Cómo planificar el cuidado de los niños en tiempos de incertidumbre

Cuando llegó la COVID-19, se les quitó la base del cuidadoso equilibrio de todas las familias trabajadoras, a saber, la escuela y la guardería. Ahora las familias están buscando opciones de educación subóptimas y otras se están enfrentando a cuestiones difíciles, como entender los riesgos de enviar a un niño de vuelta a la guardería, si pueden pagar los gastos de un tutor, niñera o niñera a tiempo parcial, si se trata de la oportunidad de acercarse a la familia en busca de ayuda o si reducir los gastos en el trabajo para ayudar a capear la incertidumbre de la familia. El autor recomienda un enfoque de tres pasos para ayudar a los padres que trabajan a elaborar planes que puedan adaptarse a una variedad de situaciones: primero, enumere sus prioridades y elija las tres que más quiera proteger. Luego, planifique varios planes para cada prioridad: un plan A, B y C. Por último, ponga los planes en práctica con suficiente margen.

••• Lisa y Geoff son una pareja de doble carrera que vive en Chicago, Illinois, con sus hijos de seis y ocho años. Hasta marzo pasado, gestionar dos carreras y dos hijos era un desafío, especialmente sin familia en la ciudad, pero habían descubierto una rutina que les funcionaba. Los niños estaban en el jardín de infantes y segundo grado en una escuela del barrio que les encantaba y que también tenía un excelente programa extracurricular. El trabajo era exigente y atractivo, pero manejable. Como la mayoría de las familias actuales, no fue fácil, pero funcionó. Luego llegó la Covid y se les quitó la base del cuidadoso equilibrio de todas las familias trabajadoras, a saber, la escuela y la guardería. Si bien Lisa y Geoff se las arreglaron para arreglar las cosas durante el resto del año escolar y durante el verano, tenían la esperanza de que el otoño devolviera a cierta apariencia de estructura y certeza. Esa esperanza se hizo añicos cuando, como muchos distritos escolares de todo el país, su escuela anunció opciones de aprendizaje 100% remoto o un modelo híbrido limitado de dos días de clases y tres días a distancia. Ahora Lisa y Geoff, como otros millones de padres que trabajan, se preguntan cómo se las van a arreglar. Algunos están buscando opciones subóptimas para la educación, intentando decidir si la estructura, la socialización y el apoyo de un aula presencial superan los riesgos para la salud y la complejidad adicional de gestionar el aprendizaje remoto en casa (si es que se les da la opción). Otros están sopesando cuestiones diferentes: entender los riesgos de enviar a un niño de vuelta a la guardería; si puede pagar los gastos de un tutor, una niñera o una niñera a tiempo parcial; si esta es la oportunidad de acercarse a la familia en busca de ayuda; o si uno de los miembros de la pareja necesita reducir sus gastos en el trabajo para ayudar a capear la incertidumbre de la familia. Como fundador y CEO de una empresa que crea software para ayudar a los padres que trabajan a gestionar las complejidades semanales de dirigir una familia, he visto variaciones de estos dilemas en miles de hogares. Hay diferentes prioridades y situaciones para cada una, pero la preocupación, la ansiedad y el agotamiento son todos iguales. Lo que hemos descubierto es que hay dos cosas en juego: 1. **Hacer frente a la incertidumbre constante:** Además de los desafíos actuales en el trabajo y el hogar, los padres están gestionando la carga cognitiva y el agotamiento de hacer (y ajustar) planes que pueden quedar obsoletos rápidamente. 2. **La falta de cuidado infantil hace que todo sea inestable:** Para la mayoría de las familias, las escuelas son una parte fundamental del cuidado infantil diario. Sin la escuela presencial, los padres sienten incertidumbre en todos los demás aspectos de sus vidas, desde su capacidad para trabajar hasta su salud mental. Y dado que las guarderías limitan el tamaño de las clases y otras no vuelven a abrir, este estrés se extiende a la mayoría de los padres con hijos menores de 12 años. En vista de ello, hemos descubierto que es importante ayudar a los padres a elaborar planes que se adapten a sus necesidades específicas, pero que también se puedan adaptar a una variedad de situaciones. Estos son tres pasos para que pueda hacer lo mismo. ### **Comience con sus prioridades.** Los padres ya son quienes dan prioridad, pero en tiempos de mayor incertidumbre, tenemos que proteger las cosas más importantes, pase lo que pase. Haga una lista de todas las prioridades posibles en la vida de su familia. (Para que no parezca abrumador, concéntrese únicamente en el próximo trimestre.) Entonces, elija las tres que más quiera y necesite proteger. Esto no significa que los demás no sean importantes, sino que cada vez que los tres primeros estén en peligro, el resto tendrá que pasar a un segundo plano. Por ejemplo, un padre soltero que viva cerca de abuelos de alto riesgo puede priorizar la salud de sus familiares lejanos, su trabajo y la salud social y emocional de su familia. Una pareja que trabaja dos veces con hijos de primaria puede priorizar su relación, la logística coherente y ambos trabajos. Y una familia con un solo ingreso con un hijo de alto riesgo puede anteponer la educación, la salud física y el trabajo de los padres. A pesar de que cada una de estas familias tiene necesidades básicas de cuidado infantil, sus prioridades guiarán las opciones que exploren. Una lista inicial de prioridades que debe tener en cuenta incluye: - Familia lejana - Relaciones con su pareja o hijos - Educación y aprendizaje adicional - Salud física - Salud social/emocional y mental - Socializar con amigos - Carreras - Salud financiera ### **Identifique las opciones para cada prioridad.** Ahora que tiene sus principales prioridades familiares, considere la mejor manera de maximizar cada una de ellas con tres conjuntos de opciones: el plan A, el plan B y el plan C. El plan A puede ser lo ideal, suponiendo que todo vaya según lo previsto. El plan B es su clásico respaldo para cuando A fracasa por las razones más obvias, como un cuidador enfermo, una lesión inesperada, un conflicto de horarios, etc. Por último, el Plan C es su red de seguridad, una opción potencialmente más drástica si las dos primeras dejan de ser efectivas. Para crear estos planes, tenga en cuenta que las opciones de la mesa pueden variar en función de sus prioridades. Por ejemplo, si la familia lejana es una prioridad, como en el ejemplo anterior para padres solteros, sus opciones pueden ir desde incluir a los abuelos dentro de su burbuja, elegir el aprendizaje remoto o aprovechar la oportunidad para mudarse para estar más cerca de la familia. Proteger su carrera puede significar reducir la incertidumbre sobre el cuidado de sus hijos; las opciones pueden ir desde contratar a una niñera hasta hacer equipo con otras dos o tres familias en una situación similar y turnarse para gestionar los contratiempos de última hora. En cuanto a la educación, puede decidir dedicar parte de su presupuesto a un profesor privado que pueda complementar el plan de estudios escolar, o puede mantener las oportunidades de aprendizaje en primer plano durante toda la semana a través de aventuras y exploraciones del mundo real. Tenga en cuenta sus prioridades y esboce los planes que se ajusten a ellas: lo que quiere hacer, una opción de respaldo y una opción de tercer nivel. ### **Ponga los planes en marcha, con suficiente margen.** Con los planes y las opciones identificados, es hora de contar con la ayuda de otros y crear planes semanales prácticos. Comunique los puntos principales de su plan a las personas de su vida, desde su niñera o niñera hasta vecinos y padres útiles de la comunidad con los que podría estar colaborando durante la Covid. Con planes de alto nivel establecidos, es hora de ejecutarlos de manera eficiente. Hemos descubierto que cuanto mayor es la incertidumbre, mayores son las ganancias en la planificación proactiva en comparación con la reacción de última hora. Las familias con las que trabajamos descubren que dedicar solo 10 minutos el domingo por la noche a planificar la semana con antelación se traduce en menos cosas que se pierden, en la capacidad de anticipar los momentos difíciles y en una sensación general de cohesión y colaboración familiares. También descubrimos que este enfoque ahorra aproximadamente 20 minutos cada día que, de otro modo, se dedicarían a investigar, debatir y decidir, una cifra que fácilmente se suma a 10 horas críticas al mes. Para empezar, programe una reunión semanal permanente con su pareja (el domingo por la noche, después de que los niños se estén acostando, es una hora popular). Entonces, utilice[esta guía](https://modernvillage.substack.com/p/lets-tackle-sunday-planning-?r=3n9gr&utm_campaign=post&utm_medium=web&utm_source=copy) para recorrer las seis áreas principales: 1. Revisión de la agenda: identifique sus reuniones y los temas de alta prioridad a los que necesita dedicar tiempo y a los que debe trabajar. 2. Turnos de guardería: decida quién se encarga de recoger y dejar a la escuela y la guardería, o se ocupa de los turnos de aprendizaje remoto y cuidado infantil durante toda la semana. 3. Plan de comidas: Anote una lista rápida de almuerzos y cenas, nada lujoso, para ahorrar tiempo y energía valiosos durante la semana. 4. Recordatorios clave: hable sobre cualquier cosa restante que necesite recordar. 5. Tareas domésticas prioritarias: no elija más de cinco tareas para repartirlas y agréguelas a la agenda. 6. Planificación de respaldo: hable de las partes más difíciles de la semana y de cómo el Plan B y el Plan C entrarán en vigor si el plan A fracasa. A pesar de los planes mejor trazados, sabemos que cada día puede traer y traerá desafíos inesperados. El objetivo, entonces, no es la perfección planificada, sino algo sólido con lo que usted y su pareja se sientan bien. Las familias nunca han estado bajo tanta presión para gestionar una enorme cantidad de incertidumbre y, al mismo tiempo, han tenido que tomar decisiones importantes que afectan a nuestra salud, aprendizaje y relaciones. En este maratón, necesitamos toda la ayuda posible para reducir la incertidumbre y crear planes que se adapten a nuestras necesidades específicas, ya sea en tiempos de una pandemia mundial o simplemente en una semana más como padres que trabajan.