Aplaste la barrera del "no soy creativo
por Jeff Dyer, Hal Gregersen, Clayton M. Christensen
¿Sabía que si cree que es creativo, tiene más probabilidades de serlo realmente? Este sorprendente hecho aparece una y otra vez en nuestra investigación. En nuestra base de datos de más de 6.000 profesionales que se han sometido a las autoevaluaciones y evaluaciones 360 del ADN del innovador, las personas (empresarios y directivos por igual) que “están de acuerdo” con la declaración de la encuesta “Soy creativo” aportan sistemáticamente soluciones disruptivas, creando nuevos negocios, productos, servicios y procesos que nadie ha hecho antes. Se ven a sí mismos como creativos y actúan de ese modo.
Pero, ¿y si usted no se ve a sí mismo como creativo? ¿Es usted en realidad menos creativo?
Es importante plantearse esta pregunta porque muchos de ustedes -probablemente la mitad- no se consideran creativos. En todo el mundo preguntamos regularmente a grupos de 100 a 1.000 directivos y ejecutivos: “¿Es usted creativo?”. Con la constancia de un reloj, en el mejor de los casos la mitad de las manos de la audiencia se levantan lentamente. No se trata exactamente de una muestra y una metodología científicas, pero son datos lo bastante directos como para ver que la mayoría de los directivos no se definen a sí mismos como creativos (y por si sirve de algo, hacer la pregunta socialmente más aceptable “¿Es usted innovador?” ofrece una respuesta igualmente anémica).
La mala noticia es que si usted no se considera creativo, los datos de nuestra encuesta dicen que probablemente no lo sea. Pero hay una buena noticia: en realidad puede volverse más creativo cambiando su mentalidad. Cualquiera puede innovar, si así lo decide. Los innovadores disruptivos lo hacen por elección, no por casualidad. Sus acciones cotidianas cambian una mentalidad de “no soy creativo” por otra de “soy creativo”. Y entonces se desarrollan cosas mágicas (que no místicas).
La magia se materializa a medida que las personas ponen en marcha habilidades de innovación únicas (lo que llamamos su ADN innovador) a diario. Por ejemplo, haciendo preguntas provocadoras, observando como antropólogos, estableciendo contactos con personas que ven el mundo en 180 grados opuestos y experimentando con intensidad, los innovadores borran la barrera cerebral del “no soy creativo” y, la mayoría de las veces, se desmarcan de la manada.
Stepan Pachikov, fundador de Evernote (software personal que recupera cualquier tipo de información siempre que la necesite), aprovechó su ADN de innovador para crear un producto con uno de los seguidores más fieles que existen. De principio a fin, Pachikov se obsesionó con una única pregunta: “¿Qué tipo de base de datos me ayudará a recordar cosas?”. Tomó esta sencilla pregunta e hizo algo con ella, no sólo para sí mismo sino para millones de personas. Observó de primera mano cómo la gente intenta realmente recordar cosas. Habló con un montón de gente desde distintos ángulos sobre el problema de la memoria (encontrar lo que quieres cuando lo quieres). Rápidamente creó un prototipo de software para hacerlo funcionar.
¿El resultado? Un producto que cambia vidas al permitir a las personas olvidadizas recordar cosas que antes no podían. Sí, cambia vidas. Siempre que mencionamos Evernote ante el público, al menos el 20% de los usuarios del grupo afirman con verdadera emoción que realmente les ha cambiado la vida. Aprovechando su cartera personal de habilidades de innovación, Pachikov colaboró con colegas de Evernote, incluido el CEO Phil Liblin, para construir un producto de éxito que tiene un impacto poderoso y positivo.
Si cree que sus esfuerzos de innovación podrían estar bloqueados por una barrera cerebral del tipo “no soy creativo”, realice este rápido test de diagnóstico de cinco preguntas (extraído de nuestra evaluación de 60 ítems, que capta las habilidades del ADN del innovador con mucha más profundidad), o páseselo a alguien que parezca atascado en un estancamiento creativo. ¿Está de acuerdo con las siguientes declaraciones? Un simple sí o no funciona bien para cada una.
Pensamiento asociativo: Resuelvo problemas desafiantes de forma creativa recurriendo a ideas o conocimientos diversos.
Cuestionamiento: A menudo hago preguntas que cuestionan los supuestos fundamentales de los demás.
Observación: Obtengo ideas innovadoras observando directamente cómo interactúan las personas con los productos y servicios.
Creación de redes de ideas: Hablo regularmente con un conjunto diverso de personas (por ejemplo, de diferentes funciones, industrias, geografías) para encontrar y perfeccionar nuevas ideas empresariales.
Experimentación: Experimento con frecuencia para crear nuevas formas de hacer las cosas.
Si ha respondido que no a tres o más preguntas, probablemente se esté topando con la barrera de “no soy creativo”.
Volverse más creativo requiere actuar de forma más creativa - a diario - para conquistar los problemas más enojosos a los que se enfrenta, personal o profesionalmente. Suena engañosamente sencillo, pero actuar y pensar de forma diferente en realidad nos hace diferentes. Debe buscar cosas que cambiar. Debe dedicarle tiempo - mucho tiempo. El problema es que si cree que no puede, no lo hará. Recuerde ese viejo dicho: “Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, en cualquier caso probablemente tengas razón”. A medida que llegamos a definirnos como creativos, cambiamos nuestros comportamientos y podemos llegar a ser más creativos. Hacer esto es la clave para mantener una ventaja creativa, o para recuperarla.
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