La atención médica requiere grandes cambios para complementar la nueva TI
por Julia Adler-Milstein
La nueva administración de Washington y la revisión de las normas de Medicare prácticamente garantizan que pronto se realizarán enormes inversiones en TI para el cuidado de la salud en los Estados Unidos. Sin embargo, las esperadas mejoras en eficiencia y calidad de los registros electrónicos y las aplicaciones relacionadas se desvanecerán si los hospitales y los consultorios médicos no los apoyan con cambios organizativos, como el aumento de la autoridad individual en la toma de decisiones y una mayor formación.
La tecnología de la información se promociona desde hace tiempo como una solución al aumento de los costes de la atención médica y como una forma de reducir los errores médicos. La inversión en TI es fundamental para la visión del presidente Obama sobre la reforma del sistema de salud, y sus estimaciones de los ahorros derivados de ella han sido sustanciales. Durante la campaña electoral, Obama citó un Hallazgo de Rand Corporation que la adopción de los registros médicos electrónicos (EHR) por parte de la mayoría de los médicos y hospitales ahorraría hasta 77 000 millones de dólares al año. Mientras tanto, Medicare, el mayor pagador de los Estados Unidos, ha introducido el primer incentivo financiero para que los médicos adopten la TI sanitaria.
Muchas organizaciones de salud creen que los beneficios se derivarán únicamente de la tecnología. Las investigaciones muestran que los consultorios médicos esperan que los EHR mejoren el flujo de trabajo, la precisión, la comunicación con los pacientes, el acceso al historial médico y la toma de decisiones clínicas. Sin embargo, piensan poco en los cambios organizativos necesarios para obtener esos beneficios.
Estudios de la Escuela Sloan del MIT Erik Brynjolfsson y otros muestran que las organizaciones de una variedad de sectores solo podían aprovechar las nuevas capacidades de TI después de realizar cambios sustanciales: además de aumentar la formación y la autoridad individual en la toma de decisiones, aplanaron sus jerarquías, hicieron un mayor uso de mano de obra cualificada, descentralizaron los equipos y aumentaron los incentivos para el rendimiento del equipo. Las organizaciones que no hacían esas cosas a menudo acababan en peores condiciones que si nunca hubieran invertido en la nueva tecnología.
Estos cambios representan un enorme desafío en el cuidado de la salud, donde los trabajadores reciben formación y se espera que desempeñen funciones específicas. Pero no son imposibles. Tras adoptar un sistema de registro electrónico, el Sistema de Salud Geisinger de Pensilvania dio a las enfermeras una autoridad adicional para responder a los problemas médicos que veían aparecer en el historial de los pacientes e hizo un mejor uso de sus habilidades al automatizar las tareas mundanas. La organización también creó incentivos financieros para el rendimiento del equipo, especialmente en áreas como el cuidado de la diabetes, y desarrolló un amplio plan de formación que incluía una estrecha observación de los médicos mientras utilizaban el sistema.
Un artículo reciente sobre el rediseño organizacional de Geisinger respaldado por la EHR concluye que «gran parte de los debates políticos actuales implican que los EHR transformarán rápidamente la prestación de cuidados. La experiencia de Geisinger sugiere que este no es el caso, sino que la adopción del EHR es el comienzo de un largo viaje de transformación de la atención».
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