Digital Body Language

Conviértete en un gran comunicador digital.

Respuestas tardías por correo electrónico, mensajes ambiguos, videollamadas incómodas... En el mundo actual, en el que muchas de nuestras interacciones diarias se producen detrás de una pantalla, a veces parece que hemos perdido la capacidad de comunicarnos eficazmente entre nosotros.

Y es cierto: sin el lenguaje corporal tradicional para transmitir -o darnos pistas sobre- el tono y el significado, a menudo resulta confuso qué, cuándo y cómo decir las cosas. Pero, en realidad, hay docenas de pistas digitales a nuestra disposición. Sólo tenemos que aprender a sintonizarlas.

Este resumen destaca lo que se debe y no se debe hacer en los intercambios virtuales para evitar malentendidos y fomentar la conexión. Si dominas tu lenguaje corporal digital, ahorrarás tiempo, te preocuparás menos y te asegurarás de que tu voz se oye alto y claro, sin importar la distancia física.

Si quieres comunicarte eficazmente en la era virtual, tienes que sintonizar con tu lenguaje corporal digital.

Ésta es una historia demasiado común.

Si quieres comunicarte eficazmente en la era virtual, tienes que sintonizar con tu lenguaje corporal digital.

Laura y Dave estaban discutiendo por SMS. Iban y venían durante horas. Finalmente, Laura se dio por vencida y escribió: ¿Hemos terminado? Dave respondió: Supongo que sí. Devastada por la pérdida de su relación de tres años, Laura llamó al trabajo para decir que estaba enferma al día siguiente. Esa noche, Dave apareció en su puerta, preguntándose por qué no había ido a cenar como estaba previsto.

Probablemente sepas adónde va esto. Laura pensaba que habían terminado, mientras que Dave quería decir que habían terminado de discutir. Ups.

Laura y Dave no están solos en su confusión. Nos enviamos una cantidad increíble de mensajes cada día. Y muchos de estos mensajes se toman a mal. Por ejemplo, el correo electrónico. Cada día se intercambian 306.000 millones de correos electrónicos; una persona media envía 30 y recibe 96. Según el Journal of Personality and Social Psychology, el tono de nuestros correos electrónicos se malinterpreta el 50 por ciento de las veces.

Nuestro desconcierto se reduce al hecho de que estamos sin tono, en el sentido más literal. El antropólogo Edward T. Hall tenía un nombre para las señales no verbales -como el contacto visual, las sonrisas, las pausas, los bostezos, el tono, el volumen, la postura y la proximidad- que constituyen casi tres cuartas partes de la comunicación cara a cara. Las llamó "el lenguaje silencioso".

El problema es que el lenguaje silencioso no es exactamente visible desde detrás de una pantalla. Y la brecha entre la intención y la interpretación en el mundo digital no hace más que aumentar por el efecto de desinhibición online. Esto ocurre cuando nos soltamos y nos expresamos con un nivel de informalidad que nunca tendríamos fuera de Internet.

¿Qué dice todo esto para el lugar de trabajo moderno, donde aproximadamente el 70% de la comunicación entre equipos es virtual? ¿O para nuestras vidas personales, especialmente durante la pandemia COVID-19, donde la socialización en línea es más frecuente que las reuniones en persona?

En este resumen, voy a explorar nuestra comprensión del lenguaje corporal y redefinirlo para el mundo contemporáneo. Si nos centramos en cómo decimos algo, así como en qué decimos -en otras palabras, si tomamos conciencia de nuestro lenguaje corporal digital -, creo que podemos aumentar la productividad, potenciar el bienestar mental y asegurarnos de que somos lo mejor de nosotros mismos, incluso en Internet.

En pantalla, tu lenguaje corporal físico se traduce en puntuación, tiempo y medio.

Hora de otra historia.

Tu lenguaje corporal se traduce en puntuación, tiempo y medio.

Un día, Jack, un gerente de nivel medio, recibió un correo electrónico de su jefe. Terminaba con una simple frase: Estará bien. (punto).Pero todo no iba bien. Ese punto perseguía a Jack. Era una microbomba: desaprobadora y mortal. Jack se preocupó y se preocupó. ¿Por qué su jefe había utilizado un punto? ¿Por qué no había utilizado un signo de exclamación?

Podría decirse que el punto fue en su día el signo de puntuación más aburrido del mundo, utilizado para indicar que una frase había terminado. Pero hoy en día, el puntito negro ha adquirido un significado exagerado y a menudo involuntario. Cuando un amigo, un colega o, en este caso, el jefe de Jack, termina un mensaje con un punto, suele considerarse un signo de agresión. Contacto visual directo. Un motivo de alarma.

Por otra parte, los signos de exclamación han pasado de transmitir énfasis, urgencia o excitación a utilizarse también como indicador general de amabilidad; corres el riesgo de que te consideren frío si no utilizas signos de exclamación.

Por otra parte, los signos de exclamación han pasado de transmitir énfasis, urgencia o excitación a utilizarse también como indicador general de amabilidad.

Como ya no podemos confiar en el sonido y el tono de nuestra voz, cada palabra y cada señal cuentan. La era digital es visual: las señales que antes estaban implícitas en el lenguaje corporal ahora tienen que hacerse explícitas en línea.

Si la puntuación traduce la emoción en persona, el tiempo que tardas en pulsar Enviar señala respeto. Las conversaciones digitales suelen ser asíncronas, lo que significa que no ocurren en "tiempo real". Este tipo de comunicación puede resultar muy cómoda, o insoportablemente lenta. Nuestros cerebros tienen una forma creativa de llenar el espacio en blanco con pensamientos ansiosos, especialmente en situaciones en las que la confianza es escasa y la dinámica de poder está desequilibrada.

Por último, el medio que elijas indica hasta qué punto das prioridad a una conversación. Cada canal -ya sea correo electrónico, texto o teléfono- tiene sus propios subtextos subyacentes. Aprender a manejar eficazmente este complejo arsenal es un signo de profesionalidad.

Ahora que conoces los conceptos básicos, es hora de hablar por hablar, o mejor dicho, escribir la charla. Mis cuatro leyes del lenguaje corporal digital exponen exactamente cómo poner en práctica este nuevo ideal de comunicación en tu vida diaria. Mi objetivo es que pases menos tiempo obsesionado con ese punto (o con la falta de signos de exclamación) y más tiempo sintiéndote tranquilo y productivo.

Valorar visiblemente significa demostrar explícitamente que estás atento, eres consciente y aprecias a los demás.

La falta de respeto en una relación se escribe D-O-O-M. En el lugar de trabajo, puede acabar con la motivación, los esfuerzos de colaboración y la satisfacción laboral. Y sin embargo, más del 50% de los empleados afirman que no reciben suficiente respeto de sus jefes. ¿Son todos los jefes unos imbéciles desconsiderados? ¿O simplemente son inconscientes?

¿Pero y si simplemente no muestran respeto de una forma que los empleados puedan reconocer?

La primera ley del lenguaje corporal digital reconoce esta desconexión. Se centra en el hecho de que el aprecio no expresado debe convertirse en expresado en el mundo actual. Valorar visiblemente significa perfeccionar nuevas habilidades para demostrar de forma proactiva que valoras las contribuciones de los demás y comprendes sus necesidades.

El primer principio de valorar visiblemente es demostrar que prestas atención: "leer atentamente es la nueva escucha". Para ello, haz siempre referencia a los detalles en tus comunicaciones. Demuestra que dedicas tiempo a considerar los temas y que te importa el trabajo que ha hecho la otra persona. No hace falta decirlo, pero asegúrate de que escribes bien su nombre

En segundo lugar, demuestra conciencia practicando el reconocimiento radical y respetando el tiempo de los demás. Nos referimos a no retrasar las respuestas a los correos electrónicos, cancelar reuniones con poca antelación o realizar varias tareas a la vez durante las conferencias telefónicas, algo que, según un estudio, hace la friolera del 65% de las personas. Para solucionarlo, procura prohibir el botón de silencio en las llamadas de equipo, y haz que las reuniones sean atractivas y concisas.

También puedes practicar la conciencia reconociendo las diferencias de carácter individuales. Equilibrar las voces de los extrovertidos y los introvertidos en las llamadas o en los intercambios rápidos por correo electrónico puede ser difícil; incluso en la esfera digital, las voces más altas tienden a monopolizar las conversaciones. Los extrovertidos pueden beneficiarse del acceso a entornos sociales adicionales, como las salas de descanso. Para apoyar a los introvertidos, envíales preguntas antes de las reuniones para que tengan tiempo de procesarlas y prepararlas, y programa tiempos muertos entre las llamadas.

Por último, valora el trabajo de los introvertidos.

Por último, valorar visiblemente significa mostrar aprecio - el equivalente de una sonrisa o una nota de agradecimiento manuscrita en forma digital. Si tienes alguna duda de que la gratitud es importante, ten en cuenta este estudio, publicado en el Diario de Personalidad y Psicología Social.

Se pidió ayuda a los participantes para escribir una carta de presentación. La mitad recibió un correo electrónico con una línea que incluía las palabras ¡Muchas gracias!, mientras que la otra mitad recibió el mismo correo electrónico sin el agradecimiento. ¿Adivina quién tenía más del doble de probabilidades de ofrecer ayuda? (Sí, es una pregunta retórica.)

Comunicar con cuidado implica elegir las palabras, el tono y el canal adecuados.

Una encuesta reciente reveló que hasta el 80% de todos los proyectos se ven perjudicados por la falta de claridad y detalle, y que el 56% de los proyectos estratégicos se desmoronan por culpa de una comunicación deficiente. ¿El resultado? 75 millones de dólares perdidos por cada 1.000 millones gastados, y esto sólo en EE.UU.

Por eso mi segunda ley del lenguaje corporal digital es comunicar con cuidado. Como su nombre indica, implica hacer un esfuerzo concertado para frenar los malentendidos siendo siempre lo más claro posible.

Para ello, debes ser perspicaz en aspectos como la elección de palabras, la puntuación, los matices y el humor.

Pero espera.

Pero espera. ¿Eso no es cosa de escritores profesionales? Pues no. Al igual que leer con atención es la nueva forma de escuchar, "escribir con claridad es la nueva empatía", y muchos líderes la consideran una ventaja competitiva fundamental.

Además de ser impecable con tus propias palabras, es esencial leer la sala, es decir, adaptar tu tono a tu audiencia. Piensa en cómo se puede percibir lo que dices, sobre todo en función de tu rango. Y recuerda siempre que, cuando te comuniques con tu jefe o tus colegas, debes pecar de neutralidad.

Los saludos y las firmas también indican el tono. Si quieres una respuesta rápida y sin rodeos, añade un título formal en tu firma de correo electrónico. Por otra parte, empezar un correo electrónico con Hey o añadir una carita sonriente a una frase es señal de que eres bastante informal.

Para mantener el control de las conversaciones digitales, sé consciente del canal que utilizas. La longitud, la complejidad y la familiaridad -tanto con el tema como con el destinatario- deben influir en tu elección. Por ejemplo, si te parece que los mensajes improvisados no hacen justicia a un tema serio y complejo, elabora una respuesta más deliberada por correo electrónico.

En el caso de correos electrónicos más largos, aporta claridad con títulos en negrita o subrayados, y comparte el contexto desde el principio. Ten siempre en cuenta el impacto visual de tu mensaje; lo último que quieres es abrumar a tu audiencia.

Comunicar con cuidado es asegurarse de que todo el mundo está en la misma página. Cuando se producen malentendidos, a menudo se deben a una palabra o a un signo de puntuación fuera de lugar. Por tanto, te ruego que te asegures de corregir tu texto.

Si un mensaje te confunde, haz preguntas de seguimiento. Si el medio no funciona, cámbialo; a veces, una llamada de teléfono vale más que mil correos electrónicos. Si el problema es el tono, asume que las intenciones eran buenas, y responde con hechos.

Al interpretar el lenguaje corporal digital, es fundamental conceder a la gente el beneficio de la duda. Al igual que en la vida real, si hemos ofendido a alguien, a menudo somos los últimos en enterarnos.

Para colaborar con confianza, sé coherente, mantente informado y responde con paciencia.

Puede que pensemos en los "plazos" como la pesadilla de nuestra existencia, pero antaño, realmente lo eran: durante la Guerra Civil Americana, los prisioneros que cruzaban estas líneas fronterizas del campo eran fusilados. Hoy, por suerte, el término tiene algo menos de peso. Sin embargo, aunque es probable que no te maten por sobrepasar los plazos en el lugar de trabajo moderno, cumplirlos sigue planteando sus propios retos.

Tómate un Tiempo libre.

Toma como ejemplo un estudio de Fortune que recientemente informó de que el 60 por ciento de los empleados tienen que consultar con al menos diez compañeros al día sólo para hacer su trabajo. Tradicionalmente, era fácil pasar por la mesa de un colega para hacer una consulta rápida: ¿Tienes un minuto? Hoy en día, con numerosos compañeros repartidos por diferentes departamentos y zonas horarias, es mucho más difícil, y esto hace que la necesidad de un marco coherente y realista sea aún más necesaria.

La coherencia es la clave del éxito.

La coherencia es un rasgo distintivo de Colaborar con confianza, la tercera ley del lenguaje corporal digital. Los mensajes erróneos o confusos pueden causar confusión y provocar la cancelación de reuniones, la inacción o incluso el caos.

Para mantener a los equipos informados y al día de lo que ocurre, reúnete con ellos regularmente. Para mantener el rumbo, es importante establecer objetivos explícitos desde el principio: pregúntate a ti mismo y a los demás ¿Cómo es el éxito?, y recuerda definir plazos y expectativas bien pensados. Podrías, por ejemplo, terminar las llamadas telefónicas preguntando: ¿Quién va a hacer qué y cuándo??

También te aconsejo que estés disponible para cualquier pregunta; al fin y al cabo, es más probable que los miembros del equipo sigan motivados si pueden ponerse en contacto contigo. Dicho esto, un aspecto crucial de la colaboración segura también significa permitirte a ti mismo, y a los demás, el tiempo necesario para elaborar respuestas cuidadosas y pacientes.

Todos sabemos que responder a los mensajes cuando estás cansado, frustrado o enfadado sólo te hará perder el tiempo; ¡así que no lo hagas! Aunque la comunicación asíncrona tiene sus inconvenientes, también nos da la oportunidad de meditar nuestras palabras en lugar de soltar cosas de las que nos arrepentimos inmediatamente.

Así que guarda tu correo electrónico como un medio de comunicación asíncrona.

Así que guarda tu correo electrónico como borrador y espera hasta 24 horas -un plazo totalmente aceptable- para revisarlo y enviarlo. Con un poco de suerte, para entonces, ya no estarás revolviéndote bajo una nube gris.

Para fomentar un entorno de Confianza Total, sé vulnerable y capacita a los demás para que se apropien de sus ideas.

En 2016, Microsoft lanzó un chatterbot llamado Tay. Estaba destinado a marcar el comienzo de nuevos niveles de interacción entre humanos e inteligencia artificial. Casi inmediatamente, los trolls de Twitter se apoderaron de él y le enseñaron a tuitear palabras e imágenes ofensivas e inapropiadas. A las 24 horas de su aparición, Tay fue retirada para siempre.

El consejero delegado de Microsoft, Satya Nadella, podría haber estallado ante el descuido de su equipo. En lugar de eso, les escribió un correo electrónico: "Seguid empujando, y sabed que estoy con vosotros . . la clave es seguir aprendiendo y mejorando". Sabía que crear una atmósfera de fracaso y miedo aplastaría la innovación futura, así que optó por invertir en confianza.

Cuando se cumple la cuarta ley del lenguaje corporal digital y puedes Confiar Totalmente, puedes asumir riesgos calculados sabiendo que tus compañeros de equipo te apoyarán y trabajarán juntos para lograr el éxito. Del mismo modo, tener la seguridad de que no te dispararán por salirte de los límites -o de que un punto no es más que un puntito negro- te libera a ti y a quienes te rodean para actuar sin miedo y probar cosas nuevas.

Para crear esta dinámica, lo primero y más importante es hacer hincapié en la vulnerabilidad. Predicar con el ejemplo facilita que los miembros del equipo acepten la incertidumbre de la incomodidad. Afirmaciones como "Las operaciones no son mi fuerte, y estoy abierto a tus sugerencias" o "Puede que me esté perdiendo algo, ¿puedes ayudarme?" pueden animar a los compañeros a hablar. Admitir que necesitas aportaciones también les recuerda lo mucho que aprecias sus contribuciones.

Por último, capacita a los demás.

A continuación, capacita a los demás. Esto implica confiarles plenamente su trabajo y proporcionarles los medios para llevarlo a cabo. Fomenta un entorno de seguridad psicológica tanto en los buenos como en los malos momentos. Esto permite a las personas saber que siempre pueden introducir una perspectiva controvertida o decir, Esto no me está funcionando, sin preocuparse por las consecuencias.

Por lo general, el trabajo de los demás no es fácil.

Inevitablemente, surgirán errores y malas ideas. Recuerda criticar la acción - no a la persona. Y, como en el caso de Tay, sigue mostrando tu apoyo. Puede que descubras que en un lugar de trabajo de confianza absoluta, incluso un colega pasivo-agresivo o dominante se transformará en un socio decente y colaborador.

Ahora que ya sabes cómo valorar visiblemente, comunicar con cuidado, colaborar con seguridad y confiar totalmente, en el último par de resumen veremos cómo el lenguaje corporal digital puede orientarse específicamente para trascender las diferencias de género, geográficas y generacionales.

El lugar de trabajo digital puede aplanar los prejuicios de género tradicionales.

Penelope Gazin y Kate Dwyer estaban pasando por un momento difícil. Acababan de lanzar Witchsy, un mercado en línea de productos artísticos inusuales, y estaban recibiendo una correspondencia electrónica más que condescendiente de posibles clientes y colaboradores.

Penélope Gazin y Kate Dwyer.

En ese momento contrataron a un cofundador varón, Keith, que se encargó de las relaciones públicas. Como era de esperar, el hecho de tener un cofundador varón impulsó inmediatamente el negocio de las mujeres. ¿El truco? Keith no era más que un nombre en una pantalla.

¿Un efecto menos dramático pero más extendido de la comunicación basada en texto? Representa una forma sin precedentes de que las mujeres compartan la autoridad en una fuerza de trabajo dominada por los hombres. Esto se debe a que las palabras escritas restan importancia a los signos tradicionales de liderazgo, como el timbre de voz.

Al mismo tiempo, ciertas normas tradicionales de género se están amplificando en los entornos profesionales. Según la Harvard Business Review, las mujeres necesitan ser vistas como cálidas y confiadas para que se reconozca su competencia. Los hombres competentes, en cambio, son vistos como tales, al margen de los datos emocionales adicionales.

En cualquier caso, es importante ser fiel a tu auténtico yo, pero también adaptarte al tono de tu lugar de trabajo. No utilizar exclamaciones suavizantes puede causar ansiedad entre los compañeros; simplemente cambiar un OK por un ¡Bien, genial!, por ejemplo, puede crear camaradería y contribuir en gran medida a aumentar la confianza y el compromiso de tu equipo.

Como líder, puedes eliminar cualquier expectativa de sutileza estableciendo la norma general de empezar todos los correos electrónicos del lugar de trabajo con WINFY, es decir, "Qué necesito de ti". Para transmitir confianza, evita disculparte en exceso ("¡Lo siento muchísimo!") y el lenguaje evasivo ("¿Podrías...?"). Un práctico complemento de Gmail llamado Sólo no lo siento puede ayudarte con esto.

No hay duda de que los prejuicios sexistas son reales, pero este nuevo y valiente mundo digital está ayudando a nivelar el terreno de juego. Así que, tanto si estás redactando un correo electrónico como organizando una llamada de equipo, comprueba tus propios prejuicios implícitos. No alimentes los estereotipos y piensa a qué voces podrías amplificar. Recuerda que cada uno de nosotros tiene el poder de romper el statu quo.

Supera las divisiones siendo consciente de las diferencias de comunicación entre culturas y generaciones.

Aquí tienes una pregunta: ¿Es Habla ahora o calla para siempre o Al pato más ruidoso se le dispara? Aquí tienes otra: Supongamos que una persona criada en Occidente y otra criada en China son colegas. ¿Quién es más propenso a tener una lluvia de ideas en voz alta? y ¿quién pensará en silencio?

A menudo no nos damos cuenta de cómo las historias de la infancia o la educación cultural influyen en nuestros estilos de comunicación. Y así, cuando las normas de otra persona chocan con las nuestras, la juzgamos como demasiado llamativa o demasiado formal sin pararnos a considerar las circunstancias. ¿Qué está pasando aquí?

Los expertos en comunicación suelen dividir el mundo en dos tipos de expresión cultural. Las culturas de alto contexto -países de África, Asia, Oriente Medio, el Mediterráneo, Europa Central y Latinoamérica- se basan en la comunicación implícita y en las señales no verbales. Pero en las culturas de contexto bajo -la mayoría de los países occidentales de habla inglesa, incluidos EE.UU. y el Reino Unido- la comunicación verbal explícita es esencial.

Para prosperar en culturas de alto contexto, lee entre líneas, construye relaciones duraderas y emplea las interacciones cara a cara y por teléfono para fomentar la confianza. Comienza los correos electrónicos con un saludo cortés, seguido de la pregunta en cuestión y, a continuación, una nota personal, como ¿Qué tal las vacaciones? Ten en cuenta las jerarquías: eso puede significar enviar una copia a un gerente.

En culturas de bajo contexto, los correos electrónicos y mensajes directos pueden ser suficientes para establecer relaciones sólidas. Utiliza texto en negrita y viñetas para resaltar los detalles, acepta sólo las tareas que pienses llevar a cabo y no mezcles los negocios con el placer... y asegúrate de que todos tus mensajes sean legibles en un smartphone.

Pero no es sólo de dónde vienes. Tu generación también influye en cómo utilizas y percibes los dispositivos de comunicación. Así que pregúntate: ¿Eres un nativo digital o un adaptador digital? Para alguien que ha crecido enviando mensajes de texto, los correos electrónicos se consideran formales, y recibir una llamada telefónica de improviso puede desencadenar el pánico. Pero para alguien que ha tenido que adaptarse más tarde a las interfaces digitales, los correos electrónicos son conversaciones informales y las llamadas telefónicas son pan comido.

En lugar de intentar imponer tus preferencias a nadie, sé abierto. La fobia al teléfono puede prevenirse fácilmente enviando un mensaje de texto o un correo electrónico preliminar para programar una llamada. Y ¡apóyate en los emojis! No hace falta que superes a la media de la gente y envíes 96 al día, pero un emoji vivo de vez en cuando puede ser un atajo útil para transmitir una intención.

Por último, no te olvides de los emojis.

Por último, no tengas miedo de discutir las diferencias. Como en toda comunicación, la clave es una actitud curiosa y no acusadora. En otras palabras, un signo de interrogación / es mejor que un signo de exclamación /-punto.

Conclusiones

El mensaje clave de estas Conclusiones es que:

A medida que nuestras vidas profesionales y personales se digitalizan cada vez más, ya no disponemos del lenguaje corporal tradicional para facilitar el entendimiento, y nuestra comunicación (así como la productividad y la moral) se resienten por ello. Para reducir las fricciones y desterrar la confusión, necesitamos establecer un lenguaje corporal digital universal basado en cuatro principios básicos: valorar visiblemente, comunicar cuidadosamente, colaborar con seguridad y confiar totalmente. Poner en práctica estos comportamientos con conciencia y apertura dará lugar a vínculos adaptables y resistentes que prosperan a través de los géneros, las generaciones y las culturas.

Y aquí tienes una lista de los principios básicos de la comunicación digital

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Y aquí van algunos Consejos Accionables:

Crea momentos virtuales en el refrigerador de agua.

Cambian muchas cosas cuando pasamos al trabajo a distancia. Pero los estudios demuestran que lo que más echamos de menos son las interacciones sociales espontáneas: pasar por la mesa de alguien para saludarle, preguntar a una compañera preocupada si se encuentra bien o analizar juntos ese episodio de Netflix. Estos momentos en la fuente de agua son cruciales para crear camaradería y confianza, a la vez que nos ayudan a mantener el pulso de nuestro lugar de trabajo. Entonces, ¿qué hacer en ausencia de un verdadero refrigerador de agua? Es fácil: crea un tiempo en línea para pasar el rato y hablar de lo que te apetezca: de cinco a diez minutos al principio de una reunión de equipo pueden bastar.

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