Cinco pasos para evaluar sus puntos fuertes
por Bill Barnett
Como comenté en mi publicación anterior, su propuesta de valor personal (PVP) es la razón por la que un empleador debería contratarlo o ascenderlo antes que a otra persona. Es la base de su estrategia profesional.
La propuesta de valor de un producto solo funciona si es cierta, si la empresa tiene las competencias organizativas necesarias para ofrecer la propuesta de valor. Del mismo modo, un PVP solo funciona si es cierto, si tiene los puntos necesarios. Así que el primer paso para desarrollar una propuesta de valor ganadora es la autoevaluación para evaluar sus puntos fuertes.
¿Es posible aportar nuevas ideas sobre los puntos fuertes? Aquí hay alguien que hizo precisamente eso.
Pallab (se ha cambiado el nombre) fue vicepresidente de marketing en un Fortuna 100 empresas que adquirieron su empresa dos años antes. Antes de la adquisición, Pallab era una de las diez mejores personas de una organización de 8 000 personas. En la nueva organización, estaba entre los 300 mejores de una empresa con 100 000 personas. Tenía menos autonomía y no estaba seguro de su futuro. No estaba contento.
Necesitaba una nueva estrategia profesional. Sin saber a qué apuntar ni cuál es la mejor manera de presentarse, se centró en identificar los puntos fuertes y en crear un poderoso PVP a partir de esos puntos fuertes.
Primero, Pallab pensó en hacer hincapié en su experiencia con el marketing y el crecimiento, especialmente en los mercados emergentes. Pero no fue convincente. No estaba claro qué lo hacía bueno en eso. Sonó como lo que dirían otros. ¿Qué lo hacía especial?
Tras un par de meses frustrantes, Pallab miró en una dirección poco convencional. Al buscar en su historial laboral personal, descubrió empatía. Su talento para entender a los demás fue donde aterrizó cuando se preguntó de dónde venían sus mayores éxitos. La empatía le había ayudado a imaginar nuevos productos, crear relaciones comerciales y crear equipos productivos. Era importante y pocos en su campo podían igualarlo.
Pallab inició una búsqueda de trabajo agresiva. Mencionó la empatía en su currículum y cómo eso lo llevó a logros en su trabajo. Lideró con empatía las conversaciones con posibles empleadores. Mostró empatía en la forma en que dirigió su versión de las entrevistas: buenas habilidades de escucha y capacidad de entender lo que dicen los demás. La empatía afectó a la forma en que se presentó y a la forma en que describió sus logros pasados.
Pallab encontró un nuevo y emocionante puesto. El CEO que lo contrató «se dio cuenta de que necesitaba a alguien con empatía que se adaptara a su estilo de trabajo». Fundó la empresa y dirigió su crecimiento sustancial. Tenía puntos de vista muy claros sobre la mayoría de los temas. La mayoría de sus subordinados directos se mostraron reacios a cuestionar sus ideas, pero sabía que había que desafiarlo de la manera correcta. Pallab hizo que se sintiera cómodo de que podían establecer una relación laboral productiva.
No cabe duda de que había otros motivos (la experiencia de Pallab en el extranjero, sus conocimientos de marketing y su minuciosa preparación antes de cada reunión), pero la empatía es lo que lo hizo destacar. Si no hubiera reconocido eso de sí mismo y lo hubiera hecho hincapié, el CEO podría no haberse dado cuenta de que eso es lo que necesitaba y de que Pallab era el hombre adecuado para proporcionárselo.
Cuando empiece a pensar en su PVP, siga el ejemplo de Pallab. No ignore las características y puntos fuertes convencionales, sino que haga hincapié en lo que lo hace distintivo y en qué forma eso lo lleva al éxito en el trabajo. Siga estos cinco pasos:
- Haga una lista de sus puntos fuertes. Puede que primero le vengan a la mente las habilidades y los conocimientos concretos que ha adquirido a través de la experiencia laboral y la educación. Los puntos fuertes intrínsecos más suaves pueden ser menos obvios, pero más fundamentales. Recuerde sus trabajos anteriores y su época en la escuela. ¿Qué es lo que más le gustó? ¿Qué era lo que mejor le daba? Su trabajo actual puede dar pistas. Preste atención. Busque sorpresas.
- Pida su opinión a los demás. Pida a sus colegas actuales o anteriores comentarios honestos sin sacar puñetazos. Pueden mencionar puntos fuertes que no reconoce, plantear dudas sobre los puntos fuertes que menciona o hacer preguntas que le lleven a imaginar nuevos puntos fuertes. Ponga las cosas en marcha haciendo preguntas como estas: ¿Qué es lo que se me da mejor? ¿En qué puntos fuertes podría basarme? ¿Cuáles son mis puntos débiles? ¿Qué trabajos debo evitar? ¿A qué trabajos debo centrarme?
- Revise los comentarios anteriores. Vuelva a leer su anterior evaluaciones de desempeño o recordar el entrenamiento de los supervisores, aunque se trate de un puesto diferente.
- «Contrate» a sí mismo. Piense en contratarse para su trabajo actual, como si no lo tuviera ya. Pregúntese por qué lo contratarían o no para este trabajo.
- Revise su lista de puntos fuertes. Vuelva a su primera lista de puntos fuertes y modifíquela para que refleje todo lo que haya aprendido. Clasifique y clasifique esa lista. Sea específico. Los puntos fuertes genéricos son fáciles de indicar. Rara vez ayudan. Los puntos fuertes específicos son creíbles. Naturalmente, lo centrarán en algunas oportunidades.
Una estrategia profesional exitosa se basa en un PVP fuerte. El PVP se basa en puntos fuertes distintivos. ¿Qué opina de sus puntos fuertes? ¿Qué papel desempeña esa forma de pensar en su estrategia profesional?
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