Cómo los hablantes no nativos pueden romper el techo de cristal

Cómo los hablantes no nativos pueden romper el techo de cristal

••• Hace tiempo que es ilegal en los Estados Unidos discriminar por motivos de origen nacional, pero para muchos angloparlantes no nativos bien cualificados, las barreras invisibles siguen siendo una realidad. Un ejemplo es la dificultad que experimentan cuando buscan puestos ejecutivos. Otra es que tienen menos probabilidades que los hablantes nativos de obtener financiación para empresas empresariales. Dos estudios que realizamos dan una explicación: muchas personas perciben a los hablantes no nativos como menos expertos políticamente que otros y, por lo tanto, carecen de la influencia necesaria para ser líderes o defensores de éxito. En nuestro primer experimento pedimos a 179 estudiantes de pregrado y posgrado que evaluaran a los candidatos para un puesto de dirección intermedia sobre la base de un currículum, una fotografía y una entrevista en audio. También les pedimos que evaluaran las habilidades políticas, de comunicación y de colaboración de los candidatos. Los solicitantes tenían una edad y un atractivo similares, tenían antecedentes educativos y laborales comparables y siguieron un guion de entrevista determinado. Se dividieron en dos grupos: algunos eran angloparlantes nativos y otros no. Independientemente de la raza (cada grupo era mitad caucásico, mitad asiático), los hablantes nativos tenían, de media, un 16% más de probabilidades de ser recomendados para el trabajo. Se consideró que los hablantes no nativos no eran menos fluidos ni más difíciles de entender; la brecha se debía enteramente a las bajas evaluaciones de sus habilidades políticas. Con el deseo de evitar posibles prejuicios en las empresas establecidas, muchos inmigrantes cualificados recurren al espíritu empresarial. Por lo tanto, nuestro segundo estudio se centró en la financiación de nuevas empresas. ¿A los no nativos les va mejor en ese mundo? La respuesta es no, de hecho, puede que les vaya peor. Mostramos a los alumnos de MBA vídeos de competiciones de pitch tecnológico reales sin decirles los resultados y les pedimos que evaluaran a los emprendedores en cuanto a acentos notables, habilidades políticas, habilidades de comunicación y habilidades de colaboración. Los oradores que se consideraba que tenían acento también se consideraban deficientes en habilidades políticas. Luego analizamos qué lanzamientos habían tenido éxito. Los oradores sin acento tenían, de media, un 23% más de probabilidades de haber conseguido financiación. Sugerimos varias medidas para mitigar el problema. Los hablantes no nativos podrían evitar los prejuicios sacando a relucir sus habilidades políticas. Los profesionales de RRHH deberían crear conciencia sobre los prejuicios contra los acentos en los programas de formación de los directores de contratación. Esto es especialmente crucial porque las evaluaciones de la habilidad política, una métrica un tanto intangible, tienden a basarse en juicios rápidos en lugar de en una consideración cuidadosa. Con la creciente globalización de los profesionales, los grupos de candidatos a puestos de alto nivel incluirán un mayor número de angloparlantes no nativos. La contratación de profesionales e inversores de nuevas empresas debe reconocer y evitar el peligro potencial de los sesgos relacionados con el acento si quieren atraer a los mejores ejecutivos y tomar las decisiones de financiación más acertadas.