Pensamientos claros y buenas decisiones
por Clinton D. Korver
Bienvenido a Buenas decisiones. Basado en las preguntas de los lectores, este blog presentará nuevos principios éticos de toma de decisiones. Este no es un blog sobre las respuestas «correctas», sino sobre cómo pensar con claridad y desarrollar hábitos útiles de toma de decisiones, especialmente en las «áreas grises», como las mentiras piadosas, las promesas poco sinceras, los conflictos de intereses y el giro del marketing.
Los grandes problemas éticos —Enron, la retroactividad de las opciones o la crisis de las hipotecas de alto riesgo— suelen recibir la mayor parte de la atención. Sin embargo, los pequeños errores éticos pueden ser más perjudiciales de lo que pensamos. El daño no está tanto en los pequeños errores éticos en sí mismos. Se trata de practicar un pensamiento distorsionado. Está en hacer el hábito de engañarnos a nosotros mismos. Si estamos en una posición de liderazgo, también es malo mostrarles a nuestros empleados que distorsionar el pensamiento, engañarnos a nosotros mismos y engañar a los demás es ético.
Dos defectos humanos que provocan errores éticos son la insensibilidad y la racionalización.
La insensibilidad es como dormir al volante de un coche. Hacemos tonterías y no nos damos cuenta hasta que es demasiado tarde. Al reconocer una situación delicada desde el punto de vista ético, tenemos el poder de elegir. Podemos elegir la forma en que respondemos en lugar de seguir torpemente a ciegas.
La racionalización es construir una justificación para una decisión que sospechamos que es realmente errónea. La racionalización difumina el bien y el mal a propósito. Por lo general, racionalizamos para evitar la vergüenza, salir adelante o ser amables. Cuando hacemos una doble reserva y luego le decimos a un cliente que tenemos que interrumpir la cita para ver al médico, nos contamos la historia de que nuestra falta de verdad preserva una relación importante.
El objetivo de Good Decisions es pensar con claridad, eliminar la insensibilidad y la racionalización. Pensar con claridad es ver una situación delicada desde el punto de vista ético tal como es realmente. Significa ver y evitar las trampas de las decisiones cognitivas. También es el primer paso para asumir la responsabilidad personal por nuestro carácter y nuestras relaciones.
Envíe sus preguntas éticas a ethicist@harvardbusiness.org — especialmente si cree que su desafío ético cae en la «zona gris».
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