Historia de dos innovadores que salen a bolsa
por Scott D. Anthony
Hace unas semanas, el fabricante de vehículos eléctricos Tesla Motors emitió acciones al público. Su carismático CEO, Elon Musk, fue promocionado en su día por Wired como una “triple amenaza” disruptiva basada en su experiencia previa con PayPal y Space Exploration Technologies. Una exitosa introducción en bolsa llevó a Musk a valer millones, al menos sobre el papel.
La semana pasada, una empresa llamada QlikTech emitió acciones al público. La empresa tiene más de una década de antigüedad. La mayoría de la gente no reconocería a su CEO, Lars Bjork, si se lo encontrara por la calle. Una búsqueda en Google News encontró 2.180 artículos sobre Tesla y 68 sobre QlikTech.
Tesla es la empresa más sexy, pero ¿está mejor posicionada para el éxito?
El año pasado señalé a QlikTech en The Silver Lining como una empresa a tener en cuenta durante el difícil clima económico actual, señalando que “Las empresas que busquen formas prudentes de gestionar en tiempos económicos difíciles van a estar ávidas de formas fáciles y asequibles de analizar datos. QlikTech está en una gran posición para ser el proveedor de software elegido por estas empresas”. QlikTech está siguiendo un enfoque disruptivo de manual. Las soluciones de la empresa hacen que sea sencillo y fácil para las empresas realizar análisis para comprender mejor su negocio. Tiene un modelo de negocio sólido. Los ingresos de la empresa han pasado de 24 millones de dólares en 2005 a 157 millones en 2009. Es rentable desde 2008.
Mientras tanto, Tesla sigue sin duda un enfoque novedoso, pero no se ciñe al patrón disruptivo. Más bien, está intentando ser competitiva en rendimiento con las soluciones existentes. Su primer coche, el Tesla Roadster, es atractivo y un potente escaparate del potencial de la tecnología de Tesla. Pero su precio de venta de más de 100.000 dólares lo ha relegado a un producto de nicho. La empresa llegó a acumular más de 100 millones de dólares en ventas en 2009, pero las pérdidas del ejercicio superaron los 50 millones.
En general, los analistas esperan que la suerte de Tesla se reduzca a un coche que espera introducir en 2012: la berlina “Modelo S” dirigida al mercado de masas. Eso la sitúa en competencia directa con fabricantes tradicionales como General Motors, cuyo producto totalmente eléctrico Volt llegará a finales de este año, y con actores emergentes como BYD, una empresa china que ya tiene un vehículo eléctrico en el mercado y que recientemente anunció una empresa conjunta con el gigante alemán Daimler.
Tesla cree que tiene varias fuentes de diferenciación competitiva. Espera revolucionar la experiencia de compra de coches incorporando talentos externos con experiencia de trabajo en The Gap y Apple. La empresa afirma que sus raíces en Silicon Valley le proporcionan una perspectiva diferente a la de las empresas automovilísticas tradicionales. ¿Un ejemplo? Los desarrolladores externos podrán crear “apps” para el Model S. Por último, Tesla espera establecer asociaciones novedosas con los fabricantes tradicionales para ayudarles a avanzar hacia los vehículos eléctricos. Toyota invirtió 50 millones de dólares en la empresa, y Tesla podría ayudarla a desarrollar vehículos eléctricos en el futuro.
Mi sensación es que esta última área es la que ofrece más esperanzas a largo plazo para la empresa. No se trata realmente de un juego disruptivo (tal y como lo definimos, al menos). Se trata más bien de proporcionar el subsistema que permite el rendimiento y que ayuda a otras empresas a alcanzar sus objetivos estratégicos.
Aunque la analítica y la automoción no parecen tener mucho en común, observaré atentamente a estas dos empresas en los próximos años.
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