadas circunstancias. Por ejemplo, nuestra capacidad para controlar nuestros sentimientos en situaciones de estrés.

Y el último insight es el impacto: comprender cómo afecta a los demás nuestro propio comportamiento.

Bloqueos internos y sociales interrumpen el viaje hacia la autoconciencia.

"Cuando las personas están sumidas en el autoengaño, suelen ser las últimas en darse cuenta. "

No es raro encontrarse con el tipo de jefe que realmente cree que es un líder visionario cuando todos los demás en la oficina sólo ven a un imbécil incompetente. Esto se debe a que muchas personas son totalmente ilusorias sobre sus propias capacidades. Pero, ¿cómo se produce esto?

El autor cree que existen tres obstáculos internos para la autoconciencia: la ceguera del conocimiento, la ceguera emocional y la ceguera del comportamiento.

La ceguera del conocimiento se produce cuando evalúas tus competencias no en función de cómo actúas realmente, sino en función de creencias generales sobre cómo deberías actuar. Un experimento realizado por el psicólogo americano David Dunning lo demuestra muy bien. Se pidió a los participantes que hicieran un examen de geografía. Los que pensaban que, en general, se les daba bien la geografía, creían que habían obtenido una puntuación especialmente alta, aunque, como grupo, su puntuación fuera media.

La ceguera emocional es una de las principales causas de la ceguera emocional.

La ceguera emocional consiste en ignorar tus propios sentimientos. Supongamos que alguien te pregunta si eres feliz. Puedes pensar que tu respuesta es racional, basada en una evaluación de tus circunstancias. Pero lo más probable es que tu respuesta sea una decisión visceral tomada en ese momento.

La ceguera de comportamiento es la incapacidad de ver tu propio comportamiento a través de los ojos de los demás. La autora pone el ejemplo de una charla que dio una vez. Pensó que había sido un desastre. Sin embargo, resultó que al público le encantó, como demuestra el hecho de que consiguiera un número récord de suscripciones a su boletín mensual.

La ceguera del comportamiento es no ver tu propio comportamiento a través de los ojos de los demás.

Y no son sólo estos tres obstáculos los que se interponen en el camino. El culto al yo de nuestra sociedad es otro obstáculo para la autoconciencia.

¿Te has preguntado alguna vez por qué hay una moda creciente de nombres novedosos en Estados Unidos? ¿Nombres como Izander, Luxx o Sharpay? Son ejemplos de un creciente culto al yo, en el que la gente se convence de que ellos, y por tanto sus hijos, son especiales. Forma parte de la edad de la estima en la que estamos entrando, en la que todo el mundo se cree único. Pero ten cuidado. Puedes sentirte especial, pero eso no te convierte en superior. Si te comportas como si fueras mejor que los demás, pronto te encontrarás siendo objeto del resentimiento de otras personas, y te resultará difícil hacer frente incluso a los pequeños errores que cometas.

La introspección no es un camino seguro hacia la perspicacia, así que tenemos que hacerlo bien.

"No siempre podemos fiarnos de lo que vemos cuando miramos hacia dentro"

Si dedicamos suficiente tiempo y esfuerzo a mirarnos el ombligo, al final llegaremos a comprendernos a nosotros mismos, ¿verdad?

No necesariamente.

No necesariamente.

Sí, examinar nuestros pensamientos, emociones y hábitos puede llevarnos a un mayor conocimiento de nosotros mismos, pero el tipo equivocado de introspección puede tener el efecto contrario. De hecho, incluso hay investigaciones que demuestran que las personas que se autoanalizan tienen mayores niveles de ansiedad, relaciones menos positivas y una opinión más baja de sí mismas. El problema es que, aunque nos apresuremos a asir cualquier idea obtenida del autoanálisis, no solemos cuestionar su validez.

¿Qué podemos hacer?

Entonces, ¿cómo podemos utilizar la introspección para ser más conscientes de nosotros mismos?

Para que la introspección tenga éxito, debemos tener una mentalidad flexible. Cuando aceptamos que es posible que no encontremos una respuesta definitiva, podemos dejar que nuestra mente curiosa divague y explore diversas perspectivas.

Otro error común de la gente es que no sabe lo que hace.

Otro error común de la gente es preguntarse por qué son como son. Buscan las causas de sus patrones de pensamiento y comportamiento. Pero el cerebro humano es perezoso, y a menudo sólo nos presenta la respuesta más conveniente. Por lo tanto, es más útil preguntarse qué tipo de persona somos. ¿Qué sentimos, pensamos y hacemos en una situación determinada?

La ventaja de preguntar qué en lugar de por qué es que empezamos a poner nombre a nuestras emociones. Las investigaciones demuestran que cuando ponemos nombre a nuestros sentimientos -especialmente a los menos positivos- estamos en mejores condiciones de reconocerlos, en lugar de dejar que desencadenen una respuesta de lucha o huida. En cuanto a los pensamientos positivos, debemos ser conscientes del riesgo de analizarlos en exceso. Cuando intentamos racionalizar nuestras experiencias positivas, corremos el riesgo de quitarles la alegría.

Por último, ten cuidado con los pensamientos positivos.

Por último, ten cuidado con el gemelo malvado de la introspección: la rumiación. El autor define la rumiación como una fijación en nuestras ansiedades, debilidades e inseguridades. Esto no sólo nos impide adquirir una mayor comprensión, sino que puede tener consecuencias perjudiciales, como la depresión.

Tres técnicas de atención plena pueden aumentar el autoconocimiento interno.

¿En qué piensas cuando oyes la palabra "meditación"? Si eres como el autor, puede que te intimide pensar en esterillas de yoga, incienso y cánticos. Pero no hay nada que temer: durante milenios, la meditación ha ayudado a las personas a aumentar su autoconocimiento, y no tienes que convertirte en monje ni hacer un gran cambio en tu estilo de vida para conseguirlo.

El autor sugiere tres técnicas alternativas para aumentar tu atención plena y, con ella, tu autoconocimiento interno. Es fácil confundir la introspección y la rumiación con la atención plena, pero son opuestas. En lugar de analizar y juzgar nuestros pensamientos, la atención plena te anima a percibirlos sin juzgarlos. Al adoptar este enfoque, empezarás a hacer nuevas observaciones sobre ti mismo y mejorarás tu autoconciencia. Puede que incluso mejores tu felicidad, tu salud y tu productividad, como comprueban muchas personas que practican la atención plena.

La primera técnica se llama "atención plena".

La primera técnica se llama reencuadre. El reencuadre consiste en ver el panorama general de tus experiencias. Por ejemplo, si pierdes tu trabajo, podrías fijarte en lo que has perdido. Para reencuadrar esta experiencia, también te centrarías en lo que podrías ganar con ella. Tal vez te des cuenta de que te habías quedado estancado en tu carrera profesional, y que ahora eres libre para encontrar nuevas oportunidades, o incluso para montar tu propio negocio.

Otra técnica se llama comparar y contrastar. Consiste en darse cuenta de cómo nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos han permanecido igual o han cambiado a lo largo del tiempo. Es una técnica de mindfulness que la propia autora ha utilizado. Cuando llevaba dos años en su segundo trabajo, empezó a sentirse inquieta. Cuando pensó en cómo se había sentido a los dos años de su último trabajo, la autora se dio cuenta de que esta vez se sentía igual.

Entonces fue capaz de reconocer que el problema no era su trabajo actual, sino un patrón interno que la hacía sentirse así. ¿Por qué no pruebas tú mismo esta técnica? Hazte preguntas sobre tu trabajo y tus relaciones: ¿qué ha permanecido igual y qué es diferente de trabajos o relaciones anteriores?

La tercera técnica de atención plena es la revisión diaria. Tómate cinco minutos al día para reflexionar sobre lo que ha ido bien y lo que podría haber ido mejor. ¿Hay algo que puedas aprender de tu experiencia de hoy que puedas mejorar mañana?

Dos grandes obstáculos obstruyen el camino hacia el autoconocimiento externo, pero hay formas de sortearlos.

Si quieres saber qué piensan los demás de ti, y ganar autoconocimiento externo, podrías pensar que es tan fácil como preguntar directamente a amigos y familiares. Pero ahí es donde empieza el problema: las personas más cercanas a ti no serán sinceras sobre cómo te ven.

El autor llama a esto el Efecto MÚMUM. Significa que guardamos Mamá sobre los Mensajes Indeseables. Tendemos a guardar silencio en lugar de dar a los demás información que les haga sentirse incómodos. A veces, incluso decimos mentiras piadosas en lugar de la verdad, y éste es el primer obstáculo para la autoconciencia.

El segundo obstáculo es nuestra reticencia a pedir opiniones. Tendemos a poner excusas, que se dividen en tres categorías. En primer lugar, nos convencemos de que no necesitamos feedback. Eso es sencillamente incorrecto. De hecho, la forma en que nos ven los demás es tan importante a la hora de lograr el autoconocimiento como la forma en que nos vemos a nosotros mismos.

La segunda excusa que nos ponemos es que no queremos que los demás nos vean.

La segunda excusa que ponemos es que no debemos pedir opiniones porque seguramente es un signo de debilidad. Pero piensa: si alguien te pidiera feedback, ¿lo verías como un signo de incompetencia en esa persona, o respetarías sus esfuerzos por superarse? Los líderes que piden comentarios críticos son considerados más eficaces.

Y la última excusa es que no queremos feedback. Tenemos miedo de sentirnos heridos por los comentarios de los demás, y para eso necesitamos tener valor.

Es más fácil decirlo que hacerlo, pero una vez que eres consciente de estas barreras y estás dispuesto a superarlas, hay varias formas de hacerlo. Una forma es pedir una opinión de 360 grados. Como su nombre indica, esto significa recibir opiniones desde todos los ángulos. En la empresa, esto implicaría pedir a todo el mundo, desde compañeros y gerentes hasta clientes y miembros del consejo, que rellenen un formulario de opinión. Una de las ventajas de esta técnica es el anonimato, que permite a la gente ser sincera. Por otro lado, las personas celosas o resentidas pueden aprovecharlo para desahogarse. Para evitarlo, pregunta sólo a las personas en las que confíes que serán justas y sinceras.

Para obtener una verdadera perspectiva, tienes que aprender a reaccionar ante las opiniones.

Por fin te has armado de valor para pedir opiniones a tus compañeros. ¡Estupendo! Sólo que dicen que pareces demasiado confiado. Tu primer instinto puede ser ponerte sarcástico con ellos, o rechazar o negar lo que te han dicho, pero eso no ayuda.

¿Cuál es la mejor forma de reaccionar?

Entonces, ¿cuál es la mejor manera de procesar los comentarios?

Para digerir tus comentarios y convertirlos en algo que puedas utilizar para obtener información, tienes que aprender a recibir, reflexionar y responder a los comentarios. Esto se denomina el modelo de las 3R.

Empecemos por recibir comentarios. Para recibir comentarios con éxito, primero debes asegurarte de que los has entendido correctamente. Si no estás seguro, pide que te lo aclaren. Pide a tus compañeros que te expliquen mejor qué entienden por "exceso de confianza", con ejemplos si es posible.

Entonces puedes empezar a recibir los comentarios.

Entonces puedes empezar a reflexionar. Las tres preguntas siguientes pueden guiar este proceso de reflexión:

¿Me siento identificado?

¿Puedo sentirme identificado con esta respuesta?

¿Cómo me afectará este comentario a largo plazo en lo que respecta a mi éxito y mi bienestar?

¿Debo actuar en consecuencia?

¿Debo actuar en consecuencia?

También tienes que considerar cómo podrías actuar en función de la opinión. Tal vez debas consultar a más colegas antes de comprometerte a cambiar tu comportamiento, o podrías optar por enmarcar tu exceso de confianza percibida como un punto fuerte en lugar de como una debilidad.

Hay otros dos puntos generales que debes tener en cuenta al recibir comentarios.

En primer lugar, cuando recibes comentarios duros que confirman una opinión que ya tenías de ti mismo -que eres un mal jugador de equipo o un líder ineficaz-, es tentador cerrarse en banda por completo. Para contrarrestar estos sentimientos, prueba la autoafirmación. Antes de recibir cualquier comentario, recuérdate a ti mismo tus cualidades positivas. Puede ser algo tan sencillo como recordarte a ti mismo que eres un amigo leal y un familiar cariñoso.

En segundo lugar, debes reafirmarte en tus propias cualidades.

En segundo lugar, debes reconocer que, aunque merece la pena esforzarse por cambiar tu comportamiento, hay algunos aspectos de tu personalidad que no puedes cambiar. Digamos que se te da muy mal leer las emociones y las intenciones de los demás. Sobre todo si es algo que ya has intentado mejorar pero que no consigues hacer tan bien como los demás, a veces es mejor aceptarlo, ser sincero sobre tu debilidad y comunicarlo claramente para que los demás lo entiendan.

Para crear un equipo consciente de sí mismo, sigue los cinco pilares de la perspicacia.

La conciencia de sí mismo no es sólo una cualidad útil que posea un individuo, también puede existir a nivel colectivo. Entonces, ¿cómo puede un equipo de personas ser consciente de sí mismo?

Al igual que un individuo consciente de sí mismo, un equipo consciente de sí mismo se conoce a sí mismo y sabe cómo lo ven los demás. Para conseguirlo, un equipo debe desarrollar cinco áreas de conocimiento, que el autor denomina las Cinco Piedras Angulares del Conocimiento Colectivo. Estas piedras angulares son objetivos, progreso, proceso, suposiciones y contribuciones individuales. Todo equipo consciente de sí mismo debe evaluar periódicamente su rendimiento en cada área. Formulando las preguntas adecuadas y examinando las cuestiones desde todos los ángulos posibles, el equipo puede ser más eficiente y eficaz.

¿Qué tipo de preguntas podría hacer un equipo para obtener información con estas cinco piedras angulares? Por ejemplo, objetivos. Al evaluar sus objetivos, un equipo debe preguntarse cuál es su meta más importante. ¿Es más importante aumentar las ventas o centrarse en el impacto medioambiental de la empresa, por ejemplo?

Evaluar el progreso es quizás lo más sencillo. El equipo podría preguntarse "¿Cuántas unidades hemos vendido?" o "¿Cuántos clientes nuevos hemos conseguido?"

Para evaluar su proceso, un equipo debe centrarse en la forma en que trabaja actualmente y buscar áreas de mejora. Esto podría implicar cuestionar la eficacia de la estrategia de marketing, o incluso el formato de las reuniones internas.

Para evaluar tu proceso, debes centrarte en la forma en que trabajas actualmente y buscar áreas de mejora.

Como ya has aprendido, es igual de importante ser consciente de cómo te ven los demás, y esto no es diferente para los equipos. Ahí es donde entran en juego las suposiciones. Las suposiciones son los juicios que hacen de una marca personas ajenas a ella. Un equipo consciente de sí mismo se tomará el tiempo necesario para comprender cómo ven los demás su trabajo, y estudiará cómo construir y mejorar su imagen.

Por último, un equipo puede obtener información mediante la evaluación de las contribuciones individuales. Esto puede hacerse considerando qué miembros del equipo están teniendo un mayor impacto.

Para desarrollar aún más la autoconciencia de tu equipo, sigue los tres puntos de referencia.

Si realmente quieres ir más allá en la construcción de tu equipo autoconsciente, hay otras tres áreas generales a tener en cuenta: los modelos de conducta, las redes de seguridad psicológica y una cultura de evaluación.

Si realmente quieres ir más allá en la construcción de tu equipo autoconsciente, hay otras tres áreas generales a tener en cuenta: los modelos de conducta, las redes de seguridad psicológica y una cultura de evaluación.

Todo equipo autoconsciente necesita un modelo a seguir. Esta persona debe ser un líder capaz de comunicar sus principios con claridad y, lo que es más importante, de actuar de acuerdo con esos principios. Los psicólogos tienen un nombre para este comportamiento: liderazgo auténtico. Han observado que cuando los líderes se muestran abiertos y sinceros sobre su propia actuación y cómo ésta se compara con sus propios criterios, animan a los demás miembros del equipo a ser también sinceros. Esto permite a todo el equipo reflexionar sobre las cinco piedras angulares de la perspicacia con sinceridad.

Además de un buen liderazgo, un equipo consciente de sí mismo necesita una red de seguridad psicológica. Eso significa cultivar una atmósfera en la que cualquier miembro del equipo se sienta seguro pidiendo ayuda. Un entorno de apoyo también anima a los miembros del equipo a admitir fallos y plantear críticas sin temor a repercusiones negativas.

Por último, aunque seguir los pilares de la perspicacia ayudará a tu equipo a adquirir conciencia de sí mismo, es importante recordar que no se trata de una solución puntual. El proceso de autoconciencia debe ser continuo e integrarse en la cultura del equipo. Un gran ejemplo de esto puede verse en la empresa de animación por ordenador Pixar. Su presidente, Ed Catmull, introdujo un "día de la honestidad" llamado "Día de las Notas", que anima a los empleados a reflexionar con total honestidad sobre los problemas a los que pueda enfrentarse la empresa.

Hay tres tipos de personas ilusas.

No hace falta buscar mucho para encontrar un ejemplo de individuo iluso. Todos hemos visto al jefe enfadado y agresivo que cree que su enfoque del liderazgo es la única manera, o a la pareja completamente ajena a las señales obvias de la relación. El autor denomina a estas personas desconscientes de sí mismas, y la forma en que tratamos a una persona desconsciente de sí misma depende del tipo de engaño que tenga.

Hay tres tipos de personas ilusorias: las Causas Perdidas, las A las que no les importa ser conscientes y las Nudgables.

Las Causas Perdidas son personas que no son conscientes de sí mismas.

Las Causas Perdidas se aferran realmente a su ilusión. Tienen creencias inquebrantables y no conciben otra opinión que no sea la suya. Como habrás adivinado, a estas personas no se las puede cambiar. Sólo puedes minimizar el impacto negativo que puedan tener en nuestro propio éxito y felicidad si te das cuenta de que el problema es suyo, no tuyo, y eres consciente de cómo reaccionas ante su comportamiento.

Las personas que no son conscientes no pueden cambiar de opinión.

Al Consciente No Le Importa es una persona que sabe exactamente cómo su comportamiento afecta a los demás, pero no podría importarle menos. De nuevo, la mejor forma de tratar con estas personas es gestionar nuestras propias reacciones, ya que cualquier intento de cambiar a estas personas está condenado al fracaso. La autora ha adoptado una técnica llamada pista de la risa. Su antiguo jefe solía hacer comentarios crueles hacia ella. Cada vez que lo hacía, en lugar de llorar, ella se imaginaba una pista de risa detrás de sus palabras, lo que hacía que la experiencia fuera soportable y, a veces, incluso divertida.

La tercera delirante es la de la risa.

La tercera persona delirante es el Nudgable. Por último, una persona a la que podemos cambiar, al menos en parte. Los Nudgables están abiertos a las opiniones de los demás. El problema es que son totalmente ajenos a cuáles son esas opiniones. Entonces te corresponde a ti ayudar a los inconscientes haciéndoles saber cómo les ven los demás. Esto les permite -a ellos y al equipo- ser más conscientes de sí mismos y tener más éxito en el trabajo y en casa.

Conclusiones

El mensaje clave de estos resúmenes:

La autoconciencia es la capacidad de conocer nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos y comprender lo que los demás piensan de nosotros. Es una habilidad vital en el entorno profesional y personal actual, pero de la que a menudo carecemos. Esto se debe a obstáculos sociales tanto internos como externos. ¿La buena noticia? Cuanto más consciente seas de estos obstáculos, más fácilmente podrás superarlos.

Consejos Accionables:

Consejos Accionables:

Consejos Accionables:

Consejos Accionables.

Más que un "Meformador", conviértete en un "Informador"

La mayoría de nosotros utilizamos plataformas de medios sociales como Facebook, Twitter o Instagram. Y las investigaciones demuestran que quienes utilizan los medios sociales suelen pertenecer a una de estas dos categorías: "Meformadores", que constituyen alrededor del 80 por ciento de los usuarios y que publican sobre todo información sobre sí mismos, e "Informadores", que comprenden alrededor del 20 por ciento de los usuarios, y que publican información que no está relacionada inmediatamente con ellos mismos.

La cuestión es que si no se puede evitar que los usuarios de las redes sociales publiquen información sobre sí mismos, es posible que se produzcan conflictos.

El problema es que, si siempre publicamos información sobre nosotros mismos, no estamos interactuando ni conectando con los demás. Así que si eres uno de ese 80%, intenta suprimir un poco la vanidad y conviértete en un Informador. Pasa del ensimismamiento a la autoconciencia publicando menos sobre ti mismo y más sobre el mundo que te rodea.

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Sugerencias lectura complementaria: Cómo ser una zorra de Lilly Singh

Cómo ser una zorra (2017) ofrece importantes ideas sobre cómo alcanzar el éxito en la vida. Basándose en conocimientos de primera mano de su ascenso al estrellato, Lilly Singh, la sensación de YouTube, trata temas como la motivación y la disciplina, y los completa con anécdotas personales y consejos prácticos.