Descubra el estilo de comunicación de su gerente
por HBR Editors
La comunicación eficaz requiere un toque hábil cuando se las arregla. Si sus intentos de persuadir son demasiado obvios, puede que no tengan éxito. Sin embargo, tiene que ser deliberado en su enfoque.
A medida que participe con su jefa en las actividades diarias, trate de identificar los mensajes detrás de su discurso y comportamiento. Las palabras y los hechos importan, por supuesto, pero los valores que los sustentan suelen significar más. Escuchar con buen oído y observar con un ojo agudo puede marcar la diferencia a la hora de entender, no solo etiquetar, el estilo de comunicación de su gerente.
Piense en la declaración «Mi puerta está siempre abierta», que muchos jefes hacen a sus subordinados directos. Esa frase aparentemente transparente puede tener varios significados. Estos son tres ejemplos:
Rebecca:
Cuando dice: «Mi puerta está siempre abierta», Rebecca lo dice literalmente. Para fomentar la honestidad y la camaradería, quiere que la gente se sienta libre de acercarse a ella en persona en cualquier momento. Le da vigor cuando un subordinado directo tiene una idea y viene espontáneamente a su oficina para compartirla. Cuando surge un problema, quiere enterarse de ello inmediatamente, porque eso le asegura que todos trabajan en equipo. Se pone nerviosa cuando la gente que viene a hablar con ella cierra la puerta detrás de ellos. De hecho, le preocupa que sus colegas vean una puerta cerrada como prueba de hipocresía. Si Rebecca debe hablar con alguien con total privacidad, reserva una sala de reuniones.
Raúl:
La política de puertas abiertas de Raúl es una política que espera que la gente observe en espíritu, no en términos absolutos. La puerta de su oficina está abierta el 90% del tiempo, pero cuando la fecha límite es inminente, la cierra para poder concentrarse, especialmente si escribe. Quiere que la gente lo vea como alguien fácil de abordar y «siempre disponible», pero ve el correo electrónico y las reuniones de equipo como formas legítimas de que la gente contacte con él. Si alguien lo considerara hipócrita por cerrar la puerta de vez en cuando, Raúl pensaría que la persona carece de sentido común.
Janice:
Janice trabaja en un cubículo con paredes bajas, al igual que todos sus subordinados directos, así que ni siquiera tiene puerta. Para ella, una «puerta abierta» no es más que una metáfora de la forma en que los colegas trabajan juntos. No quiere que la gente tema cometer errores, ni siquiera delante de ella. Pero también da mucha importancia a dar a la gente el espacio mental necesario para hacer su trabajo con tranquilidad y para considerar las propuestas deliberadamente antes de ponerlas en práctica. Quiere que sus subordinados directos compartan ideas novedosas, pero espera que las presenten por escrito antes de pedir a otras personas que reaccionen. Para Janice, una puerta abierta no significa una «respuesta instantánea», una frase que utiliza a menudo para describir un trabajo torpe.
A pesar de lo variadas que sean estas interpretaciones de «puertas abiertas», al menos Rebecca, Raúl y Janice dan a sus empleados algo para seguir. Algunos gerentes ni siquiera tienen una política explícita sobre cómo (y con qué frecuencia) comunicarse con ellos.
Extraído de
Gerente de 20 minutos: Gestionando
Desarrollo organizacional Libro
- Harvard Business Review
12.95
Sea cual sea el estilo de interacción preferido de su gerente, probablemente tendrá que investigar un poco para averiguarlo. Empiece por hacerse estas preguntas:
- ¿Mi mánager escucha o lee? Los oyentes quieren oír la información primero y leer sobre ella después. Los lectores prefieren ver un informe escrito antes de discutirlo con usted.
- ¿Prefiere datos y cifras detallados o simplemente un resumen? Si le gustan los detalles, céntrese principalmente en la precisión y la integridad; si prefiere una visión general, haga hincapié en la claridad y la nitidez de la idea principal.
- ¿Con qué frecuencia quiere recibir información? Puede que su gerente siempre quiera recibir actualizaciones en momentos específicos o puede que tenga diferentes umbrales para cada proyecto, como informes diarios sobre las iniciativas críticas y actualizaciones periódicas sobre las iniciativas secundarias.
Cada intercambio de información con su gerente tiene implicaciones para la productividad. Estos consejos le ayudarán a ser más eficiente:
- Al hablar de los plazos, utilice un lenguaje específico. Defina una fecha determinada, incluso una hora específica, si procede. Evite compromisos vagos como «en algún momento de la semana que viene», «lo antes posible» o «tan pronto como podamos hacerlo».
- Sea honesto acerca de lo que puede y no puede soportar. Cuando se comprometa con una tarea, identifique claramente los recursos que necesita para realizar el trabajo.
- Identifique sus objetivos de forma explícita cada vez que se comunique con su gerente.
- Haga preguntas para aclarar lo que no entiende. Pregunte por las oportunidades de seguimiento en caso de que se le ocurran otras preguntas más adelante.
Este post está adaptado del libro Harvard Business Review Press Managing Up (serie Manager de 20 minutos).
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